El Drama de Fonseca
Por: Darío Valle Risoto
Mauricio cierto día descubrió que escuchar conversar a Fonseca con Cabral a la hora del descanso era mucho más interesante que ponerse a ver bobadas en su celular. Había elegido un buen lugar en el frente del taller gráfico donde trabajaban medio de lado al muro donde se solían sentar el muchacho y el veterano para almorzar.
Así que tratando de parecer distraído, incluso haciendo como si mirara su móvil escuchaba entre divertido y asombrado los consejos que el veterano Cabral le daba al muchacho, generalmente como los de aquel día sobre el amor y sus circunstancias.
Luis Fonseca tenía una novia que se llamaba Mónica, una chica simpática que a veces lo venía a buscar al trabajo, pero ahora Mauricio se enteraba que la chica era un tanto particular tanto que el muchacho estaba pensando seriamente en dejar la relación.
__Estoy pensando en largarla antes de volverme uno de esos tipos raros amanerados con olor a flores que joden con los guerreros del arcoíris y la era de acuario y tener que vivir comiendo hamburguesas de porotos con cara de que ando respetando la fauna y amo la flora. __Había dicho mientras comían biscochos y tomaban mate con su compañero.
Mauricio escucho a Cabral siempre pensativo y dispuesto a dar una mano. más viejo que el resto de los operarios era como una especie de consejero sobre prácticamente todos los temas.
__ Te hubieras quedado con la Shirley, al menos la gorda casi no hablaba y según vos todo bien en la cama. __ Le largó tras cebar de nuevo un amargo y pasándoselo.
Luego recordaron que tenían diferencias sobre los cuadros de futbol de sus amores: ella era de nacional y el de Peñarol.
__ Irreconciliables. __Había dicho el muchacho y Mauricio casi hace que se le caiga el tupper que su esposa le había puesto con fideos con queso. Extraña palabra para un pibe de no más de veinte. Se dijo.
No quería reírse pero era cómico pensar en que los hombres encuentran escusas insólitas tanto para amar a las mujeres como para salir corriendo lejos de ellas. Bebió un trago de refresco y en ese momento el timbre les indicó como siempre a las doce y media que había que volver al yugo.
Antes de entrar a su sección escuchó el último punto de vista del viejo Cabral hacia el entuerto de su compañero.
__ Mira chiquilín, después de todo si tu novia es Vegana no es para tanto, mi primera esposa era Boliviana y la segunda Brasileña, la última creo que de Cerro Largo, después de todo cualquier cosa que se vaya a quejar a su embajada.
FIN
Continuado con el tema de los diálogos ahora vemos diálogos indirectos que se producen a través de un narrador que intenta recrear aquello que recuerda de una conversación. Por lo tanto esta es una derivación del relato anterior: “Mejor quedarse solos” donde el diálogo era directo, en este caso tenemos a un narrador testigo que nos cuenta sobre el mismo tema pero desde otro ángulo. Desde luego que también podríamos hacer lo propio con alguno de los protagonistas: tanto Cabral como Fonseca contando o pensando en la misma situación.