El Drama de Fonseca

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El Drama de Fonseca
Por: Darío Valle Risoto

Mauricio cierto día descubrió que escuchar conversar a Fonseca con Cabral a la hora del descanso era mucho más interesante que ponerse a ver bobadas en su celular. Había elegido un buen lugar en el frente del taller gráfico donde trabajaban medio de lado al muro donde se solían sentar el muchacho y el veterano para almorzar.

Así que tratando de parecer distraído, incluso haciendo como si mirara su móvil escuchaba entre divertido y asombrado los consejos que el veterano Cabral le daba al muchacho, generalmente como los de aquel día sobre el amor y sus circunstancias.

Luis Fonseca tenía una novia que se llamaba Mónica, una chica simpática que a veces lo venía a buscar al trabajo, pero ahora Mauricio se enteraba que la chica era un tanto particular tanto que el muchacho estaba pensando seriamente en dejar la relación.

__Estoy pensando en largarla antes de volverme uno de esos tipos raros amanerados con olor a flores que joden con los guerreros del arcoíris y la era de acuario y tener que vivir comiendo hamburguesas de porotos con cara de que ando respetando la fauna y amo la flora. __Había dicho mientras comían biscochos y tomaban mate con su compañero.

Mauricio escucho a Cabral siempre pensativo y dispuesto a dar una mano. más viejo que el resto de los operarios era como una especie de consejero sobre prácticamente todos los temas.

__ Te hubieras quedado con la Shirley, al menos la gorda casi no hablaba y según vos todo bien en la cama. __ Le largó tras cebar de nuevo un amargo y pasándoselo.

Luego recordaron que tenían diferencias sobre los cuadros de futbol de sus amores: ella era de nacional y el de Peñarol.

__ Irreconciliables. __Había dicho el muchacho y Mauricio casi hace que se le caiga el tupper que su esposa le había puesto con fideos con queso. Extraña palabra para un pibe de no más de veinte. Se dijo.

No quería reírse pero era cómico pensar en que los hombres encuentran escusas insólitas tanto para amar a las mujeres como para salir corriendo lejos de ellas. Bebió un trago de refresco y en ese momento el timbre les indicó como siempre a las doce y media que había que volver al yugo.

Antes de entrar a su sección escuchó el último punto de vista del viejo Cabral hacia el entuerto de su compañero.
__ Mira chiquilín, después de todo si tu novia es Vegana no es para tanto, mi primera esposa era Boliviana y la segunda Brasileña, la última creo que de Cerro Largo, después de todo cualquier cosa que se vaya a quejar a su embajada.

FIN

Continuado con el tema de los diálogos ahora vemos diálogos indirectos que se producen a través de un narrador que intenta recrear aquello que recuerda de una conversación. Por lo tanto esta es una derivación del relato anterior: “Mejor quedarse solos” donde el diálogo era directo, en este caso tenemos a un narrador testigo que nos cuenta sobre el mismo tema pero desde otro ángulo. Desde luego que también podríamos hacer lo propio con alguno de los protagonistas: tanto Cabral como Fonseca contando o pensando en la misma situación.

Mejor quedarse solos

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Mejor quedarse solos
Por: Darío Valle Risoto

__ Flaco: vos que sabes un toco de mujeres. ¿Te puedo hacer una pregunta?
__ A tus órdenes Fonseca.
__ Me gustaría saber: ¿Hasta dónde puede llegar un pibe como yo para conquistar una mina?, Porque todo venía bien con Mónica hasta que anoche salimos y me llevó a ver a un tipo de esos raros… un gurú, curandero o chanta para describírtelo mejor.
__ ¡A la pucha!, Cuando se ponen transcendentales es peor que cuando quedan embarazadas.
__ Mira que la quiero a la piba, coincidimos en pila de cosas: a los dos nos gusta Jaime Ross, los dos nos deprimimos con Fernando Cabrera, los dos leemos a Benedetti y odiamos a Onetti, a los dos nos gusta el vino en caja, pila de cosas flaco, pero anoche me dejó de cara con el tal maestro de la astrología la cábala y no sé cuantos chiruflines más.
__ Por ahí es solo una etapa y después vuelve a la normalidad, como quien se fuma un porro.

__ Puede ser, pero ahora me explico el olor a incienso de su cuarto y esos cuadros que ella llama Mandalas y son una mierda y esa cosa de no comer carne y mirarme con asco cuando me zampo un choripán con picantina y después no me quiere ni tocar.
__ Bueno, tampoco podes esperar que sea toda como vos porque sería horrible, después de tres matrimonios o ajuntadas te puedo asegurar que no existe una mujer toda para uno y que hay que andar tolerando y mintiendo para llevarlas por buen camino.
__ No se flaco, estoy pensando en largarla antes de volverme uno de esos tipos raros amanerados con olor a flores que joden con los guerreros del arcoíris y la era de acuario y tener que vivir comiendo hamburguesas de porotos con cara de que ando respetando la fauna y amo la flora y la cantimplora.

__ Te hubieras quedado con la Shirley, al menos la gorda casi no hablaba y según vos todo bien en la cama… si no la rompía antes.
__ No me cargues flaco, con la Shirley teníamos un tema irreconciliable que más tarde o más temprano nos iba a llevar a la violencia explícita, ¿Ya te olvidaste?
__ Ah, sí, ahora me acuerdo, la gorda es de Nacional.
__ Y yo más manya que Sanguinetti. Irreconciliables flaco, peor que volverme vegano sería vivir con una gallina que me quería llevar al Parque central todos los domingos.
__ Mejor quedate solo Pedro.

FIN

En el taller este sábado dimos el tema de los diálogos: como se presentan, si son directos o indirectos, si es necesario separarlos por guiones, rayas o lo que sea, si se pueden evitar o no, si podemos detectar quien dice que cuando no hay separaciones como por ejemplo en un guion de teatro o cine que vienen precedidos de los nombres de los personajes, etc.
Por lo tanto la tarea fue escribir un diálogo breve entre dos personas, el que con gusto comparto con ustedes mis amigos.

Nota del autor: «Gallinas» es el seudónimo de los hinchas del Club nacional de Fútbol y  «Manyas»el de los hinchas del Club Atlético Peñarol, ambos son los dos cuadros más importantes del fútbol Uruguayo.

La casa y Amanda

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La casa y Amanda
Por: Darío Valle Risoto

Mi novia Amanda tenía un vínculo muy estrecho con la casa de sus abuelos. La casa era enorme y alguna vez supo ser el corazón de un gran espacio habitado por árboles y plantas pero terminó asfixiada entre edificios modernos que la fueron cercando como gigantes hambrientos de modernidad y brillo.

Era de tres pisos de alto, cuatro si tomamos en cuenta las dos torres y el ático que ocupaba todo lo largo y ancho del techo y que Amanda temía tanto como el sórdido sótano donde se guardaban muebles viejos y recuerdos más antiguos aún.

Tres arcadas daban paso a la puerta principal que se veía en medio a dos aguas y con una aldaba con forma de mano para golpear para ser atendido, las otras dos arcadas adornaban amplias ventanas de rejas con dibujos de hierro que mostraban ángeles y enredaderas.

Había un salón o hall de entrada con más de cien cuadros que llegaban a los techos altos, todos retratos familiares de un árbol genealógico iniciado en Europa que supo pasar por México y terminar en Uruguay. Los Mendizábal – Pereda eran una familia que hizo su dinero con la venta de esclavos en el siglo dieciocho pero se ufanaban de una solides cristiana y un abolengo de rancia estirpe taurina.

El salón tenía una doble escalera que anunciaba pisos altos con habitaciones interminables de techos abovedados, empapeladas desde sus pisos de madera a sus cielos rasos y con muebles que deberían valer una fortuna amén de lámparas de oriente y ropa de cama de finas telas de Turquía.

Amanda pasaba sus vacaciones allí y dormía con la luz prendida lo que no evitaba que sintiera todos y cada uno de los ruidos de esa enorme casa que como un siniestro castillo parecía devorar a quienes se tomaran el atrevimiento de vivir allí. Pese a todo le encantaban aquellos vitrales cristianos cuando solía ir a jugar a la pequeña capilla que se encontraba entrando a la izquierda antes del acceso al sótano que también le despertaba un terror dérmico.

El salón era a su vez comedor, sala de lectura y en el sector derecho una biblioteca de miles de libros, en su mayoría de crónicas de viajes o tratados de biología y medicina. La casa por fuera y por dentro supo ser blanca pero se fue tornando gris a más de cien años de existencia. Cómo grises se fueron pintando los pensamientos de sus cada vez más escasos ocupantes hasta que la abuela murió, la escasa servidumbre se fue y por fin quedó librada al abandono contemporáneo tan habitual en una sociedad que se reciente de su historia.

Cuando Amanda cumplió los once años se animó a subir a una de las torres y con espanto comprobó su aterrador museo de mascotas disecadas incluyendo a “Sultán” el Bóxer que tanto había amado y ahora entre aves, gatos y monos parecía el rey de un mundo inmóvil y silencioso.

La otra torre no era menos porque atesoraba miles de vestidos de diferentes épocas y dos maniquíes que parecían mirarla de arriba abajo con quien sabe que tortuosas intenciones. Demás está decir que jamás volvió a visitar las mismas.

La casa tenía sus ventanas enrejadas, bajorrelieves extraños coronaban la azotea con formas de gárgolas, ángeles desnudos y monstruos marinos, según ella las habían traído de Italia y las había esculpido un artesano loco que después se mató prendiéndose fuego en una buhardilla de París.

Nunca llegué a conocer la casa pero cada detalle hizo carne en mi ya que Amanda nunca pudo desligarse de su recuerdo, algo le había pasado allí además de lo que les cuento que la había marcado para siempre. En el año mil novecientos noventa y dos fue finalmente demolida y hoy en esa esquina donde respiraron sus muros yace un gran edificio de ladrillos con una moderna entrada y una cochera fabulosa.

Suelo pasar por allí y no puedo olvidar a Amanda que murió tiempo después que la casa y me suele pasar a menudo que al mirar donde estuvo esta construcción me parece verla entre las brumas de la memoria o habitando una dimensión donde nada se destruye sino que pervive para siempre.

FIN

En este caso en el taller de escritura abordamos el tema de las descripciones y se nos pidió un relato indirecto que describa algo, elegí una mansión porque siempre me han atraído estas construcciones que suelen detener mi mirada cuando sueño con vivir en una de ellas a pesar de que en el relato no podría ser muy lindo que digamos. Me cuesta bastante más describir que narrar situaciones, no puedo describir largas carillas como otros escritores porque me interesa más que el relato «se mueva», pero solo son estilos.

 

Addaria

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Addaria
Por: Darío Valle Risoto

Me dijo que mejor me lo contaba, era difícil encontrar las palabras precisas para describirlo y aún él, un viejo explorador del cosmos, tenía que pensar para siquiera aproximarme a traducirme la experiencia de haber sido el primer hombre que puso su pie en este extraño planeta.

Para comenzar desechemos prácticamente todo lo que conocemos sobre la vida tal como se nos ha presentado en la tierra y aunque sí, es verdad hay muchas coincidencias debemos hacer hincapié en las diferencias que hacen de ese planeta de un tamaño levemente más pequeño que nuestra tierra natal un lugar intrigante.

Intrigante fue la palabra, la que no era suya, ni siquiera nuestra, todos sabemos que el señor Spock la utilizaba solamente cuando algo lo impactaba y eso en un Vulcano es decir demasiado; pero a lo nuestro entonces.

Para comenzar todo el planeta está cubierto por un interminable mar de color ámbar, marrón o dorado dependiendo de su profundidad o tal vez de la altitud donde nos detengamos a verlo o a caminar por él. Si, dije a caminar porque ese mar está constituido de un líquido tan denso que permite a cualquier ser de un peso promedio caminar sobre su superficie y es posible penetrar en el solamente haciendo un esfuerzo que raramente funciona, pero a no alarmarnos porque casi todo el no tiene más de metro y medio de profundidad a lo largo y lo ancho de todo: “Addaria”

Este interminable y vasto mar color ambarino se interrumpe por algunas islas, no son más de cuarenta o cincuenta, aún no las hemos contado, estas islas están formadas de piedras color esmeralda y forman especies de colmenas atravesadas por innumerables túneles llegando en la zonas más altas a unos cuarenta o cincuenta metros de altura, las islas están fijas aunque algunos piensan que como algunas plantas tienen un movimiento prácticamente imperceptible sobre la superficie del mar. Las islas van de unos dos kilómetros cuadrados a la más grande del tamaño de Cuba en la tierra donde está lo que nosotros llamaríamos la capital.

Si claro: Addaria está habitado, son seres maravillosamente dotados para ese extraño ambiente, son asexuados, humanoides de pieles muy blancas que se alimentan precisamente de ese mismo mar que los proporciona todos los nutrientes necesarios, ellos toman esa especie de “agua o sopa”, la dejan un rato en sus pequeñas bocas y luego escupen el resto tras absorber sus alimentos. Por lo tanto todo su aparato digestivo está en la cabeza podríamos decir.
Son peculiares los Addarianos, se reproducen por bipartición, aún no sabemos a qué obedece tal naturaleza pero aún así podríamos decir que tenemos al menos como cinco sexos diferenciados, más tampoco sería la palabra precisa, yo diría que hay como: “tendencias”, ya te dije que debemos revisar y mucho los conceptos que manejamos en la federación.

No tienen países, ni naciones ni religión, usan el trueque como forma de comercio aunque como comprenderás no tienen demasiados objetos que intercambiar aparte de alguna especie de artesanía o arte hecho a partir de los huesos de: “Edelgs” o “Canoclaris”. No te pongas nervioso, son solamente dos de las especies más importantes de peces que andan por ese mar gelatinoso y que suelen atrapar  para luego dejar libres nuevamente, pero los huesos de los ejemplares muertos suelen hallarse por miles en las costas de sus islas esmeraldas.

Los addarianos son amantes de la música y la danza, no saben lo que es la enfermedad y viven alrededor de unos doscientos años terrestres, no sabemos aún que hacen con sus muertos, no hemos visto cementerios o algo parecido pero nuestro amigo el primer explorador pensaba que eran incinerados en ese fuego color azul que usan para calentarse o iluminar sus cuevas en las islas.

Son altos, sumamente delgados, tienen aspecto humanoide aunque no tengan nariz ni cabello pero sus ojos son suficientemente humanos si es posible el término, hablan fluidamente nuestro idioma el inglés luego de que el primer hombre les dejara traductores automáticos, creo que les divierte mucho usar nuestro idioma sobretodo porque ellos tienen solamente unos cientos de palabras para comunicarse en su idioma y con este nuevo conocimiento han enriquecido su lenguaje.

A tu pregunta sobre la tecnología tenemos aquí un problema porque ellos si la conocen pero no como podría explicártelo fácilmente, te diría que construyen mecanismos con elementos naturales que les son útiles como transbordadores sobre hojas de “Toria” un árbol muy raro que solamente encontramos en la isla mayor o tienen esos extraños relojes con una piedra que cambia de color de acuerdo a la hora del día. Hay diecisiete instrumentos musicales en su orquesta y pudieron transcribir toda la obra de Sebastián Bach en solamente dos meses pero no pudieron sin embargo reconocer melodías como las obras de Strauss o algunos conciertos de Liszt.

Para terminar te diré que los atardeceres en Addaria duran mucho porque tiene tres soles y dos lunas pero nada se compara a estar sentado en una terraza esmeralda viendo ese mar como de oro donde caminan niños y adultos de pieles totalmente blancas y tocando sus arpas o haciendo percusión con huesos de Edelgs.
Quisiera volver a visitarlos pero me temo que la federación no quiere contaminarlos más de lo necesario, ya hemos dejado una base en una ignota isla del sur y me da la impresión de que el mar está cambiando dramáticamente de color.

FIN

Taller de Escritura: Esta vez la tarea se inspira en la descripción de un lugar imaginario, luego de conversar y escribir en clase sobre lugares que despertaron en nosotros recuerdos felices o tristes se nos pidió inventar algo totalmente nuevo y aquí está lo que acabo de escribir.

Mónicas prontas de seguridad

tapa monicas p de seEste es un libro escrito en 1968, años turbulentos en toda latinoamérica y también en el Uruguay donde el título juega con aquello de las «Medidas prontas de seguridad» que encausaron la lucha interna no contra una guerrilla que se levantó contra la corrupción sino contra el pueblo todo y por lo tanto cinco años después la dictadura fue el duro colofón de la derecha rancia, oligárquica y estafadora en el poder.

En este marco la escritora perteneciente a una clase aristocrática muy venida a menos en esos tiempos se toma con humor los cambios que se venían propiciando en todo sentido pero especialmente en lo económico y por ende en lo social con una evidente muestra de que las costumbres de los uruguayos y aún en sus clases «pudientes» comenzaban a cambiar sustancialmente. 

Gracias al taller de escritura disfrutamos de tres de sus cuentos leídos por Rita, con su ironía y humor, pero por sobretodo aprendimos y mucho de aquella sociedad que por suerte para muchos de nosotros ya no existe y algunos pretenden resucitar. Con dictaduras y todo.

Libro: Mónicas prontas de seguridad

Cuando nuestros héroes caen

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Cuando nuestros héroes caen
Por: Darío Valle Risoto

Mi padre habitualmente era un verdadero enigma para mí, a diferencia de mi madre era bastante hermético en algunos temas, especialmente sobre su niñez. Poco supe de ella, raramente narraba algo y fue a través de mi tío Tito que supe algunas cosas especialmente de los juegos que jugaban allá por los años treinta del siglo pasado.

Solía quedarse callado tomando su mate dulce y siempre con un cigarrillo en la mano. Yo le contaba cosas o le preguntaba algo y al mirarlo era como si no estuviera conmigo, con nosotros. Mi madre en cambio era muy conversadora, quizás demasiado, un libro abierto, una fuente de historias, anécdotas y vivencias especialmente de su niñez en su ranchito de terrones en los cerros de Lavalleja.

Con los años nuestros héroes y dioses se van desdibujando, también mi padre. Descubrí que si bien era un hombre muy solidario en mi casa: “cuchillo de palo” como le dicen. Había que insistirle para que repare algo y era mi madre por ejemplo quién pintaba las paredes o se preocupaba de recoger el agua de madrugada de la pileta comunitaria del conventillo.

Fue hace poco, casi recientemente que me di cuenta de que mi padre era muy querible pero también un dejado, un desganado porque si bien nos mudamos cuando yo tenía quince años cumplidos me he sentido mal porque no se me ocurrió en su tiempo sacar un caño de dicha canilla comunitaria y llevar agua corriente a nuestro departamento el que solo estaba a unos tres metros de distancia. A mi padre nunca se le ocurrió o no le interesaba y a mi madre por lo visto tampoco.

Nuestros héroes de la niñez con el tiempo se van transformando, van adquiriendo la verdadera dimensión de lo humano y si bien al principio aprendemos de sus consejos y viendo sus aciertos también quizás luego y tarde aprendemos de sus errores. Los dioses desaparecen y las supersticiones especialmente de mi madre, porque él era un escéptico total, comienzan a formar parte de cuentos fantásticos donde el asombro cotidiano me dio la posibilidad de vivir dentro del llamado realismo mágico.

Había algo que nos unía y que nos sigue uniendo y es la fantasía, he llegado a creer que a diferencia de mi madre, mi padre prefería no recordar una niñez de grandes carencias y falta de afecto donde a los diecisiete años para no ser llevado al asilo corrió a la casa de una tía para que le dé un techo hasta cumplir los dieciocho y cuando llegó la visitadora social le mostró como suyo el cuarto de su primo evitando que se entere que el dormía en el suelo en un corredor. Esto me lo contó la tía Juana porque el como conté antes prefería no hablar de su pasado.

Con los años los héroes caen, los dioses se vuelven simpáticos recuerdos, pero seguimos aprendiendo, aún de aquello que no nos enseñaron directamente.

FIN

Continuando con el segmento de creación de personajes la tarea ha sido luego de aquel relato en que recordábamos cosas positivas de alguien sea real o imaginario hacer memoria de algo negativo, en este caso como en el cuento anterior hablaba especialmente de mi padre tuve que volver a él pero notando un aspecto diferente y opuesto.

Diseño de Personajes

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Diseño de Personajes
Por: Darío Valle Risoto

Tal como lo dijo nuestra profesora-tallerista: no es necesario seguir un sistema único para la creación de nuestros personajes, pero desde luego que hay formas de ayudarnos como crear fichas o tomar apuntes sobre sus características físicas y psicológicas a fin de no contradecirnos a lo largo del relato y ni que decir de una novela. De todas maneras cada escritor tiene su método y si lo que escribe lo conforma creo que ya hay un muy buen primer paso. (Esto último es cosa mía)

Bien, durante dos clases nos dedicamos a hacer listas sobre las características negativas de las personas la primera y las características positivas este último sábado, afortunadamente en contra de lo que yo creía si hay una buena cantidad de cosas positivas en las personas. Esto sirvió como disparador para escribir un relato corto en clase donde debimos elegir dos aspectos negativos y de allí crear una historia. Casualmente la mayoría de nosotros eligió de entre más de cuarenta aspectos negativos algo así como el ser vagos, descuidados, etc. Quizás porque como uruguayos combatimos habitualmente con el mito de que somos bastante descansados para cumplir con nuestros deberes, cosa que desde luego no es cierto.

En mi caso construí una historia corta donde ser: vago, indeciso y arrogante fueron mis elecciones, la que paso a transcribir a continuación.

Mateo
Por: Darío Valle Risoto

Mateo no sabía bien para donde ir, se levantaba temprano pero siempre llegaba tarde al espejo. Entonces se encontraba la cara de él mismo pero de un rato antes, una y otra vez su reflejo lo observaba arrogante y jactancioso porque sabía más que el mismo que otra vez iba a llegar tarde al trabajo.

Entonces esperaba un rato, no mucho, a que su rostro de antes le deje lugar al de ahora. Entonces se lavaba los dientes, se peinaba, sonreía…y se volvía a acostar.

FIN.

Bueno, hoy sábado hicimos la mencionada lista de atributos y se nos pidió elegir dos, me pareció curioso que la profesora entre tantas palabras escribiera: “Servicial”, término que nunca utilizo pero que inmediatamente me hizo recordar que si era habitualmente parte del vocabulario especialmente de mi madre hace como un siglo atrás.

El relato corto escrito también en clase en este caso es sobre las palabras; Servicial y solidario que elegí de entre la lista de atributos positivos de las personas en razón a lo que recordé comparto entonces una breve parte de mi niñez.

Solidarios
Por: Darío Valle Risoto

Eran enormemente solidarios, claro que la palabra; “Solidaridad” nunca se mencionó en casa pero doy fe de que se practicó tanto que a mí como niño: hijo único y bastante egoísta me llegó a molestar durante años, creo que hasta hoy.

Es que vivíamos mis padres y yo en un cuarto de cuatro por cuatro con una pequeña cocina y un minúsculo patio interior con baños compartidos allá afuera en el resto del conventillo. Pero esa pequeña vivienda no evitó que dada la generosidad de mis padres fuera él: hotel, hospital, depósitos de penas y abandonos varios de familiares de todo tipo.

Sin embargo esa generosidad y por ende solidaridad de mis padres se manifestaba de diferente manera: mi madre era muy servicial, se brindaba para ayudar a quien sea, a cuidar enfermos, limpiar casas, cocinar, coser, planchar, etc. Pero tenía la característica de jamás perdonar a los mal agradecidos que lamentablemente eran la mayoría de la gente a la que daba una mano y por lo tanto a lo largo de su vida se ganó varias discusiones y puestas al día con estas personas.

En cambio mi padre quien siempre tenía tiempo para arreglar alguna radio, televisor, lo que fuera o colocar una instalación eléctrica, jamás cobraba y así le iba porque raramente la gente devolvía esa enorme deuda afectiva y sin embargo nunca lo escuché decir que la gente fuera mal agradecida, solamente se encogía de hombros y seguía con su mate dulce y sus eternos cigarrillos.

Ambas formas de generosidad han sido mi guía y el motivo de profundas reflexiones a lo largo de mi vida.

FIN

Bien, aquí dos muestras de diferentes relatos breves donde se parte de la idea de hacerlos sobre diferentes aspectos sicológicos o de comportamiento, claro que podríamos agregarles descripciones de los personajes pero a veces sucede que el relato funciona por sí mismo sin necesidad de describir demasiado a quienes lo habitan.

Mujer que busca distancia (Cuento)

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Mujer que busca distancia
Por: Darío Valle Risoto

Era un verano agradable, de esos no demasiado tórridos y como es habitual en mí pasé mis vacaciones en la ciudad. Estaba tomando una cerveza en La Pasiva que se encuentra en frente a la plaza del Entrevero cuando ella pasó caminando junto a mi mesa a apenas unos centímetros de mi brazo izquierdo, miró a ambos lados y cruzó a la acera de enfrente caminando con su clásica postura esbelta. Ni siquiera había reparado en mi presencia.

Reconozco que a veces la realidad me supera y este era uno de esos casos porque hacía varios años que no veía a Mariela, es más: me habían dicho que había muerto en un accidente de automóvil.

Cuando me di cuenta que pude haberla saludado ya estaba suficientemente lejos y no soy un hombre de andar gritando por la calle, me empiné el vaso de Norteña y observé que en determinado momento se quedó parada como pensativa. El sol daba de lleno en su remera blanca, tenía unos jeans celestes y calzados deportivos también blancos, no llevaba cartera.

Mariela, si es que era aquella Mariela tenía un largo y fabuloso cabello castaño que al sol se tornaba de un raro tono rojizo, volví a comprobarlo mientras en mi mente volvió aquella canción de Pink Floyd: “Quisiera que es estuvieras allí” que ella me dijo cierta vez que era su preferida y desde ese momento siempre lleva su nombre agregado al de los músicos: Mariela, Mariela Riberos.

Comenzó a alejarse tanto como todo a su alrededor y mientras su delgada y alta figura comenzaba a empequeñecerse sentí como nunca el desasosiego de estar completa e irremediablemente solo en el mundo. Dio vuelta en semicírculo al monumento y cruzó en diagonal hacia avenida del Libertador. Pensé en pagar y correr a encontrarla pero algo, como una fuerza sobrenatural me ataba a mi lugar mientras la observaba.

Recordé mientras ya se volvía casi un punto en el horizonte caminando en dirección al edificio del Automóvil Club que cierta vez me había contado que una adivina le había dicho que le quedaba poca vida y que yo estúpido o divertido la abracé diciéndole que entonces había que vivirla a pleno y ella se rio como nunca me hubiera imaginado y me dio un beso en la mejilla.

Mariela ya era un rasgo indefinido en la distancia y volví a sentir el sol sobre un costado de mi mesa fuera del Bar y que la cerveza ya no estaba tan fría y que debí correr a alcanzarla para ver si de verdad era ella y por lo tanto seguía viva y decirle que la recuerdo cada vez que escucho: “Quisiera que estuvieras aquí”.

Recuerdo vívidamente que fue un siete de enero en que sucedió aquello porque el siete de enero del año siguiente y los subsiguientes años desde aquel 2008 vuelvo a la misma hora y al mismo bar y espero que ella pase, siempre se repite la situación que acabo de narrar y hasta la fecha nunca me he animado a saludarla.

FIN

La tarea en clase del taller de escritura era describir una situación en que un personaje conocido o que aparentemente conocemos se acerca a nosotros desde la distancia y como tarea domiciliaria teníamos la consigna de narrar algo en el sentido contrario, es decir sobre alguien que se aleja y este cuento es sobre ello, quizás en otro momento suba el relato sobre el personaje que se acerca que aún tengo en el cuaderno de clase.

Las luces de aquella plaza (Cuento)

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Las luces de aquella plaza
Por: Darío Valle Risoto

La Onda se detuvo en una esquina de la plaza, ella estaba semidormida con ese soponcio que producen los caminos sobre un enorme colectivo de pasajeros durante la noche. El guarda la despertó cuando comunicó a los escasos pasajeros casi gritando que habían llegado a Villa Temesio, donde solo ella se apeó.

Eran las once y media de la noche, estaba nublado y hacía un frío que cortaba la respiración. Alba se subió el cuello del saco y se cubrió la boca con la bufanda de lana gruesa. La plaza lucía igual aunque ahora iluminada con unas luces anaranjadas que eran combatidas por esas nubes bajas del frío invierno.

Pisó las baldosas grises mirando el entorno, la luz de los faroles despedía un fulgor fantasmal, a la mitad se detuvo y la estatua ecuestre del prócer casi ni se veía desde abajo. Comprobó que había placas de bronce nuevas en el pedestal, seguro de nuevos aniversarios, fechas importantes, etc. Pero le era imposible leerlas con tantas sombras a su alrededor.

Los árboles tal vez eran los mismos árboles pero tanto no podía recordar, fueron diecinueve años en la capital sin volver la cabeza atrás ni por una sola vacación y ahora algo la había motivado a volver, algo que nunca hubiera querido que pasara pero la vida es la vida.

Nadie había en la plaza, lo que había creído era alguien durmiendo en una banca solamente era un juego de sombras de las ramas bajas de un enorme sauce. La fuente lucía descuidada, también el rosedal que estaba vacío con sus metales en punta como un esqueleto abandonado.

No necesitaba ver ni la iglesia, ni la comisaría ni la escuela que dejó atrás el ómnibus de Onda cuando retomó su recorrido. Solamente llevaba una valija porque no pensaba quedarse mucho tiempo.

Eran casi las doce de la noche pero afortunadamente un pequeño Bar estaba abierto, se escuchaba música tropical y un par de parroquianos jugaban al dominó cuando entró dando las buenas noches. El mozo la miró con gesto adusto.

Pidió un capuchino con una medialuna, estaba muerta de hambre, se había dormido en la última ciudad donde pudo bajar a comer algo y luego fue imposible. Comió lentamente, los hombres se reían y bromeaban entre sí, un banderín del club lucía sucio y cagado por las moscas y a pesar de la música encendida el ruido del motor de la heladera la sobresaltó.

Le pidió más terrones de azúcar al mozo que también atendía el mostrador, este le dejó dos paquetitos al lado de sus manos heladas. La miró como para reconocerla y bien pudo haber adivinado quien era pero se dio vuelta y se puso a limpiar unos vasos. Allí de espaldas le dijo que iban a cerrar en unos minutos que podía irse al hotel Florida si era turista.

Ella preguntó si las luces de la plaza eran nuevas o las de siempre, unos de los jugadores de dominó le contó que eran nuevas de hace dos años más o menos, que el nuevo alcalde las había puesto luego de ganar las elecciones. Por lo visto tanto festín no había alcanzado para mantener la fuente pero prefirió guardarse el comentario.

El otro hombre, un hombre negro y viejo, lanzó una puteada al perder la partida y fue hasta el mostrador mirándola de arriba abajo lo que la puso nerviosa demás y casi se le cae la cuchara del cappuccino.

__ ¿Viene al velorio de Rocamora?
__ Exactamente…, si, a eso vengo.
__ Lo velan a partir de mañana porque fue suicidio. ¿Sabía? Y entonces los milicos anduvieron investigando pero nadie lo quería mucho a Rocamora.
El otro hombre tomó las fichas del dominó y las guardó en una caja sucia que le acercó al mozo y pidió una grapa con limón.
__ Usted me resulta conocida. __ Dijo el otro veterano. A su vez el mozo carraspeó y se puso a limpiar un sector, una esquina del mostrador mirándoles con rostro cejijunto.
__ Soy la hija. __Respondió y se hizo un gran silencio que llegó hasta la plaza y lloró de angustia junto a la niebla y los faroles de luces anaranjadas.

FIN

Tarea del Taller de escritura: En este caso describir algún paisaje que tenga que ver con el acontecimiento que vamos a narrar y que de alguna forma sea relevante con la historia.

El libro para niños de la tía Hortensia

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El libro para niños de la tía Hortensia
Por: Darío Valle Risoto

Anoche vino la tía Hortensia a visitarnos y me regaló un libro con dibujos muy lindos pero no puedo entender porque papá se enojó mucho con la tía y después que se fue discutieron con mamá.

Me gustan especialmente uno de los dibujos donde todo tipo de animales están sentados en un prado muy verde alrededor de ese señor de barba que sostiene un bastón largo, dice mi mamá que es un pastor no de ovejas sino de hombres, que vino al mundo a llevarnos a ese lugar tan lindo pero papá se enoja y toma mate mientras la mira juntando las cejas.

Hoy en la escuela le pregunté a la maestra si conoce ese libro y lo estuvo observando con atención y después me dijo que era muy lindo pero que lo guardara porque tenemos que leer el texto de lectura de la escuela. Allí hay también muchos dibujos pero los pastores solamente tienen ovejas a su alrededor, no hay leones ni jirafas ni cocodrilos, solamente ovejas ah… y un perro ovejero debajo de un árbol.

Cuando llegué a casa esperé a papá y le mostré otro dibujo del libro que me regaló la tía donde hay un barco enorme y se ven todo tipo de animales en parejas subiendo por una gran escalera entrando por una enorme puerta mientras se ve mucha agua debajo de lo que me dijeron es una montaña muy alta.

Arriba hay dos ángeles con espadas de fuego entre las nubes y un lindo arco iris.
Papá prendió un cigarro, cada vez que quiere pensar prende un cigarro y siento ese olor raro que no sé si me gusta pero es papá y me encanta que converse conmigo sin gritar como lo hace mamá que siempre está nerviosa por algo.

Me dijo que los ángeles son como Superman, seres con poderes que no existen, que son producto de la imaginación como aquel pastor y un mundo donde todo se llene de agua y parejas de animales sobrevivan sin comerse entre ellos. Eso me dio miedo y casi me pongo a llorar pero me tranquilizó diciéndome que la vida es así, que es natural que haya animalitos que coman plantas y otros que coman carne. Igual me dio miedo y él se rió mucho.

Me dio lástima que el libro de la tía Hortensia esté lleno de fantasías, me hubiera gustado estar en ese prado pero aunque a mamá no le gusta que papá me lo diga, él me convenció de que hay muchos mundos en la imaginación pero solo este de la realidad y que debemos aprender cual es cual.

Entonces le pregunté por qué mamá reza todas las noches y me dijo que porque ella es como esos corderos, que no saben pensar muy bien y que necesitan un pastor para que los guíe.

FIN

Taller de Lectura: La tarea esta vez fue escribir un relato como si fuera escrito por un niño, con su forma de pensar, de razonar, etc.