La caída del conocimiento humano

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El conocimiento vencido por la apatía globalizada
Por: Darío Valle Risoto
Técnico en Comunicación Social

Difícil es establecer una fecha desde donde contar hacia este presente y lamentablemente imaginar hacia el futuro la crisis de la educación y por ende del propio conocimiento humano. Probablemente este estado de cosas esté ligado como casi todo a las nuevas formas de producción de bienes y servicios y tras el advenimiento de la llamada revolución industrial podemos encontrar en una nueva concepción del individuo ya no solamente como ser consciente de si mismo sino y por sobre todas las cosas como consumidor.

Las ciencias sociales han encontrado ciertas pistas de hacia donde se encamina nuestra sociedad global, más no han aportado soluciones y solamente tenemos un buen diagnóstico quizás del declive de aquel valor llamado: Conocimiento. Sería de ciegos no admitir una severa crisis en la educación global que salvo pequeñas excepciones parece ir a por un ser humano que solamente sabrá hacer uso de dispositivos electrónicos cada vez más versátiles y sin embargo tendrá severas dificultades para hablar y/o escribir correctamente. Con “correctamente” me refiero a la capacidad de ser comprendido y a la vez comprender a sus semejantes lo mejor posible.

Porque el ejercicio de la comunicación efectiva necesita imperiosamente de un código mínimo común y la palabra escrita es una herramienta valiosísima aunque no la única para esta, más estamos en una generación de lo audiovisual donde todo parece explicarse en un video de pocos minutos y por lo tanto estamos en un enorme brete cuando las nuevas generaciones no saben expresar ni la idea más simple en forma escrita y ni que hablar por medio del habla.

Algunos idealistas no se preocupan de que la gente no escriba ni hable como antes porque sostienen que solamente están cambiando los soportes y estamos frente a nuevas formas de comunicación. Permítaseme dudar y mucho de esto cuando no me es posible que un grupo de alumnos universitarios interprete un texto que hace unas dos décadas era para escolares.
Si bien es cierto que la gente ha cambiado sus formas de lecturas han perdido la capacidad de leer en voz alta un texto y eso es sustancialmente importante a la hora de establecernos como seres hablantes y/o pensantes. Ni siquiera un párrafo conocido por todo un grupo de alumnos ha escapado del fracaso de una lectura que parece interpretada por seres propios de la etapa Neanderthal.

A esto debemos sumarle una apatía generalizada hacia todo lo que implique pensar y razonar sobre algunos temas, ni que decirles si estos se tratan de política o sociedad. Los que antes nos aplastaban con eternas discusiones sobre tópicos como la derecha o la izquierda hoy han sido fagocitados por grupos homogéneos de jóvenes que solamente parecen vivir para teclear incesantemente en sus dispositivos móviles. Pensemos que si bien antes era difícil captar la atención en el alumnado sobre un tema de estudio por más de tres o cuatro minutos, hoy día no sobreviven ni veinte segundos la atención y las miradas sobre el docente.

Una tarea titánica parece ser compartir conocimientos y resulta paradójico que justamente en un momento en la historia donde prácticamente cada ser humano puede tener acceso a toda la información o a una gran parte de ella, no les interese prácticamente ningún tema, al menos un tema con algo de peso intelectual.

La frugalidad, la fragilidad y la fugacidad son las tres “efes” que se dan la mano con el sensacionalismo cuando abordamos la mayoría de los medios, estos como espejo de la sociedad se retroalimentan día con día del declive de aquel pensamiento intelectual que antes admirábamos y hoy se torna por lo menos aburrido. En Uruguay desde la generación del 45 no hay intelectuales que sea interesante escuchar en aquellas maravillosas tertulias donde se abordaban con altura casi todos los temas que hacen a la condición humana.

No podemos resignarnos a nuevas generaciones que dependan de una pantalla táctil para conocer sobre algo y que cuando cambien de aplicación ese dato muera en una superficie alimentada con música plancha y esa nefasta sensación de que nada importa, que todo vale menos que nada y mucho menos el disfrute intelectual de aprender cada día más sobre lo que sea. Enceguecidos por el consumo hemos parido nuevos seres humanos desprovistos de curiosidad intelectual. Ávidos estos de repetir una y otra vez hasta el cansancio: el mismo chiste, la misma monotónica melodía están transformándose en una suerte de zombies solamente funcionales para una cadena de producción y fácilmente gobernables por pobres y mediocres políticos que hace cincuenta años solamente hubieran podido acceder a la portería de un edificio y esto lo digo con perdón de tan humilde tarea. Pero ustedes comprenden a que me refiero.

Tenemos innumerables pistas sobre el declive del conocimiento humano cuando abordamos soportes de conocimiento como el cine, los libros, la televisión, Internet y ni que decirles sobre las redes sociales donde es prácticamente imposible encontrarnos con información que no sean la guarangada del día o la nota pintoresca y por ende absolutamente banal. así mismo la literatura se ha banalizado, las películas son todas sobre la misma receta y en internet es difícil encontrar sitios donde aprender algo realmente útil.

Hoy día los que tenemos un abordaje más o menos regular sobre temas de actualidad y que sabemos tres o cuatro cosas sobre diversos ámbitos somos tomados por intelectuales y eso es una pista realmente preocupante sobre la caída de ese enorme valor llamado: conocimiento.
En una sociedad de consumo donde existir es acumular objetos y todos quieren sus cuatro segundos de fama, es muy difícil al menos para mi pensar en retornar a aquellas fabulosas conversaciones donde se compartían experiencias, saberes y por sobre todas las cosas: respeto intelectual.

FIN.

La mujer paralela (Cuento homenaje)

Wallpaper Magic 310 (27)La Mujer paralela
Por: Darío Valle Risoto

Cuando la vio recordó inmediatamente las largas charlas, apasionantes debates, tertulias familiares sobre un tema demasiado original para gente humilde y de educación pobre. Y sin embargo “ella” al subir al colectivo en la parada de “Tres Cruces” lo avalaba todo, lo probaba sencilla pero rotundamente.

Daniel esta vez no viajaba del todo dormido, el calor y estar sentado del lado del sol lo habían hecho caer en esa modorra que ni el pésimo candombe cantado por dos pibes que jodieron de lo lindo sobre el rodado lo habían despertado, pero despierto debió agradecer al don de la suerte el que ella subiera primero seguida de un grupo de gente variopinta de las que suelen ascender en la terminal ya nombrada.

Ella no podía ser, era la prueba evidente de aquello referido sobre lo que indefectiblemente caían con su padre y el tío “Tito” sobre las diferentes posibilidades de esta vida, debería decir: “a esta vida” si es posible hablar de otros mundos paralelos, el multiverso de las historietas de DC todavía no había nacido y sin embargo con su viejo y su tío lo habían hecho nacer a fuerza de puras conjeturas vino en mano o tomando mate en aquel añorado patio de conventillo.

No bastaba la imaginación, había pequeños trazos de que una sola realidad no es posible y mucho menos solo este mundo triste e inadecuado para tres soñadores, dos veteranos y un Daniel casi niño mamando de tanta conversación inadecuada para un patio de inquilinato donde sonaba radio “Clarín” y se escuchaban ininterrumpidamente los ladridos de los perros.

Sentado calculó que era casi tan alta como él, por sobre el metro setenta, shorts de tela jean, no recordó luego su calzado ni su jersey que era blanco o celeste, pero si el cabello corto negro y el cruce de miradas como si ambos dijeran: “A vos te conozco pero no de esta vida”.
Daniel miró de reojo al asiento vacío a su lado completamente convencido de que ella elegiría otro y así fue pero no bien se sentó más adelante miró para atrás y se cambió a su lado y sus brazos de mangas cortas se rozaron.

Electricidad mediante, el roce subrepticio de la vida recorriendo los leves cabellos de la piel de los brazos y algo aparentemente anormal subiéndole por la garganta con un dejo amargo de tristeza inicua al presagiar la despedida anónima y hostil.

__ Perdóname, se que te debo que conocer de alguna parte.
Podía haberle dicho pero era un irreverendo cobarde, un cagón de primera línea sobretodo al tratarse de ese tipo, un tipo de mujeres absolutamente sobrenaturales.

Su rostro era hermosamente diferente, blanca piel, ojos negros o castaño oscuros, labios casi carnosos, nariz un poco despareja, lo justamente asimétrica para engalanar mejor una cara de puta madre y quizás de una joven de no más de veintidós años.
__ ¿Sos de verdad?
__ ¿Qué?
__ Discúlpame, a riesgo de parecer un imbécil, no puedo creer que seas de verdad.

Un eterno y largo silencio de quizás tres o cuatro segundos y una sonrisa totalmente radioactiva, ella sabía sonreír como ninguna y Daniel supo de inmediato que no hacía falta una respuesta y mucho menos tratar de explicarle lo inexplicable.

__ Se que parece una triste forma de tratar de seducirla pero es que realmente si no le digo algo, luego voy a querer suicidarme de una forma lenta y cruel. __ No sabía por que del tuteo pasó al usted.
__ Tengo novio.
__ Por supuesto, debe ser el hombre más afortunado del mundo y estoy seguro de que no te merece. __ Volvió a tutearla. __ No digo que sea un mal tipo, pero ningún ser humano de este mundo puede merecerte, estoy seguro.

Otra pausa quizás de cuatro segundos y medio y la mirada casi a tiro de un beso y otra sonrisa, Daniel sintió que había ganado un millón de dólares en afecto.
__ Estamos por dejar.
__ Me alegro… para que mentirte, no es buena manera empezar mintiéndonos.
__ ¿Empezar?… ¿Vos como te llamás?
__ Daniel Gorriti, dibujante de historietas e interlocutor aburrido a tus órdenes.
__ Estella Gómez, María Estella Gómez, estudiante de medicina fracasada y a punto de quedar soltera.
__ No te veo como doctora, quizás como una educadora, maestra, profesora, catedrática de la Sorbona de París, de algo extranjero, de otro planeta mejor, de una tierra paralela si se me permite.

Ella pensativa entrecerró sus cejas, sonrió un poco menos, mientras el sentado a su lado no sin cierta dificultad le estrechó la mano y sintió sus dedos perfectos pintadas las uñas de azul.
__ Si te invito a tomar algo puedo parecer ansioso pero: ¿Para que ocultar mi ansiedad si temo que si te dejo de mirar desaparezcas?
__ Me puedo hacer humo, es verdad.

Bajaron en Colonia y caminaron a un bar de dieciocho, ella eligió el sitio, el pensó en que ya no le quedaba saliva para tragar, hacía calor y pidieron dos refrescos.
Pidió permiso para sacar su celular, buena señal, luego intercambiaron números y sonrisas y miradas extrañadas de dos solitarios de mundos diferentes que subrepticiamente colisionan para armar una nueva entidad llamada: “Relación”, el amor es un valor agregado que probablemente nunca desplazaría la sensación de ambas partes de estar conviviendo con un ser de un mundo extraordinario.

Y Daniel regresó a su casa con novia, una reciente novia perteneciente al mundo donde todo lo imposible sucede como no dormirse y conversar con una desconocida absolutamente fabulosa sintiendo que se conocen desde siempre.

Otra forma de comienzo siempre estará condenada al fracaso.
FIN

(Un pequeño homenaje a esa chica que subió en Tres Cruces)

Justine Parker: ¿La rubia perfecta?

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Por: Darío Valle Risoto

A riesgo de repetir demasiado nuestra sección de chicas, encontré a esta muy linda rubia que es irresistible para no compartir con nuestros lectores, tal vez haya muchas rubias muy hermosas en la web haciéndole justicia a esa cosa tan usamericana de ponernos a las chicas de cabellos de trigo como prototipos de la belleza, cosa que afortunadamente es muy desmentido en la Internet pero acaso ver a Justine con esa mirada y sonrisa de chica de buen carácter nos hace ver que las blondas suelen saber ganarnos el corazón.

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Los esenciales de Facebook 25

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Por: Darío Valle Risoto

Por tratarse de estas fechas en que se recuerda el supuesto nacimiento de Jebus nuestros carteles versan sobre la navidad y toda esa cosa extraña y mística de creer en dioses y sus hijos, por lo pronto si piensan que ya no hay suficientes religiones les adjunto un cuadro donde con sus iniciales pueden ver como se llamaría su nueva religión. Así que eso es todo amigos pero finalizamos con algo que realmente vale la pena y es un extracto de un libro sobre Durruti… un verdadero anarquista.

mama encuentra todonavidad celularme gusta su auto jefecambiar el mundoarma tu propio partido politicodurruti valores anarquistas

Brindo por eso…

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Brindo por eso…
Por: Darío Valle Risoto

Como verán los que más o menos regularmente entran en este sitio los temas son bastante variados y trato de verdad de mostrar y mostrarles todo aquello que me interesa y apasiona de esta vida que se hace corta pero plena de buenos momentos. Momentos que les deseo a todos ustedes sean muy gratos en estos días festejen lo que festejen y crean en lo que crean porque cuando se trata de estar bien cualquier excusa es válida.

Solamente espero un año 2016 con algo de paz, con menos pobreza y especialmente con menos corrupción sobretodo en esta latino América que parece haber olvidado lo que quiere decir ser de izquierdas y socialistas.

Un abrazo a todos: Darío Valle Risoto (Técnico en comunicación social)

Neo Vampiros 40: Las cuarenta

El arte de Toon Hertz (38)

Neo vampiros 40
Las Cuarenta
Por: Darío Valle Risoto

No siempre es fácil escapar a la seducción embriagadora de los no muertos, no importa la edad, la condición social o la cultura de las víctimas, tampoco su sexo, tanto pueden ser seducidos hombres por hombres que mujeres por mujeres, por lo tanto Paula comenzó a sentir un calor enorme que le acariciaba la entrepierna como si alguien la tocara, sin embargo esa enorme mujer rubia y extremadamente delicada estaba sentada frente suyo en la confitería hablándole de Europa.
Pero había algo, una brizna de conciencia lúcida e inquietante que le comenzó a latir desde el fondo de los poros, en algún ángulo oculto de su cerebro algo le decía que no estaba precisamente segura cerca de esa mujer terriblemente sensual.
__ ¿Has estado en Estocolmo?
__ ¿Qué?

El Prat de Llobregat y una extraña sensación que invade a los concurrentes de una plaza pública, algo nuevo hace que los niños atemorizados corran hacia sus padres en pleno día, tampoco cantan los pájaros sobre los árboles y hasta parece que el sol se niega a lamer los escasos árboles que adornan canteros con flores. Barcelona en invierno puede ser una ciudad muerta como cualquier otra y sobre todo contando con extrañas nubes mezcla de grises, algodones pesados, densos transportadores de algo parecido al terror.

Y en el fondo de un pozo abierto con sus propias manos al pie de un nogal, un viejo luchador permanece en letargo recuperando fuerzas y tratando de evitar que su cuerpo se deteriore luego de la reconstrucción casi absoluta de su cráneo.

Piedrafina se despertó sudoroso, fue hasta la habitación de su mujer y golpeó, estaba transpirado y no podía detener el temblor en todo su cuerpo, Nora salió cerrando su salto de cama, todavía podría calentar a un muerto, pensó su marido, aunque la palabra muerto en sus pensamientos, lo llenó de inseguridad.
__ Te dije que dejaras la ginebra, ¡mira como estás!
__ ¡No es la bebida coño!, ¡Algo le ha pasado a Henrich!, Acabo de soñar con él, fue una pesadilla terrible.
Nora lo sentó en su cama, Piedrafina sintió el calor de las sábanas de seda, le trajo un vaso de agua y un sedante, cuando entró reconoció que su marido estaba realmente aterrado, él se negó tragar la pastilla pero bebió todo el líquido de un trago y luego le aferró las manos con fuerza.

__ Le dispararon en la cabeza, pero vive, está enterrado en alguna parte, no lejos de donde esos hijos de puta se lo hostiaron, tenemos que ir a por él.
__ Era solo un mal sueño, llámalo por el móvil y verás que debe estar en su casa.
Piedrafina saltó y se puso de pie, corrió a su cuarto y comenzó a vestirse desordenadamente, tomó lo primero que encontró mientras su mujer intentaba disuadirlo, eran las dos de la mañana de un lunes frío de noviembre.
__ Él me lo dijo, muchas veces, muchas.
__ ¿Qué te dijo que me aterras?
Piedrafina se volvió hacia ella con los ojos desorbitados y sus cabellos canosos desarreglados, se tiró el cabello hacía atrás y se acarició la cara, la barba semicrecida levantó un ruido de lija en el silencio solo corrompido por su respiración exaltada. __ Me dijo que le haga caso a mis sueños, que siempre les haga caso, que los…, los vampiros se comunican así con los amigos.
__ Pero…

Piedrafina tomó los hombros de su mujer y acercó su cara, la miró con sus ojos desorbitados.
__ Si Henrich me pide ayuda es porque algo muy jodido le pasó, el Inglés debe haberlo traicionado mujer y esto se va a poner muy mal, cuando yo me vaya junta tus cosas y vete a Madrid hasta que pase la tormenta.
Nora lo miró asustada pero corrió a su cuarto a vestirse, no lo iba a dejar solo, conocía a su marido y sabía que sin ella se podía derrumbar en cualquier momento, del cajón superior del placard sacó el arma que había heredado de su padre, un viejo falangista del que solo pudo aprender de fuego e infierno.

A miles de kilómetros al sur, cruzando el enorme océano Atlántico, en una tierra gris hasta en verano, alguien permanecía enterrada en estado de letargo, una rara opción que tienen los que dejaron la vida para transformarse en algo más. Solo sucede en aquellos que vagan entre las tinieblas de la noche y las retorcidas brumas del olvido.
__ Padre: ¿Por qué me has abandonado?

No le fue posible cruzar el mar a la velocidad del pensamiento, los viejos, los de las generaciones antidiluvianas lo podían hacer, tal vez Henrich podría, pero ella no, acaso era solo una aprendiz de Nosferatu que sobrevivía saciando su sed de venganza sin saber que la eternidad podía ser el peor de los castigos.

El parque Roosvelt permanecía diferente de donde Henrich se encontraba intentado reconstruirse, al sol los niños corrían y los mayores tomaban mate, mientras que un perro rascaba nervioso la tierra varios metros por encima de la cabeza de Lorena.
Envuelta por un capullo de masa gelatinosa oscura y roja, dormitaba tratando de establecer conexión con su creador, era lo único que sus instintos la llevaron a hacer cuando al borde de la locura intentó por segunda vez hacerse niebla y cruzar el mar. Él le había dicho que confiara en la naturaleza superviviente de los vampiros, que iban a florecer aquellos dones para sobreponerse a los peligros y hasta el tiempo y la distancia.
Pero algo rondaba cerca en Montevideo, evitando que se concentre totalmente en Barcelona y el otro pozo donde su salvador intentaba sanar para derramar sangre sobre España.

Juicio y Castigo.
Jueves, 8 de enero de 2009

Los Fantasmas de Nuevo París

04_1024Los Fantasmas de Nuevo París
Parte 4
Por: Darío Valle Risoto

Ella tenía un vestido negro con arabescos en el mismo tono, rostro alargado, mentón algo pronunciado con una boca casi cómica, ojos negros con pestañas perfectas, así como un largo cabello del mismo color de las noches sin luna. Pero una piel blanca.
Blanca como la superficie de la luna, como la plata de una fuente, como el reflejo del sol sobre un río al atardecer, como las nubes que vio cuando niño y nunca más volvió a encontrar. Como su madre, la verdadera a la que nunca conoció.
__Eres un solitario Anselmo. ¿Qué esperas quedándote aquí?
__ ¿Estoy soñando?
__Yo soy real, me llamo Samantha, estoy muerta Anselmo, estoy muerta y enterrada en esta casa.

Una delicada mano blanca le tocó el rostro, una caricia de piel fría sobre su miedo, el aleteo de un ave nocturna posada sobre el crispado anhelo de ser un héroe quedándose en esa casa embrujada como si fuera el mismo Victoriano, el instructor de los grupos esotéricos. Una mano fría de dedos largos y uñas brillantes, perfección de manos femeninas, el confín de las caricias más apreciadas, las de una mujer joven que tiene unos largos cabellos negros que caen sobre el pecho de Anselmo que tiembla paralizado en ese camastro.

El gato con sus ojos fijos sobre la sombra de Samantha y algo que no puede estar allí pero está, junto a los cabellos erizados de todo su cuerpo, está, junto al escalofrío y el bramido de los truenos que implacables parecen sacudir todo Nuevo París como si fueran los cómplices de la muerta.
Y sobrevino el mareo, como si lo metieran en una enorme batidora, todo comenzó a girar: el gato, las paredes, las manchas de humedad y los enormes ojos tristes de la chica del vestido negro con arabescos que se estiró de forma incalculable y lo abrazó para caer junto a él en el vórtice mismo de una dimensión que nunca pudo existir pero allí estaba.

De cabeza como si le hubieran pateado calló en un jardín florido, sintió el olor de las madreselvas, de las flores pájaro, de los jazmines. Un jardín que pudo estar en el fondo de la casa destruida en otro tiempo, otro lugar, otra vida.
Dos niñas corrían de la mano, estaban vestidas con largos y frondosos vestidos, rosa la rubia y la de cabellos negros lleva el celeste. Ambas corren junto a un perro que de pronto se queda mirándolo a Anselmo.
__ ¿Qué hay Sultán?
__ ¡Debe ser un bicho Samantha!
¿Samantha?
¿Acaso se calló por una esquina del tiempo?
Y de pronto se oscureció todo y un cuchillo tiembla en el aire mientras un hombre balbucea palabras soeces, hay un galpón y una niña que llora en el suelo de tierra enrojecida por algo que es y solo puede ser…
__ ¡Sangre!, ¡Déjela degenerado!___ Gritó sin voz, saltó sin moverse, lloró sin lagrimas.
Anselmo se sobrepuso al terror de la escena terrible y siniestra que estaba presenciando, no comprendía como el tipo lastimaba a las niñas y sin embargo no le miraba, como si él no estuviera allí, como si fuera un fantasma.
La pequeña se arrastraba sobre el charco de sangre, trozos de su vestido caídos y su cuerpo comenzaba a quedarse quieto, quieto como el mar sin viento, como las hojas de un árbol… seco.
__ ¡Nooooooo!
Su propio grito lo despertó, no corrió a vomitar porque lo invadió un miedo lejano, una tristeza de taperas olvidadas, sintió que un alma muy abatida le imploraba que resuelva algo quedado en un pasado no tan lejano y manchado de la sangre más inocente posible.

En cuanto pudo se puso de pié y trastabillando caminó a la cocina, allí tomó mucha agua y trató de limpiar tanto sus lentes que casi los rompe, el gato se erizó mirando a un rincón donde no había nada.
Una mancha de humedad de las tantas y afuera la lluvia, la tormenta y la casa enorme de Nuevo París que parecía querer privarlo de la cordura, de las ganas de ser un héroe, un buscador de misterios, un hombre de verdad.
Y el sonido del celular que lo sacó de un mundo imposible sumergiéndolo en el real y cotidiano país de lo cierto.
__ ¿Hola?
__ ¿Está todo bien mi hijo?
__ ¿Nora?
Luego, la nada absoluta, sin señal de nuevo y la sensación de estar siendo abusado por algún espíritu maldito al costo de su cordura. Respiró profundamente recordando los siete pasos de meditación aprendidos en la escuela esotérica.
1) Respiración abdominal.
2) Exhalar e inhalar contando hasta siete
3) Centrarse en la luz.
__ ¡Ándate a la mierda Victoriano!__ De nuevo un trueno irrumpió recorriendo toda la casa y ella parada allí, junto a los postigos de una ventana con el rostro casi enteramente tapado con su largo y si fuera posible, hermoso cabello negro.
__Mi tío, en mil novecientos sesenta y cuatro, mi tío Florián, me mató.
__ ¿Qué querés de mí?
Sus brazos blancos, delineados en mármol pétreo se movieron en cruz y de ellos comenzaron a gotear largos hilos de sangre de un rojo oscuro y gelatinoso.

Y Anselmo se despertó en la pequeña cama de la habitación, el gato seguía lavándose a lengüetazos como si nada hubiera pasado.
__Un sueño, fue un sueño.
__ ¡Noooo!
__ ¿Quién grita?, ¡Carajo!
Hay momentos que hasta el terror se olvida, Anselmo se calzó sus botas y salió tan intempestivamente de la habitación que el gato huyó aterrado, en cuatro largas zancadas traspuso el corredor angosto hasta la puerta del fondo.
La lluvia arreciaba pero había un sector bajo el sol, como si recortáramos la realidad, como si por un efecto extraño insertáramos un mundo dentro de otro. Allí un hombre reía enloquecidamente mientras enterraba un bulto mediano en un pozo del jardín florido, a pocos pasos de sus pies secos comenzaba la lluvia y del otro lado el joven miraba la escena sabiendo ahora indefectiblemente que era un hueco hacia el pasado de ese lugar.
__ ¡Florián!__ Gritó con toda la bronca posible en el cuerpo pero no pasó nada, era como gritarle a la televisión o a una película, eso no estaba sucediendo, al menos en ese momento.
Un hombre muy enfermo hasta el punto de violar y matar a una pequeña niña, la cuchilla ensangrentada, la sangre desde el pequeño galpón brillando al sol de un aciago día del año sesenta y cuatro.
Y en medio de la lluvia el agua fría que se cruza con sus lágrimas cayendo por su mentón mientras alguien parado a su lado lo mira con extrema tristeza pero esboza a su vez una pequeña sonrisa.
__ ¿Esa niña eras tú Samantha?
__Si, era…soy yo. __Le dijo ella y lo tomó del brazo dándole la espalda a ese recorte del tiempo que comenzó a achicarse y a ser tragado por la realidad imperante de una tormenta sobre el cielo nocturno de Nuevo París.
Temía mirarla, no quería que se vaya, que desaparezca, el miedo se había esfumado y ahora lo contagiaba la paz de la dulce y delgada mujer de negro.
__Pero…
__Tu maestro no te lo pudo enseñar, pero los espíritus también crecemos, eso es si así lo deseamos, pasaron muchos años para que tu vengas a esta casa y puedas comprender la tristeza de ese terrible día en que mi prima y yo fuimos atacadas por nuestro propio tío.
__No te vayas. __Le dijo al dulce perfume a violetas, al largo cabello negro sobre los perfectos hombros de la mujer más hermosa que había visto en su vida.

Continuará.
Concluye en la próxima edición.

Neo Vampiros 39: Confortable

El arte de Toon Hertz (40)

Neo vampiros 39
Confortable
Por: Darío Valle Risoto

No era fácil ser amiga de esas mujeres, ¿Mujeres?, Tal vez no lo eran en la justa acepción del término y para colmo Lorena había desaparecido hacía una semana. Nada ni en la casa ni en Montevideo, solo sus llaves y la posibilidad de ir a esa mansión enorme y desierta para escapar de estas…
__ ¿Te compraste el Dior?
__ Me lo regaló papá, no saben lo que se enojó su mujer, ni me imagino como estará esa puta cuando yo le pase cerca con la última fragancia traída de Paris.
Absorta Paula miraba hacia la calle dieciocho de Julio mientras las otras conversaban sobre sus últimas adquisiciones en el ramo de la plastiquería.
Repasaba su historia, sobretodo la muerte del hijo de puta de Lecuore, sabía que Lorena fue a cerciorarse de que de verdad había palmado, el tipo se había suicidado y sufrió la rabia de no haberlo matado ella, pasó dos días abajo en su ataúd gritando.
__ ¡Henrich!, ¿Mamá….papá?

__ A vos te pasa algo.
__ ¿Qué…?
Rossana la miró, tiene esa gracia propia de las nenitas grandes de alto nivel económico para meterse en la vida de sus amigas…. o sea: ninguna.
María Noel las observó socarrona, había momentos en que Paula maldecía cualquier idea de juntarse con ellas, era como estar comiendo con buitres dedicados a masticarse la carne sin consideración, esa eterna rivalidad por cosas, tipos, pedazos de materiales inertes y sobre todo reírse de las desgracias ajenas. Pero volvía a esa droga social de rozarse con las de su clase, entonces la pregunta en su cabeza, punzante, insultante, era: ¿Quiénes son los verdaderos vampiros?

Esa fue su vida y la de sus padres y de los padres de sus padres, el interruptor fue Lorena, ¿Cuándo se cruzaron?, no lo recordará precisamente o prefiere pensar que siempre estuvieron juntas. Aún antes de conocerse.

__ ¿Qué te pasa che?, ¿Estas drogada?
__ ¿Qué?
Se dio vuelta justo en el momento en que un bocinazo cuatro calles más abajo le tapaba los comentarios a María José Menchaca, hija de estancieros y lesbiana, pero era torta solo cuando viajaba a Europa, bastante seguido, por cierto. Rossana Ryus era más sofisticada, lo hacía con todos los amigos de su padre, también con los hijos de estos y con cualquier pene que esté suficientemente cerca.
Pamela Gross era un caso diferente, era una rica, muy rica pero inmensamente gorda y por lo tanto relegada a ser fea de ocasión en todas las reuniones, asombrosamente parecía llevar bien sus kilos siempre y cuando la merca no le falte.

Paula sintió angustia y salió rápidamente de la lujosa sala y se metió al baño, el espejo le devolvió a una joven que dejaba de serlo rápidamente. ¿Cuántas veces le había pedido a su amiga que la vampirice?
Desde el primer momento que develado el secreto increíble comenzó a convivir con esta hija de desaparecidos e inmediatamente a comprender tantas cosas de su vida engañada en esa pulida realidad social y confortable con padres llenos de guita y el futuro debidamente asegurado. ¿Cuántas cosas había asumido como reales y sin embargo eran puras mierdas?, ¿Cuántas veces se rió y burló de duras realidades como lo continuaban haciendo esas tres hijas de puta de la sala y ahora…?

__ Nunca debiste conocerme. __ Le dijo cierta noche y Paula se quedó con esa frase de iluminación arrepentida golpeándole en la cabeza, sin embargo amaba a su amiga y sentía solo cobijo en estar junto a ella en el salón, mirando tele o escuchando música, nunca antes se había sentido realmente bien con nadie hasta que la conoció.

Se arregló el pelo y regresó por el amplio corredor interior entre cuadros y adornos de fineza increíble hasta que las encontró riéndose y jalando coca de la mesa de espejo, parecían tres aspiradoras humanas intentando sacarle la última molécula de Polvo de Ángel al vidrio.
__ ¡Dale che que estas no dejan nada! __ Gritó la gorda Pamela apretándose la nariz, mientras que Rossana le daba un beso corto en la boca a María Noel.
__ Ya me voy. __ Dijo sombría y continuó caminando hasta el perchero para quitar su saco francés, las otras continuaron con lo suyo. Solo sintió el saludo de la empleada que pasó junto a ella con otros cinco gramos de repuesto para la fiesta.

La noche caía rápidamente sobre la ciudad y no podía reparar en la mujer alta y rubia que la seguía mientras caminaba sin rumbo hasta la galería De London. Entró a mirar vidrieras aunque su mente seguía con Lorena y la sospecha de que se había ido para siempre, pero chocó contra alguien al querer retornar sus pasos para volver a casa.
__ Discúlpeme.
__ No es nada… ¿No nos conocemos?
Era más alta que ella, casi una cabeza, le recordó a Uma Turman la de “Kill Bill” y sonrió, la mujer hizo lo propio y la aferró del hombro con firmeza pero transfiriéndole cierta energía que por momentos la cautivó.
__ Creo que se equivoca.
__ Tal vez. __ Dijo y miró al techo pensativa, llevaba un vestido verde oscuro realmente hermoso, sus ojos azules e intensos parecían penetrar los suyos como leyéndole sus pensamientos. Paula comenzó a dudar de si no la conocía realmente de alguna fiesta en las embajadas cuando venían sus padres a Montevideo o de alguna otra recepción.
__ Me llamo Mercy Van Hausen y vine hace dos meses del extranjero, la verdad que estoy medio perdida, la invito a un café si no es impropio. __ Le dijo tomando un poco de distancia, tenía un saco negro sobre los hombros y una hermosa cartera Gucci que hacía juego con unos zapatos espléndidos de punta.

Unos minutos luego, conversaban animadamente en la confitería del Sorocabana.

Juicio y Castigo

Neo Vampiros 38: El nido de la serpiente

El arte de Toon Hertz (37)Neo vampiros 38
“El Nido de la Serpiente”
Por: Darío Valle Risoto

Lorena se enteró de la muerte de Lecuore a través de Paula que la llamó a su celular y notoriamente nerviosa le relató los hechos. Lorena no supo si era su imaginación o su condición de no muerta que le traían tales imágenes pero calló al piso del sofá del living presa de una especie de convulsión.
El teléfono celular rodó lejos sobre el frío monolítico hasta casi llegar al piano. Se sostuvo con tanta fuerza del sofá que le arrancó parte del tapizado, los incontenibles y punzantes dolores de cabeza le traían diversas imágenes superpuestas de dos muertes muy lejanas pero de similares características.
Dio un salto y calló sobre pies y manos en medio de la enorme frialdad del salón entre la gran puerta de entrada y la alfombra que cubría la zona más habitable, afuera la oscuridad estaba cubierta de una niebla violácea, miró al techo y volvió a ver la misma araña bajando en su endiablada tela rumbo a los cárieles de cristal, se tomó la cabeza y profirió un grito ahogado cuando sintió que dos balas habían atravesado dos cráneos, uno de un maldito asesino que se había suicidado quitándole el placer de hacer justicia por su propia mano y el otro…

__ ¡Henrich!
Barcelona, España, Cataluña, un disparo certero y el hombre de negro que pierde medio cráneo y se resiste a dejarse herir tan cobardemente.
__ ¡No te llevarás mis sentidos: inglés!
__ ¡No te llevarás mis pasos de vampiro!
__ ¡Yo soy la muerte y la leyenda!, ¡Soy Henrich Funke…!
Y se apagan las imágenes del parque y el auto enorme y lujoso del inglés se aleja, apenas lo ve como una borrosa cavidad dentro de un torbellino de sangre que se lo traga rápidamente.
Y un grupo de personas corrió a tratar de brindarle ayuda al herido, la enorme mancha de sangre crecía lamiendo la gramilla y el delgado hombre yacía inmóvil con los ojos casi rasgados abiertos como mirando al mismo infierno.
__ ¡Llamemos una ambulancia que se lo han hostiado!
Uno de los hombres llamó nervioso a la coronaria mientras que los demás no sabían que hacer, el más débil vomitó junto a un cantero mientras llegaba corriendo un guardia civil.
__ ¿Qué pasó aquí?
La imagen es conmovedora: el tipo caído sobre un costado con su pelo atado a la espalda y sus facciones europeas y finas, su traje italiano perfecto absorbiendo sangre como para evitar su desbande.
Pero era inútil.

Quince minutos después la ambulancia llegó al Hospital General y bajaron el cadáver sin mucha prisa, lo han auscultado y desde luego que esta muerto, media cabeza se la han volado de un tiro y solo le queda la parte de adelante.

Lorena se arrastró del lado de adentro del techo enorme y abovedado, observó que allá abajo Paula había entrado corriendo desde la calle. Se tomó de los bajorrelieves de gárgolas y Ángeles del rincón más alejado, vio a la pequeña araña desde arriba y sintió la sorpresa del diminuto ser.
Lorena se dejó caer y levantó un ruido quejumbroso en el salón mientras Paula retrocedía aterrorizada sin saber de donde había venido.
__ Le volaron la cabeza pero vive, fue hace unos días, no puedo adivinar cuantos.
__ ¿Lecuore?
__ Henrich, mi…. Padre: el vampiro.

Lorena se desvaneció y Paula que se adelantó para sostenerla, ambas se confundieron en un abrazo forzado, la última llevó a la delgada joven hasta el sofá; aún temblaba señalándole el cajón escondido.
Intentando sofrenar el asco sacó una bolsa de sangre y se la dio, Lorena se escondió de su vista para que no la vea morder el recipiente que absorbió y chupó con ansias tratando de no pensar en la vena aorta de su amiga que palpitaba como mil campanarios orientales.
Le caía la sangre sobre la barbilla y bajaba en ramales hasta sus senos metiéndose debajo del top negro y deteniéndose apenas en sus pezones oscuros para seguir hacia abajo. Su mente comenzaba a ordenar las visiones como si se tratara de un viejo Tarot oculto en cada nervadura de sus terminaciones nerviosas.
__ Ya te lo había dicho, Henrich está mal y no puedo hacer casi nada.
__ ¿Casi?

Hospital de Cataluña, olor a desinfectante, enfermeras que corren y un equipo médico que no se explica como el hombre aún está vivo aunque no le lata el corazón.
__ Debe ser un error.
__ Abrió los ojos y miró a los internos, su cabeza comenzó a restaurarse como si la piel y los huesos le crecieran de nuevo y luego…, y luego habló.
__ ¿Y que dijo Doctor?
__ Sangre, pidió sangre, le dimos cuatro transfusiones hasta el momento y su cabeza está casi enteramente restaurada, debe ser una especie de, de…
__ ¿Extraterrestre?
__ No sea gilipollas, debe ser un experimento extranjero o algo así, lo que sea, escapa a mis conocimientos, mi querido colega.
Los doctores conversaban subiendo por el ascensor hasta el cuarto piso donde tenían en observación al recién llegado.
Cuando llegaron a la habitación encontraron la cama vacía y a un interno inconsciente en el piso.
Juicio y castigo.

Martes, 6 de enero de 2009