Venezuela SI o Venezuela NO.
La zamba de las tribunas
Por: Darío Valle Risoto
Vieja discusión casi tribunera pero complicada si pensamos en que estamos juzgando a toda una sociedad y no a un cuadro de futbol. Esto ya lo escuché antes durante varios años y lo sigo escuchando con el tema Cuba y de cierto modo también pasó con la Unión Soviética. De un lado y del otro de las ideologías se asumen roles estancos de comprometidas opiniones positivas o negativas todas ellas.
Sin llegar a ser sociólogos podemos considerar que todo lo que opina el ser humano o la mayoría de ellos parte de sus ideas formadas sobre determinados temas que poco tienen que ver con una visión objetiva ya que impera lo orgánico contra lo racional y en casos de política estamos hechos mis amigos…
Poco importa que el gobierno de determinado país haya llegado a las urnas por la elección del pueblo si luego somete a este y seguramente la dictadura más firme si es popular puede perdurar largos períodos sin problemas, los ejemplos abundan en la historia del mundo desde que a un burgués se le ocurrió inventar la democracia.
Las adhesiones incondicionales son altamente negativas en todos los aspectos de la vida y en política suelen producir a fanáticos insoportables que no tienen ojos ni orejas y solo bocas para vivar a sus líderes de turno, esto siempre indefectiblemente termina mal porque los hombres somos adictos al poder y solemos sufrir una terrible sobredosis de “poderositis” y de impunidades varias, los ejemplos creo que no hace falta darlos, desde Hitler a la madre Teresa ya sabemos que el poder es jodido, hasta el poder de esa dulce viejita de hacernos creer que es una santa mientras trabaja para la multinacional católica.
Yo nunca fui a Venezuela y realmente sería uno de los últimos países que me gustaría visitar, pero trato de escuchar a todas las campanas sobre el tema del gobierno Bolivariano que para unos es la panacea del socialismo y para otros una dictadura terrible, entre medio hay diversas opiniones pero fácilmente la gente se manifiesta Pro o contra el gobierno de Maduro heredado del militar: Hugo Chávez.
En mi caso trato de mantener una actitud expectante porque si bien vi en algunos momentos con cierta simpatía a Chávez nunca me pude desprender de mi casi orgánica sensación de repulsa hacia la clase militar, sigo manteniendo que todo lo que viene de los milicos termina mal o peor aún porque solo saben hacer una cosa y esta cosa nada tiene que ver con la paz.
De todas maneras tampoco puedo desconocer los aparentes logros sociales pero hubo muertes y aún debajo de la aplanadora campaña de los medios que en este país vapulean al gobierno de Maduro no puedo dejar de tomarlas en cuenta. Posiblemente el muchacho de catorce años asesinado en la calle no era más que un pibe que quería expresarse y no un agente de la CIA, generalmente los que manipulan se saben mantener lejos de la balacera. El desabastecimiento puede también ser parte del sabotaje de la oligarquía y aquí es cuando se ven los tantos: ¿El gobierno no puede hacer nada?
Arengas para mantener a las masas anestesiadas parecen ser parte del discurso del realismo mágico de los gobiernos centroamericanos y caribeños y lamentablemente por acá también se están contagiando. Léase: Nosotros somos los buenos y todo lo malo es culpa de los otros. Esto sirve para los dos lados de las ideologías y allí demuestran su falencia más cara.
Jugar con el sentido común de los ciudadanos sirve desde que se inventó el circo en Roma, hay múltiples casos en que la gente sigue corriendo la coneja y perdiendo libertades a cambio de muy poco, a veces solamente parecen alimentarse de promesas y nada más. Como anarquista no me puedo alinear a una postura que no escucha, no intercambia, no quiere oír ni ver lo que sucede y se encierra dentro del huevo de los “compañeros” y los demás son todos enemigos o traidores.
En el Uruguay pasa algo muy parecido con la coalición de gobierno: no reconoce los errores, no acepta que las intendencias en Montevideo en estos últimos 25 años han ido de mal en peor, en lo nacional nos mienten con las cifras sobre pobreza, marginalidad, salud y educación y la patéticas cifras de inflación que están más maquilladas que mi tía Olga. Sin embargo no he visto ninguna manifestación contra el tremendo aumento del costo de la vida por parte del PIT CNT o algún grupo cualquiera de ciudadanos pero si hicieron una marcha por Venezuela con todo lo que esto pueda significar, es cuestión de tiempo para que todo se sepa y realmente espero que no queden pegados como aquellos comunistas que nos hablaban maravillas de la URSS sin haber ido nunca y los que si habían ido se mantenían calladitos, después nadie pidió disculpas.