¿Que es una Distopía?

Distopía
Por Wikipedia

Una distopía o antiutopía es una sociedad ficticia indeseable en sí misma . Esta sociedad distópica suele ser introducida mediante una novela, ensayo, cómic o cine.

Etimología
El concepto de «distopía» proviene de la cultura anglosajona. En cuanto a la etimología, el término se construyó a partir del griego «distopía» (dis-topía), es decir, del prefijo adverbial «dis» (mal) y del sustantivo «topos» (lugar). De acuerdo con el Oxford English Dictionary, el término fue acuñado a finales del siglo XIX por John  Stuart Mill, quien también empleaba el sinónimo creado por Bentham cacotopía, del adjetivo «kakós» (malo), al mismo tiempo. Ambas palabras se basaron en el término utopía acuñada por Tomás Moro como ou-topía («no-lugar»), es decir, ‘lugar que no existe’, normalmente descrito en términos de una sociedad perfecta o ideal. De ahí, entonces, se deriva distopía como una ‘utopía negativa’, donde la realidad transcurre en términos antitéticos a los de una sociedad ideal. Comúnmente, la diferencia entre «utopía» y «distopía» depende del punto de vista del autor de la obra o, en algunos casos, de la percepción del propio lector, que juzgue el contexto descrito como deseable o indeseable.
Temática y uso
La mayor parte de las distopías describen sociedades que son consecuencia de tendencias sociales actuales y que llevan a situaciones totalmente indeseables. Surgen como obras de advertencia, o como sátiras, que muestran las tendencias actuales extrapoladas en finales apocalípticos.

Las distopías guardan mucha relación con la época y el contexto socio-político en que se conciben. Por ejemplo, algunas distopías de la primera mitad del siglo XX o a mediados de siglo advertían de los peligros del socialismo de Estado, de la mediocridad generalizada, del control social, de la evolución de las democracias liberales hacia sociedades totalitarias, del consumismo y el aislamiento (Nosotros de Yevgeni Zamiatin, Señor del Mundo de Robert Hugh Benson, 1984 de George Orwell, Mercaderes del espacio de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth, Un mundo feliz de Aldous Huxley y Fahrenheit 451 de Ray Bradbury).
 Otras más recientes son obras de ciencia ficción ambientadas en un futuro cercano y etiquetadas como ciberpunk, que utilizan una ambientación distópica en que el mundo se encuentra coercitivamente dominado por las grandes transnacionales capitalistas con altos grados de sofisticación tecnológica y carácter represivo. Un ejemplo de este tipo de novelas es Snow Crash (1992) de Neal Stephenson, Traición (2005) del autor estadounidense Scott Westerfeld o La chica mecánica del escritor Paolo Bacigalupi. Dentro de la ficción española, tiene ambiente retrofuturista y distópico La ciudad del Gran Rey de Oscar Esquivias.

Otras distopías son presentadas como utopías en su visión superficial, pero a medida que los personajes se adentran en la misma descubren que el aparente mundo utópico mantiene ocultas características propias de las distopías que resultan indispensables para su funcionamiento. Estas distopías suelen estar pensadas para advertir sobre los riesgos de la manipulación mediática o política.

También se pueden incluir en este apartado las novelas postapocalípticas, ambientadas en un futuro postcatástrofico. A este género pertenecen La carretera (2006) de Cormac McCarthy.
Clasificaciones de literatura y cine distópico

Podemos clasificar la literatura y el cine que transcurren en sociedades distópícas según el papel que desempeña la sociedad distópica en sí misma :

    Puras.- Están basadas en complejos sistemas sociales, legales, económicos, culturales o políticos contra los que el protagonista lucha. Ejemplos de este tipo serían Nosotros de Yevgeni Zamiatin, 1984 de George Orwell, Un mundo feliz de Aldous Huxley, Himno de Ayn Rand o V de vendetta de Alan Moore y David Lloyd.
    Indirectas.- La sociedad distópica es un escenario de fondo donde se desarrolla la historia. La trama que se describe no parte del enfrentamiento del protagonista con el sistema. Por ejemplo en Blade Runner de Ridley Scott se trata de un conflicto personal de identidad. En Ensayo sobre la ceguera se refleja la mezquindad, egoísmo y crueldad de las personas. En este tipo estarían todas las tramas postapocalípticas.

Nayibe Peña Frade clasifica la literatura y el cine distópico que describe las sociedades de masas en función del tipo de dominación política a la que están sometidas:

    Sociedades polares: Formadas por una élite dueña de los medios de producción y una gran masa de desposeídos que sólo tienen la fuerza de trabajo. Ejemplos de este tipo serían Neuromante de William Gibson, Leyes de mercado de Richard Morgan o Mercaderes del espacio de Frederik Pohl y Cyril M. Kornbluth.
    Sociedades religiosas en las que el poder es ejercido por un caudillo carismático que es proveedor y dominador absoluto de la sociedad. Por ejemplo Nosotros de Yevgeni Zamiatin y Los Amantes de Philip José Farmer.
    Sociedades aparentemente dominadas por la ciencia. Garantizan la estabilidad eliminando el conflicto ya sea por el absoluto bienestar o gracias a la manipulación psíquica de sus habitantes. Ejemplos: Un mundo feliz de Aldous Huxley y The Matrix de los hermanos Wachowski.

La Poesía del Macho

La poesía del macho
Por: Darío Valle Risoto

El la amaba dolorosamente
Con una posesión cartesiana
Y una violenta culpa
Por no poseerla eterna y desnuda
Más allá de las formas absurdas
De la moral.

El la apuñaló catorce veces
Solo por amor le cegó la existencia
Y ante el juez lloró amargamente
Sintiendo el pecado
De la separación.

El era un hombre normal
Cristiano devoto,
Padre de dos hijos
Con esposa a la que llamaba
Infructuosamente: Mi Mujer.

En la prisión lo violaron
Hombres recios y sucios
Contra las rejas de la ignominia
Y él se encomendó a dios
Sabiendo para sus adentros
Que ya estaba
En el mismo infierno.

La Sangre corría y veía las paredes
Rejas de un dolor punzante
Y la imagen de ella sobre un charco
De lágrimas, rosas y sangre.

Acaso ningún  redentor tenga un látigo
Que mida los ocultos designios
De esa cosa abyecta y cruel
Que los ignorantes llaman amor
Y usan para matar impunemente.

Los esenciales de Facebook 10

Esenciales 10
Por: Darío Valle Risoto

Andamos de nuevo revisando carpetas con este tipo de mensajes de hondo contenido humano para aumentar la ya gran inteligencia de todos los que entran a este blog (Eso se llama ser: demagogo) por lo tanto a leer y sonreír que todavía sigue siendo gratis (Si pagaron internet) eso si, si advierten que repetí algun cartelito me avisan porque ya tengo un desorden carpeteril en mi ordenador que no se que hacer.  (CARPETERIL: Me gusta)

 
 
 
 
 

 

La América Insurgente

Fotografías que pesan
Por: Darío Valle Risoto

Leyendo las palabras de Evo Morales sobre esta América que se propone insurgente tras largas décadas de dictaduras de todo tipo apañadas por el imponente poder de usamérica me he preguntado si de una vez comenzamos a andar como los niños que comienzan a tener los pies seguros y ya no necesitan la mano de los padres.
Europa está sufriendo una de las peores crisis económicas de su historia y ni Alemania se salva porque es un gran espejismo lo que nos quieren hacer creer los soberbios gobiernos germanos, de España ni hablar y se me ocurre que es una paradoja terrible darnos cuenta que aquellos que nos dieron lecciones de como administrar nuestras naciones ahora están comiéndose su propia basura. Encima todavía algunos gobiernos sudamericanos quieren ser europeos.
 
 
 
 
 

El Factor Dios

El ‘factor Dios’
José Saramago


En algún lugar de la India. Una fila de piezas de artillería en posición. Atado a la boca de cada una de ellas hay un hombre. En primer plano de la fotografía, un oficial británico levanta la espada y va a dar orden de disparar. No disponemos de imágenes del efecto de los disparos, pero hasta la más obtusa de las imaginaciones podrá ‘ver’ cabezas y troncos dispersos por el campo de tiro, restos sanguinolentos, vísceras, miembros amputados. Los hombres eran rebeldes. En algún lugar de Angola. Dos soldados portugueses levantan por los brazos a un negro que quizá no esté muerto, otro soldado empuña un machete y se prepara para separar la cabeza del cuerpo. Esta es la primera fotografía. En la segunda, esta vez hay una segunda fotografía, la cabeza ya ha sido cortada, está clavada en un palo, y los soldados se ríen. El negro era un guerrillero. En algún lugar de Israel. Mientras algunos soldados israelíes inmovilizan a un palestino, otro militar le parte a martillazos los huesos de la mano derecha. El palestino había tirado piedras. 
Estados Unidos de América del Norte, ciudad de Nueva York. Dos aviones comerciales norteamericanos, secuestrados por terroristas relacionados con el integrismo islámico, se lanzan contra las torres del World Trade Center y las derriban. Por el mismo procedimiento un tercer avión causa daños enormes en el edificio del Pentágono, sede del poder bélico de Estados Unidos. Los muertos, enterrados entre los escombros, reducidos a migajas, volatilizados, se cuentan por millares. 
Las fotografías de India, de Angola y de Israel nos lanzan el horror a la cara, las víctimas se nos muestran en el mismo momento de la tortura, de la agónica expectativa, de la muerte abyecta. En Nueva York, todo pareció irreal al principio, un episodio repetido y sin novedad de una catástrofe cinematográfica más, realmente arrebatadora por el grado de ilusión conseguido por el técnico de efectos especiales, pero limpio de estertores, de chorros de sangre, de carnes aplastadas, de huesos triturados, de mierda. El horror, escondido como un animal inmundo, esperó a que saliésemos de la estupefacción para saltarnos a la garganta. El horror dijo por primera vez ‘aquí estoy’ cuando aquellas personas se lanzaron al vacío como si acabasen de escoger una muerte que fuese suya. Ahora, el horror aparecerá a cada instante al remover una piedra, un trozo de pared, una chapa de aluminio retorcida, y será una cabeza irreconocible, un brazo, una pierna, un abdomen deshecho, un tórax aplastado. 
Pero hasta esto mismo es repetitivo y monótono, en cierto modo ya conocido por las imágenes que nos llegaron de aquella Ruanda- de-un-millón-de-muertos, de aquel Vietnam cocido a napalm, de aquellas ejecuciones en estadios llenos de gente, de aquellos linchamientos y apaleamientos, de aquellos soldados iraquíes sepultados vivos bajo toneladas de arena, de aquellas bombas atómicas que arrasaron y calcinaron Hiroshima y Nagasaki, de aquellos crematorios nazis vomitando cenizas, de aquellos camiones para retirar cadáveres como si se tratase de basura. Siempre tendremos que morir de algo, pero ya se ha perdido la cuenta de los seres humanos muertos de las peores maneras que los humanos han sido capaces de inventar. Una de ellas, la más criminal, la más absurda, la que más ofende a la simple razón, es aquella que, desde el principio de los tiempos y de las civilizaciones, manda matar en nombre de Dios. 
Ya se ha dicho que las religiones, todas ellas, sin excepción, nunca han servido para aproximar y congraciar a los hombres; que, por el contrario, han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables, de matanzas, de monstruosas violencias físicas y espirituales que constituyen uno de los más tenebrosos capítulos de la miserable historia humana. Al menos en señal de respeto por la vida, deberíamos tener el valor de proclamar en todas las circunstancias esta verdad evidente y demostrable, pero la mayoría de los creyentes de cualquier religión no sólo fingen ignorarlo, sino que se yerguen iracundos e intolerantes contra aquellos para quienes Dios no es más que un nombre, nada más que un nombre, el nombre que, por miedo a morir, le pusimos un día y que vendría a dificultar nuestro paso a una humanización real. 
A cambio nos prometía paraísos y nos amenazaba con infiernos, tan falsos los unos como los otros, insultos descarados a una inteligencia y a un sentido común que tanto trabajo nos costó conseguir. Dice Nietzsche que todo estaría permitido si Dios no existiese, y yo respondo que precisamente por causa y en nombre de Dios es por lo que se ha permitido y justificado todo, principalmente lo peor, principalmente lo más horrendo y cruel. Durante siglos, la Inquisición fue, también, como hoy los talibán, una organización terrorista dedicada a interpretar perversamente textos sagrados que deberían merecer el respeto de quien en ellos decía creer, un monstruoso connubio pactado entre la Religión y el Estado contra la libertad de conciencia y contra el más humano de los derechos el derecho a decir no, el derecho a la herejía, el derecho a escoger otra cosa, que sólo eso es lo que la palabra herejía significa. 
Y, con todo, Dios es inocente. Inocente como algo que no existe, que no ha existido ni existirá nunca, inocente de haber creado un universo entero para colocar en él seres capaces de cometer los mayores crímenes para luego justificarlos diciendo que son celebraciones de su poder y de su gloria, mientras los muertos se van acumulando, estos de las torres gemelas de Nueva York, y todos los demás que, en nombre de un Dios convertido en asesino por la voluntad y por la acción de los hombres, han cubierto e insisten en cubrir de terror y sangre las páginas de la Historia. Los dioses, pienso yo, sólo existen en el cerebro humano, prosperan o se deterioran dentro del mismo universo que los ha inventado, pero el `factor Dios´, ese, está presente en la vida como si efectivamente fuese dueño y señor de ella. No es un dios, sino el `factor Dios´ el que se exhibe en los billetes de dólar y se muestra en los carteles que piden para América (la de Estados Unidos, no la otra…) la bendición divina. 

Y fue en el `factor Dios´ en lo que se transformó el dios islámico que lanzó contra las torres del World Trade Center los aviones de la revuelta contra los desprecios y de la venganza contra las humillaciones. Se dirá que un dios se dedicó a sembrar vientos y que otro dios responde ahora con tempestades. Es posible, y quizá sea cierto. Pero no han sido ellos, pobres dioses sin culpa, ha sido el `factor Dios´, ese que es terriblemente igual en todos los seres humanos donde quiera que estén y sea cual sea la religión que profesen, ese que ha intoxicado el pensamiento y abierto las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese que no respeta sino aquello en lo que manda creer, el que después de presumir de haber hecho de la bestia un hombre acabó por hacer del hombre una bestia. Al lector creyente (de cualquier creencia…) que haya conseguido soportar la repugnancia que probablemente le inspiren estas palabras, no le pido que se pase al ateísmo de quien las ha escrito.

Simplemente le ruego que comprenda, con el sentimiento, si no puede ser con la razón, que, si hay Dios, hay un solo Dios, y que, en su relación con él, lo que menos importa es el nombre que le han enseñado a darle. Y que desconfíe del `factor Dios´. No le faltan enemigos al espíritu humano, mas ese es uno de los más pertinaces y corrosivos. Como ha quedado demostrado y desgraciadamente seguirá demostrándose.

Oblivion

Oblivion
Por: Darío Valle Risoto

En las historias de ciencia ficción tienen un sitial muy importante las películas que abordan un mundo post apocalíptico pero no siempre se han logrado películas que traten de la devastación de la tierra que a la vez tengan en sí una historia que contenga algunos misterios como se dan en esta la más reciente producción protagonizada por Tom Cruice.
 
No es posible que les cuente mayores detalles de este “astronauta” que cuida un sector de la tierra devastada secundado por algunas sondas automáticas y su compañera, el resto del panorama lo configuran unos ignotos extraterrestres que pretenden sabotear la labor de Jack Harper y la inesperada caída de algunas cápsulas de salvación.
 
La actriz Olga Kurlienko la había visto de antes porque al quedarme prendado de ella recordé su nombre inmediatamente, tendré que revisar Wikipedia. Aquí está, seguramente la vi en Centurión y en esa pésima película sobre Escriba de Balaguer: Encontrarás Dragones que nunca terminé de ver. Esta mujer tiene una belleza que solo puede provenir de Ucrania donde se conjugan lo mejor de oriente y occidente en rostros realmente…
 
Perdón, me fui de tema: Oblivion es una excelente película de ciencia ficción que no pasará desapercibida de ningún fanático de este estilo de fantasías, sobra un poco la actuación de Morgan Freeman que solo aparece como para traer más taquilla pero la verdad que hace un papel que pudo hacer cualquier actor de segunda categoría. De todas maneras es recomendable realmente porque contiene una serie de referencias que indudablemente remiten a la ciencia fisión Rusa donde a diferencia de la occidental siempre hay algo oscuro y sicológico en los personajes.
 
 

Usagi Drops Live Action Movie

Usagi Drop
Por: Darío Valle Risoto

 
No es la primera vez que en Japón se logra una obra maestra a partir de un animé y la mayoría de las veces estas realizaciones son un verdadero acierto. Trasladar a un formato real lo que antes eran dibujos animados no debe ser nada fácil, en este caso la película sintetiza la idea que vimos crecer y nos entretuvo durante once capítulos en poco menos de dos horas.
 
Está por demás decir que es una película grandiosa interpretada por un actor que antes vimos encarnar magistralmente a “L” el detective Emo en las tres películas también Live Action de Death Note. También protagoniza la peli de Ganz así que infiero que este joven actor es como el fetiche de la llevada a la realidad de muchos personajes del Manga y el animé.
Lamentablemente no he encontrado la ficha técnica con los nombres de los protagonistas y me quiero detener especialmente en la dulce niña que personifica a Rin. Recuerden que les escribí sobre los animes de Usagi Drops hace unos post atrás pero bien vale refrescarles la memoria.
 
Cuando muere el abuelo de Daikichi con setenta y nueve años nadie quiere hacerse cargo de su hija de tan solo seis y por lo tanto el joven se la lleva a vivir con él provocando un cambio radical en su vida de soltero con su joven “tía” conformando el nuevo centro de su existencia. A partir de allí se sucede una gran historia que será mejor ver con algún pañuelo desechable a mano porque duro como soy se me piantaron algunos lagrimones con la película.
Y me he quedado patitieso pensando en como cuernos lograron conseguir a una niña tan buena actriz que literalmente se roba la película solo igualada a caso por este joven talentoso que mencionamos antes, el resto lo configuran una serie de personajes secundarios verdaderamente alucinantes incluidas las breves apariciones de la madre de Rin en un par de emotivas ocasiones.
 
Es una de las mejores películas que vi en mi vida sin lugar a duda, he visto cientos, miles de buenas obras pero la verdad que esta Usagi Drops se merecería un premio grande por dejarnos vivir esta gran historia y evadirnos de nuestra vida de la mejor manera posible.
Una pequeña actríz realmente alucinante en cada momento del filme

Notable e irónica intervención de Evo Morales ante los Jefes de Estado de la CEE.

 Notable e irónica intervención de Evo Morales ante los Jefes de Estado de la CEE.
edgar August 4, 2013 41
Notable e irónica intervención de Evo Morales ante los Jefes de Estado de la CEE.

Exposición del Presidente Evo Morales ante la reunión de Jefes de Estado de la Comunidad Europea
(30/06/2013).

Con lenguaje simple, que era trasmitido en traducción simultánea a más de un centenar de Jefes de Estado y dignatarios de la Comunidad Europea, el Presidente Evo Morales logró inquietar a su audiencia cuando dijo:

“Aquí pues yo, Evo Morales, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.

Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que la encontraron hace solo quinientos años. Aquí pues, nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante.

Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron.
El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme.
El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con intereses aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros sin pedirles consentimiento.

Yo los voy descubriendo. También yo puedo reclamar pagos y también puedo reclamar intereses. Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América.

¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron a su Séptimo Mandamiento.

¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre de su hermano!

¿Genocidio? Eso sería dar crédito a los calumniadores, como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro como de destrucción de las Indias, o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos!

¡No! Esos 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata deben ser considerados como el primero de muchos otros préstamos amigables de América, destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir la devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios.

Yo, Evo Morales, prefiero pensar en la menos ofensiva de estas hipótesis.
Tan fabulosa exportación de capitales no fueron más que el inicio de un plan ‘MARSHALLTESUMA”, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización.

Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o por lo menos productivo de los fondos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.

En lo estratégico, lo dilapidaron en las batallas de Lepanto, en armadas invencibles, en terceros reichs y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la OTAN, como en Panamá, pero sin canal.

En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses, cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta y provee todo el Tercer Mundo.

Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman según la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar y nos obliga a reclamarles, para su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente hemos demorado todos estos siglos en cobrar.

Al decir esto, aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.

Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 185 mil kilos de oro y 16 millones de plata, ambas cifras elevadas a la potencia de 300.

Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total del planeta Tierra.
Muy pesadas son esas moles de oro y plata. ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?

Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.

Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.

Pero sí exigimos la firma de una Carta de Intención que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente, y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica…’”

Yo se de que signo sos

Yo se de que signo sos vos y por eso sos así…
Por: Darío Valle Risoto

Tras muchos años de buscar algunas verdades sobre la vida he llegado a un punto en que me he vuelto una especie de obcecado escéptico que de verdad está cansado de vivir entre tantas fantasías más del lado de cuentos para niños que de realidades factibles de corroborar científicamente. La existencia de un dios cobija bajo su gigantesco regazo a innumerables cuentos de toda índole y entre ellos quiero referirme específicamente a la astrología.
Yo tenía una conocida que se masticaba los libros de Linda Goodman cual vieja que le reza a Pablo Coelho y siempre me bajaba sentencias por mi triste realidad de ser un Escorpiano con toda esa carga surrealista que se nos endilga a los de nuestro arácnido signo (Creo que los Escorpiones no son arácnidos pero suena lindo). Como la joven era bastante buena para el tema astrológico  le aconsejé que estudiara para ello y tiempo después se recibió de profesional de la cosa de los signos.

Y vamos por partes como decía aquel caníbal: La astrología es una seudo ciencia que se vale de una muy interesante forma de dividir a los humanos cual si fueran ovejas para tal o cual lado solo porque nacieron dentro de determinado lapso de tiempo en el calendario Gregoriano porque de alguna manera habría que entretenerse en tiempos Persas sin televisión ni Internet.
Está tan bien fabricado el tema de la astrología que cuesta enterarnos que realmente es una enorme fábula pero muy bien amañada sobretodo porque a la gente común y corriente le funciona.
Por lo tanto debo reconocer que si uno es un ser cuasi primario con una forma de vivir sometida a los embates de la naturaleza cual hoja que lleva el viento para aquí y para allá, de seguro el tema de a que signo pertenece y tiene tales características apuntará muy bien. Es así que todos en occidente al menos nos hemos encontrado con gente que nos hace una somera descripción de nuestra apariencia, carácter y hasta de nuestro futuro, enfermedades y formas de ir al baño porque nacimos un veinticinco de octubre con la Luna en Acuario. Vaya rompe bolas.
El negocio funciona tan bien como el del cristianismo al punto de que muchas veces cohabitan en seudo pastores-gurues que nos sacan de la modorra diaria con los embates a los que estamos sometidos cuando los putos astros se alinean para tal o cual lado, nada de que decidimos por nosotros mismos, estamos acá porque dios lo quiso y nacimos dentro de este corredor Escorpiano o de cualquier signo que nos da irreductiblemente las pistas de nuestra vida. Muy triste pero casi cierto.
Casi cierto porque si ahondamos en la siquis humana somos un marasmo de atrocidades sicológicas que bien pueden remar por sus vidas atracando en todo tipo de locuras hasta de estas aparentemente inofensivas de ciencias falsas que pretenden determinarnos o que nos dejemos convencer de que todo, absolutamente todo lo que hacemos sucede porque a Saturno se le jodío un anillo.