Men in White 1934: Aquelloos medicos de antes.

Men in White 1934
Por: Darío Valle Risoto

Mi gran afición por el cine “viejo” y sobre todo entre otros mi amor incondicional por partes iguales por Myrna Loi y Cary Grant me han hecho encontrar verdaderas joyas del cine que quizás vi de muy chico en mi eternamente recordado cine de barrio: El “intermezzo” o que tardíamente veo en estos años en el otoño de mi vida.

Men in White está protagonizada por un Clark Gable curiosamente sin bigote pero ya con sus enormes orejas y desde luego por la bella y talentosa Myrna Loi, en este caso tenemos una mirada suficientemente profunda de la profesión médica en esos años en que quizás la medicina comenzaba a dar el enorme salto a la tecnología que tenemos hoy día. Sin embargo algunas cosas no han cambiado y la profesión médica se muestra con sus avatares, sus largas horas como internos y sobretodo en el protagonista veremos el duelo entre la superación personal a modo de un mejor puesto en Europa y la realdiad ante la necesidad de salvar vidas en su propia tierra.

La vida del hospital está muy bien retratada, desde los otros médicos jóvenes que solo piensan en chicas y la frialdad ante la muerte cotidiana o aquella enfermera que se enamora del doctor y luego, luego la tragedia. Myrna Loi es la novia de este doctor y a su vez hija de un famoso médico y sin embargo deberá comprender en carne propia que en este camino de la vida de “hombres de blanco” las metas personales pueden caer de lado frente a la imperiosa necesidad de salvar vidas.

Un excelente retrato de época, bien llevado al celuloide y que permanece fiel a través del tiempo, la película ha envejecido muy bien y como gran parte de este cine viejo, en blanco y negro y prácticamente carente de efectos especiales conserva el realismo que probablemente jamás volvamos a disfrutar del séptimo arte.
PD: Como siempre si quieren conseguir este tipo de grandes películas la página descarga cine clásico os va a sorprender.

1883: Un western auténtico y descarnado.

Y 1883: Un western auténtico y descarnado.
Por: Darío Valle Risoto

Allá ente las décadas del cincuenta y sesenta el western era uno de los géneros más exportado desde usamérica, sin embargo carecía en muchos aspectos de una veracidad que solo pudimos curiosamente advertir en productos similares provenientes de Europa, más precisamente de Italia denominados: “westerns espaguetis” Ya me he referido varias veces a lo realistas que eran estas películas en cuanto a una “estética de la suciedad” frente a los protagonistas “yanquis” dispuestos a tirotearse y tomarse a golpes sin nunca perder el peinado ni romperse sus coloridas camisas vaqueras.

De todas maneras en ambos lados prosperó cierta gramática del mundo del lejano oeste usamericano que contenía elementos fantásticos y por cierto que alejados de lo que fue la durísima realidad de la conquista de los territorios en américa del norte. Generalmente es a partir de los años setenta en adelante que aparecen algunas películas que tratan de ser más realistas posibles y encontraremos algunas joyitas donde se le trata de dar a estos “conquistadores” su mirada correcta amén de que los nativos americanos dejan de ser “los malos” para ser tratados como lo que realmente fueron: los conquistados y/o masacrados por el hombre blanco.

Aun así será necesario hilar muy fino frente a buenas historias pero que siempre abrevan en la zona de confort de héroes y villanos hasta que encontramos en series como esta: “1883” precuela e la serie: “Yellowstone” que por cierto aún no he visto, que hay una explícita necesidad de mostrar esta época con el mayor rigor histórico posible y por lo tanto aquellos que vimos hartas películas del género nos encontraremos con escenas totalmente inesperadas pero que refieren a esta búsqueda de realismo.

Con una maravillosa fotografía tenemos el protagónico de Sam Eliot quizá el actor de western más “vaquero” de la historia del cine y un elenco que conforman diez episodios de los que solo he visto tres o cuatro pero me atrevo a decir que esta serie es de lo mejor sobre el tema aparecido en los últimos años. Recordemos que como hoy el subgénero de la ciencia-ficción con las películas de súper héroes llegó a la saturación lo mismo sucedió en décadas pasadas con el western y aunque le agradecemos al querido John Wayne y compañía tantas horas de entretenimiento hoy sabemos que no todo fue tan así.

1883 tiene un tratamiento sublime de los climas, protagonistas muy creíbles y por lo tanto acompañar a estos vaqueros que conducen una caravana de inmigrantes europeos a través del salvaje oeste indudablemente nos llevará a ser parte de esta gran obra de arte.

El Orgullo de los ignorantes o la búsqueda del humilde conocimiento.

El Orgullo de los ignorantes o la búsqueda del humilde conocimiento.
Por: Darío Vale Risoto

A través de los años creo advertir cierto desapego general al conocimiento y sobre todo a las buenas costumbres o buenas “maneras” emanadas del mismo. He visto a demasiadas personas orgullosas de su falta de educación y de su carencia de los más mínimos conocimientos sobre cualquiera sea el tema posible. Es como si se aferraran a su querida ignorancia enarbolando argumentos como: “yo soy así” o “A mí eso no me interesa”

Hubo una época no muy lejana donde por sobre todas las cosas en estas tierras del sur se apreciaba a las personas cultas: a las buenas lectoras, a las que aún sin escuela y con el solo hecho de haber aprendido apenas a leer y escribir mostraban una suerte de conocimiento universal sobre los más diversos temas. Quizás no manejaran con rigor científico muchos de ellos pero al menos había una necesidad casi orgánica por el saber que hoy día creo no encontrar en prácticamente nadie y especialmente en muchos jóvenes. Estas personas tenían la sana costumbre de leer mucho, de tratar de comprender el mundo a través del maravilloso arte de un libro, una publicación, etc. y hoy paradójicamente cuando prácticamente tenemos el saber de todo el mundo en nuestras manos eso raramente se encuentra en las personas a mi alrededor.

Orgullosos de ser unos idiotas van frente a la vida con la soberbia de que nada les importa y por lo tanto suelen desmerecer a aquellos a los que si la curiosidad les mueve a conocer y reconocer el mundo a su alrededor. Carentes de mejor mérito que ser ciegosy sordos frente a la historia, la geografía, la política y todo lo que hace a nuestras sociedades y siguen cual corderos escuchando sus músicas paupérrimas y a sus ídolos estúpidos que hoy día no suelen durar más que medio minuto. Sus referentes cantan con acentos centroamericanos sobre la cosificación de la mujer, el sexo a la fuerza, el consumo de baratijas y el liderazgo del más fuerte, mientras que conforman la larga lista de consumidores de cuanta basura cultural salga de esas enormes compañías abocadas a ganar dinero con productos hechos con la sola intención de destruir sus cerebros.

Estos “carne de cañón” jamás van a leer un libro más no sea de literatura basura sobre sus ídolos o sobre “estrellas del fútbol”, nunca van a sentarse a oír de verdad una canción tratando de comprender que mensaje hay en ella tanto musical como en su letra porque oyen sin escuchar y miran sin ver. Son los nuevos avatares de una época donde el “liderazgo” se manifiesta con la forma de un auténtico fetiche pletórico de tatuajes, piercings, gorras, anteojos, ropa deportiva de “X” marca y una profunda, indeclinable y portentosa suma de ignorancia celestial sobre temas tan importantes en la vida que lamento sentir que están destinados a ser las ratas de laboratorio de los “artistas” del reggaetón y los genios de los “realityes shows” de las plataformas de internet.

No hay ninguna falta en ser ignorantes pero si en sentirse orgullosos de ello y por lo tanto cerrarse ante la maravillosa tarea de aprender de la vida cada día un poco más, a fin de cuentas creo que de eso se trata venir al mundo, si de verdad queremos hacer una buena diferencia con un insecto o un cordero que marcha berreando al matadero. Transformarse primero en interlocutores válidos es el primer paso a la sana humildad del que no sabe y no teme preguntar y mucho menos a alguien que por suerte llegó antes a algún tema para que les traiga luz sobre este.

De aprender se trata y el conocimiento es la única cosa que cuando la repartimos nos quedamos con mucho más porque enseñando se aprende y se aprende enseñando, así que frente a la enorme amargura y tristeza que me invade viendo a tanto estúpido orgulloso de no saber nada siempre reivindicaré a aquel que sabiendo tal vez un poquito se planta hasta para discutirme algo pero con esa fabulosa virtud de estar abiertos al saber sin soberbia u orgullo.

Una cosa es ser tolerantes y otra permitir que nuevas formas de oscurantismo se adueñen del mundo fabricando una suerte de nuevos “nazis” sujetos a su quema de libros y la prohibición de todo aquello que pueda poner en tela de juicio su triste concepción del mundo donde solo el sexo forzado y el dinero parecen importar. Aparecen entonces los aventajados de siempre que bien saben sacar provecho económico de estas mentes simples y casi obsoletas que consumen todo y no se quieren complicar con ningún tipo de razonamiento crítico y entonces estos «empresarios» se llenan de dinero a costa de estos orgullosos idiotas.

Navidades, arbolitos y recuerdos

Navidades, arbolitos y recuerdos
Por: Darío Valle Risoto

Uruguay es un país presuntamente laico, y recalco: “Presuntamente” porque el cristianismo y especialmente la iglesia católica ejercen una poderos influencia tanto en lo político como en lo social en nuestra tierra. Supongo que esto no es nada original porque la cultura “Navideña” a ha prosperado a lo largo y ancho del mundo entre otras cosas gracias a la enorme difusión de los rasgos que comparten grandes cantidades de productos provenientes de los EEUU donde la navidad prácticamente es una festividad en que la idea predomínate es el más acelerado consumismo.

Aquí no es la excepción y desde fines de noviembre tenemos una invasión de fetiches navideños de todo lo que la mente publicitaria pueda imaginar y entonces en la gente prospera esa sensación de “fin del mundo” intentando conseguir todos los artilugios y alimentos posibles para pasar la noche del 24 de diciembre esperando a Santa Claus y quizás recordando esa enorme construcción cultural judeo-cristiana del salvador quien aparentemente nació en esa fecha por el año cero.

Si Santa Claus es una deformación de ese viejo: “San Nicolás” que se dice rescataba a gente perdida en la nieve fue la compañía Coca Cola que lo vistió con sus colores y armó toda esa extraña mitología paralela al Jesús de Nazaret que en usamérica se ha superpuesto a él porque ya sabemos que los cristianos protestantes piensan que tener dinero es un don del señor… vaya, vaya. ¿Dónde habrá quedado el amor por el prójimo?

Allá por 1994 mi madre había vuelto de su internación por una enfermedad terminal y en vísperas de la navidad le pregunté si quería armar el dichoso árbol y me dijo que no, a pocos días llego de trabajar y allí estaba el coso lleno de chirimbolos y con la luz parpadeante prendida. Ella lo había armado sola y dado que también sufría mal de Parkinson había sido toda una hazaña. En 1995 su salud había decaído bastante, en vísperas de la navidad le pregunté si quería armar el dichoso árbol y me dijo que no, falleció el 30 de diciembre de ese mismo año y por suerte sin un gran sufrimiento. Desde allí en más y como cada día me vuelvo ateo y por consiguiente escéptico a cualquier superstición jamás arme nada que tenga que ver ni lejanamente con estas festividades aunque para tener un día libre me adhiero hasta al cumpleaños de Mahoma.

A propósito de eso: cierta vez años antes había ido a la casa de una amiga y su hijo que en ese momento (Ya no) era muy Punk y anarquista estaba muy enojado porque tenían una mesa llena de comida y bebida y habían llegado unos familiares, a raíz de que me preguntó esta amiga que opinaba le reiteré lo antedicho: Cualquier excusa es buena para pasarla bien, por más que sea todo este paquete de barbaridades de árboles paganos, renos, tipos gordos de la coca cola y algunos por allí pensando en que dios había venido para dejarse matar y así inaugurar una nueva religión que es algo así como el judaísmo 2.0

Cada cultura tiene sus mitos los que de alguna manera la han construido y por ahí la identidad de los pueblos se define en base a ellos y los usamericanos, me refiero a los Estadounidenses han sabido exportarnos todo tipo de parafernalia no solo navideña sino también ideológica, política y social. Cada año aparecen enormes cantidades de películas y series súper estúpidas de ese país sobre la navidad, cosa que es imitada en muchas partes del mundo dejando en un servidor nuevamente la idea de que soy un extraño en tierra extraña y que mi madre tenía razón al pensar en que su hijo era un extraterrestre.

Así que pese a toda esa porquería como también una semana después tenemos el fin de otro año espero que lo pasen de la mejor manera posible y traten de no alienarse demasiado y si emborracharse de la forma más sana posible…o drogarse que es más o mneos lo mismo.

Doc Martin: Gran serie inglesa sobre un médico y su pueblo.

Doc Martin
Por: Darío Valle Risoto

Si bien soy un gran seguidor de otros géneros del cine o la Tv las comedias cuando son buenas suelen atraparme haciéndome verlas hasta el último episodio, este es el caso de esta magistral serie inglesa que encontré de casualidad el Pluto TV. Comenzó en el 2004 y se desarrolló durante diez temporadas, lamentablemente en esta mencionada plataforma a la fecha tienen hasta la sexta y bien espero que la completen a la brevedad.

La serie trata de un prestigioso médico cirujano que luego de sufrir una crisis que le trae problemas para enfrentar la vista de la sangre decide afincarse en un hermoso pueblo pesquero en la costa de su país. El tema es que el doctor tiene grandes problemas para aclimatarse a las gentes y sus costumbres, quizás excesivamente profesional y científico en principio es resistido por muchos hasta que su desempeño profesional se destaca salvando varias vidas por el camino.

Un de las principales buenas cosas de esta serie es que todos los personajes que habitan el mundo del Doctor Martin son perfectamente levados a la pantalla al punto de que muchas veces me he preguntado si muchas personas del lugar no se representan a sí mismas en pantallas, además de varios actores y actrices conocidos, claro.

Ya voy por la tercera temporada, en un momento el carácter difícil de este protagónico me recordó a una serie usamericana muy exitosa emparentada con esta que fue Dr House, debo contarles que esta me la había recomendado un amigo y solo soporté gran parte de la primera temporada y luego la abandoné para siempre porque no me atrapó para nada un personaje que era desde cualquier punto de vista una persona desagradable, ególatra y vil por lo que aquí termina toda comparación con Doc Martin ya que pese a parecer similar por su carácter parco veremos que se trata de un hombre muy solidario pero que tiene problemas para relacionarse con su entorno.

Doc Martin la disfruto mucho y no puedo ver un solo capítulo sin luego querer seguir disfrutando de una comedia sobre un hombre y sobre todo un pueblo, sus habitantes y sus múltiples dramas cotidianos, desde los problemas de los niños en la escuela, el fontanero y su hijo, el perro que los sigue a todas partes, aquel señor con mal olor, el único policía con problemas para conseguir chicas, el guardabosques demente, las jóvenes díscolas que en la calle viven bromeando con la gente, la propia tía del doctor y sobretodo el difícil romance con la maestra.

Adivina quién viene a cenar esta noche 1967

Adivina quién viene a cenar esta noche 1967
Por: Darío Valle Risoto

Tenía que cerrar el círculo, luego de volver a ver: “Al maestro con cariño” y tras: “Las lilas del valle” era evidente que también tenía que volver a disfrutar esta tercera película protagonizada por el gran Sidney Poitier que vi hace un siglo atrás. Obviamente que en las tres películas el tema del racismo está presente pero es en esta donde se evidencia de forma manifiesta.

Básicamente se trata de una chica de veintitrés años y de familia acomodada, blanca ella que de un día para el otro trae a casa a su futuro esposo quién conoció de vacaciones en Hawái, el tema complicado es que el hombre es negro y no olvidemos que esto transcurre en 1967. Hago la acotación porque me parece necesario aunque a más de cincuenta años de ello creo que este tema aún de alguna manera puede ser algo controversial.

Spencer Tracy y Katherine Hepburn son los padres de la chica, matrimonio en la vida real de estos gigantescos actores y no pude evitar sentir la tristeza al enterarme de que Tracy aquejado de una enfermedad terminal falleció muy poco después de terminar esta película, también se nota el mal de Parkinson que sufría Katherine en esa época por lo que a su enorme talento deberíamos sumarle la entrega al arte de estas dos personas inmensas.

La historia se desarrolla prácticamente en el preludio de la cena donde se verán las caras los padres de ella y los de él que llegan después a la casa con la inteligente mediación de un sacerdote católico amigo de la familia de la chica cuando surgen aún en mentalidades “liberales” los prejuicios y el lógico temor porque la vida de un matrimonio interracial estará condenado a sobrellevar enormes problemas.

Aquí me quiero detener en un aspecto de la película que quizás les haya pasado desapercibido pero es el tema económico. Porque el novio aunque negro es un prestigioso medico con una trayectoria impecable que me deja entonces la sensación aquella de que hay muchos menos prejuicios porque no hay conflictos de clase. ¿Qué hubiera pasado si el novio negro hubiera sido solo un simple obrero o un desocupado? Probablemente no habría película posible de seguro.

De todas maneras la historia es un fiel reflejo de los movimientos por los derechos civiles que en la década del sesenta en los EEUU se enfrentaron a las duras tradiciones blancas y conservadoras de la época, el asesinato de Luther King es muestra elocuente de que no fue nada fácil lograr una igualdad que aún hoy en esta parte y me temo que en otras de todo el mundo aún está lejana.
Por último no pude evitar recordar a mi tío Antonio que cierta vez allá por los años setentas estaba escandalizado porque una de sus hijas se había ennoviado con un pibe de raza negra, me lo contó totalmente devastado y siendo casi un niño traté de que la cosa no pase a mayores tratando de apaciguarlo, lamentablemente este no era ni doctor ni “Sidney Poitier” y resultó ser un mentiroso y una mala persona… la realidad suele ser un poco distinta al mundo de Hollywood.

Suzume no Tojimari 2023 “Cerrando puertas”

Suzume no Tojimari 2023 “Cerrando puertas”
Por: Darío Valle Risoto

Una chica japonesa de unos diecisiete años de pronto se encuentra con un cautivante chico que tiene una extraña misión y esta es tratar de cerrar unas misteriosas puertas para que no llegue el desastre a nuestra dimensión. De más o menos eso se trata esta película anime que tiene una fabulosa técnica y un diseño tanto de personajes como de locaciones de verdad magníficos.

A menudo cometo el error de poner a los estudios Ghibli en la cúspide de este estilo de dibujos animados a nivel mundial y suelo ser bastante injusto porque en Japón hay estudios como este que de vez en cuando nos sobrecogen con trabajos maravillosos por más que sigamos siendo fieles a la casa de “Totoro”. En este caso la historia es entretenida y con un sesgo mágico fantástico que solo los orientales saben hacer muy bien y aquí se demuestra nuevamente.

Que el chico se transforme en un banquito de madera de tres patas que camina, corre y se puede comunicar es solo una perla más de como los orientales siempre nos presentan historias riesgosas que retan nuestra percepción y nos invitan a ir más allá de todo lo visto al menos en occidente en el tema animación, ni que hablar de que generalmente aunque se arriesguen al máximo salen bien parados de ello y esta no es la excepción. Una buena cosa.

The Bee Gees How can you mend a Broken Heart 2020.

The Bee Gees How can you mend a Broken Heart 2020
Por: Darío Valle Risoto

Para muchos de nosotros los Bee Gees fueron conocidos por su participación en la banda sonora de la película “Fiebre del sábado a la noche” y quizás su disco posterior: “Los espíritus han volado”, más poco sabemos de la larga y enorme trayectoria de este trio de hermanos que con profundidad nos relata este documental con la fundamental participación de Barry en todo el relato como único hermano sobreviviente de los cuatro hermanos Gibb a la fecha.

Su discografía comienza nada menos que en 1965 y mucho antes de poner de moda su clásico falsete a la hora de cantar ellos ya se habían logrado instalar en la escena pop hija directa de la ola desarrollada a través de The Beatles, incluso si revisamos sus primeros discos tenemos algunas versiones de los clásicos de The Beatles como: Ticket to ride o paperback writer.

El documental indudablemente hace hincapié en la etapa “disco” y nos revela como el auge de este sonido proveniente de las discotecas gais se adueña del mundo y como de costumbre es absorbido por el monstruo comercial que termina por echarlo a perder todo. Es así que de una enorme fama los Bee Gess son los inocentes participes de campañas anti disco y terminan casi en el olvido pero resurgiendo de sus cenizas se encumbran como compositores para otras estrellas de grandes éxitos como el famoso: Mujer enamorada para Bárbara Streissand.

Tenemos tanto en sus confesiones como en las de sus esposas o músicos famosos la admiración por la enorme calidad compositiva de estos tres hermanos que solamente con juntarse en un estudio siempre terminaban aportando alguna joyita musical. Obviamente la fama traería la guerra de los egos sobre todo entre Barry y Robin mientras que Maurice (Hermano gemelo de Robin) solía siempre actuar como mediador, esto no evitó que tuvieran cada uno sus etapas y sendos discos solistas.

Lo único que le eché en falta al documental fue alguna mención a la música de la película: “Grease” que aquí no parece pero el resto es un repaso fabuloso sobre un grupo de músicos con mayúsculas, multi instrumentistas y cantantes del carajo, más allá de nuestros gustos personales.

Es elocuente la frase de Barry sobre el final cuando dice que cambiaría toda la fama y la trayectoria por tener de nuevo a sus hermanos con él. Para finalizar digamos que Andy Gibb el más chico de los cuatro hermanos muere en 1988 con 30 años justo luego de que sus hermanos pensaban incorporarlo al grupo.

Los Lirios del Valle 1963: Una buena historia.

Los Lirios del Valle 1965
Por: Darío Valle Risoto

Cuando subí mi comentario sobre la película: “Al maestro con cariño” agregaba que esta junto a “Adivina quién viene a cenar esta noche” eran las películas que habían lanzado al estrellato a Sidney Poitier pero ignoraba que él había ganado el óscar a mejor actor en la película que ahora nos convoca.

La desconocía completamente y anoche la vi, digamos que a pesar de mi ateísmo militante noté que es una buena película y que quizás si bien es merecido ese Oscar a Poitier creo que en las dos mencionadas antes hace mucho mejores actuaciones, que en esta, más es muy sabido que el tema religioso en el cine de los Estados Unidos siempre vende y muy bien.

La película narra la historia de un trabajador de la construcción que de camino por el desierto debe parar su camioneta en busca de agua para el radiador y entonces encuentra una finca donde viven cinco monjas católicas y de allí en más la relación con la especial madre superiora se hará evidente cuando esta gracias a su “fe” y la capacidad de convencerlo lo lleva a quedarse cada vez más tiempo para finalmente construir una parroquia en el lugar.

No hay más que esto y sin embargo la película es muy interesante, sobretodo porque en mi caso me revela mucho sobre las personas y sus creencias, aunque me parezca siempre absurdo que por ejemplo se piense primero en una parroquia, luego en una escuela y finalmente en un hospital cuando el orden sería todo lo contrario y la parroquia la podríamos cambiar por una biblioteca. ¿No?

De todas formas es una buena película proveniente de un libro y que tiene todos los elementos que configuran una de esas narraciones sencillas sustentadas en personajes profundos y perfectamente delineados aunque debo reconocer que siempre me cuesta y me costará presenciar situaciones en torno a ese ignoto ser imaginario que llaman: dios. La perla de la torta es que la película no termina con el clásico: “The End” sino con un: “Amen”…todo dicho.