El Blues del Cuerpo (Poesía-Canción)

El Blues del cuerpo

Por: Darío Valle Risoto

Trasumantes desconocidos
vieja raza
de hombres perdidos
licor amargo
infiel mostrador
no cobra propina
y no da perdón.

Casa sin frente
de luna sin rejas
jardín reseco
y fantasmas de piedra.

Una novia olvidada
en los días de escuela
que lindos besos daba
esa rubia de trenzas.

Y un blues calentó
los recuerdos
sin esperar
a que destile el alcohol
o que empiece a fumar.

El Amor de los Pobres

El amor de los pobres
Por: Darío Valle Risoto

Otrora acontecido el amante
Que se batió a duelo con el sol
Todo lo podría el amor
Cuando la juventud no alcance,
Pero la calentura es percance
Cuando la moza marcha pura
Y su familia es la altura
De donde suele despeñarse.

Joven amante y galante
Tan pobre como un jamelgo
Se sueña por el destierro
Cuando la tierra es ajena
Pero como morir de penas
Si el amor es un tormento
Sabrá sufrir el momento
De tal o cual osadía
No habrá Biblia ni profecía
Que calle a la naturaleza
Porque entre piernas fortaleza
Tiene el joven más que hombría.

Y derrama la leche en el cuenco
Que no conserva el amor
Porque conocerse es dolor
Y de vivir se trata todo el tiempo
Ella de piernas turgentes espera
Mientras el buen mozo
se deslumbra
Pero no podrá ver la sombra
Quién sueña a la luz del sol.
Y allí vino el buen señor
A terminar la misión
Siempre así se sucedió
El pobre cocina por hambre
Y el rico come por diversión.

Prisioneros

Prisioneros del mismo final
Por: Darío Valle Risoto

Hoy encontré una razón
Para perderme del ruido
La broma cruel
De la civilización
Me podría someter
Pero será inútil luchar
Contra mí realidad.

Desbocados deseos de libertad
Y una silueta empañada en su sangre
La presunción de la vida es un engaño
Cuando somos esclavos de la carne.

Y vos y yo, como depredadores
Estamos presos en la misma jaula
Y peleándonos entre nosotros
Seremos pasto de las fieras extrañas.

Consumición, egoísmo, egolatría
Religiones del miedo y la estupidez
Compran almas para vivir de ellas
Mientras nosotros nos peleamos
Estaremos presos en la misma jaula.

Comiendo la ignorancia de vidrio
Nos mutilamos frente al televisor
Somos títeres que sin cerebro
Vamos camino a la destrucción.

Hoy encontré una razón
Para perderme del ruido
La broma cruel
De la civilización
Me podría someter
Pero será inútil luchar
Contra mí realidad.

Watashi no kokoro o ushinatta

Watashi no kokoro o ushinatta
Por: Darío Valle Risoto

Un cielo de ramas secas y una alfombra de hojarascas
los pasos de un ente perdido en la niebla
y las manos atrapando sueños en la distancia.

El grito ahogado de los pájaros eternos
errabundas sombras de las malezas tempranas
cae el rocío helado sobre sus labios enrojecidos
y vuelve a tañer el silencio despabilado.

Miré al cielo una vez más y me encontré solo
ondulando el invierno vino por mi garganta
enroscándose en cotidianos desentierros
donde los espíritus habitan en las frías sombras.

Mi corazón perdido añoró las lejanas tierras
de los guerreros olvidados y sus negras siluetas
chocando sus espadas a la luz de la luna
implorando que sus almas perduren…
para fundirse en el recuerdo de sus amantes
de rostros blancos y kimonos florecidos.

Y esa noche escuché susurrar…
Watashi no kokoro o ushinatta
Watashi no kokoro o ushinatta

La Luna de Zhou

La Luna de Zhou
Por: Darío Valle Risoto

Un silencio absorto recorre
Un camino de piedras
Pulidas por la lluvia de noviembre
El crepitar de los juncos ahoga
La espuma de un viento de estrellas
Y la soledad solo se quiebra
Por la silueta inmaculada de Zhou.

Hay un puente de maderas rojas
Que la lleva lejos de las sombras
Al abrazo de un nuevo pensar
Porque la filosofía es solo otro paisaje
Cuando la vida tiene el aroma
De los yuyos silvestres.

Sus ojos aguardan en la noche
El beso tibio del firmamento
Cuando suenen los violines invisibles
De un aguardado amanecer
Y la soledad solo se quiebra
Por la inmaculada silueta de Zhou

Luciérnagas brillan en su pelo
Como sortijas de sueños felices
Adelantan la aurora anhelada
Y dejarán que las sombras se vayan
Para esperar otra noche
En que Zhou camine sin tocar el suelo
Fantasmal y deseada.

Voy Recorriendo un Tango

Voy Recorriendo un Tango
Por: Darío Valle Risoto

Una luz difusa, un encuentro urbano
Una calle húmeda, un aire de tango
Su vestido negro y sus calientes labios
La sonrisa rosa y sus delgadas manos.

Un comienzo incierto, donde hubo llanto
Es la nueva estampa de mi yo prestado
Ahora vivo en otros este sueño largo
De vivir muriendo y morir soñando.

La conquista enorme del espejo plano
Donde los colores me van dibujando
Los cuadros intensos de pinceles largos
Que acomodan piernas que se van bailando.

Y miré en tristezas aquellos viejos cuadros
De zaguanes, flores y Ángeles dorados
Jubilosas huellas del tiempo acompasado
Que flota en las notas de un violín lejano.

Vi el carro, las botellas brillando en el barrio
Al grito pregonero del que va olvidando
Las pedregosas calles del lluvioso antaño
Y aquellas amantes que ya nos olvidaron.

Un comienzo incierto, donde hubo llanto
Es la nueva estampa de mi yo prestado
Ahora vivo en otros este sueño largo
De vivir muriendo y morir soñando.

El Primer Beso

El Primer Beso
Por: Darío Valle Risoto

Sentí el sueño recurrente
De nadar entre las olas
De lejanas dimensiones
Donde es posible un futuro
De mundos eternos.

Ocurrente entre los ojos
Floreció el sentimiento
De tus labios breves y rojos
Regalándome el primer beso

Y no supe de la trampa
Que son los sentimientos
Cuando despierto me quedé
Acariciándote entre sueños.

Pero el polvo de los caminos
Sepulta los recuerdos
Y las fotos se amarillentan
Más nunca los delirios
De aquel primer beso
Que se escondió…
entre mis sueños.

Lujos de Clase

Lujos de clase
Por Darío Valle Risoto

Cuando la soledad hace tumba en mí
Renace aquel viejo desvelo por el ayer
Un tiempo remoto que se fue fraguando
Entre lágrimas y amaneceres.

Había un frío húmedo
Entre baldosas rotas y paredes agrietadas
Pero caliente la olla estaba ancha
Plena de verduras cociendo promesas.

Yo ponía la mesa y servían el vino
Raras veces había un refresco
Pero nunca faltaba el pan en la mesa
Ni aún en los días de silencio.

Mis padres me amaban
Yo era su premio a una vida sin clemencia
La hostilidad de una infancia pobre
O el entorno de una vida modesta.

Cuantos recuerdos y aquella hambre
Por la lectura, el cine, la educación
Los amigos que venían a casa
Desde sus lujos y sirvientas
Y siempre querían retornar
Y mi madre siempre me decía…
Vuelven porque en sus hogares
No hay amor.

Vuelve en las Noches

Vuelve en las noches
Por: Darío Valle Risoto

Entorna la noche despierta
Una oscuridad familiar
Con el aliento del nombre
De aquella inolvidable mujer.

Siento que todo es posible
Cuando en su foto la veo sonreír
Hasta parece que se mueve
Esperando a que yo la abrase.

Teníamos todo el mundo
Y perdimos la isla prohibida
Solo por hacer una conquista
Donde solo debió haber
Dos territorios libres.

Escuchamos sin embargo
El viento del mar y los pájaros
Y cuando estábamos mejor
Algo malo nos fue separando.

Preferimos cobrar la cuota
De algo que no tenía dueño
Y a cambio de sentir los besos
Nos medimos los defectos.

Vos eras más que lo mejor
Alta, sinuosa y desnuda
Y yo supe agradecerte
Pero nunca debí dejarte escapar.

Acaso seremos cobardes
Por humanos y descontrolados
Que hacemos de la felicidad
Agua entre las manos
Cuando en realidad todo sirve
Si lo vamos disfrutando.

Invierno del 11

Invierno del 11
Por: Darío Valle Risoto

Se ciernen las nubes como una amenaza
Sobre mi solitaria figura desalojada
Viento gris de momentos que se fugan
Del cerebro a los ojos y bajan al cuerpo.

Las manos frías que se abrazan buscando
Aquella codicia por la piel más tibia
Y el roce infrecuente de una espalda
Donde terminarían todas las fronteras.

No habrá posibilidad de burlar al tiempo
Porque irremediablemente estará la soledad
Esa prisión con barrotes de invierno
Sobre una celda helada de recuerdos.

Ningún hada en el bosque petrificado
Ni un sortilegio de labios calientes
Solo una taza de chocolate y un tango
Para engalanar el tiempo de quedarme solo.