Extraction: Dos buenas propuestas de cine de acción solo para fanáticos del género.

Extraction 1 y 2
Por: Darío Valle Risoto

Christ Hemsworth (Thor) interpreta en estas dos películas de acción a Tyler un mercenario experto en rescates que en el primer caso es contratado para salvar a un jovencito hijo de un poderoso narcotraficante preso de la India de otro “colega” que lo ha secuestrado y en la segunda película debe meterse en una cárcel del este de Europa para ir a por su cuñada y sus dos hijos que están retenidos en la penitenciaría.

Una data del 2020 y la segunda parte de este año y ya se anuncia una tercera película en producción de una serie de personajes que a mi gusto están bien construidos pero claro desde el punto de vista de películas de acción que si bien tienen muchos puntos a favor son más de lo mismo en un género ya agotado con tipos como Stallone o Swarzeneger, más Hemsworth cuenta a favor conque es mucho mejor actor de lo que podemos creer y Joe Russo que aquí escribe las mismas ya ha dado suficientes muestras de ser de los mejores creativos del cine comercial de hoy día.

Destaco en especial a la actriz que lo acompaña en ambas historias como jefa y amiga y que tiene toda esa belleza exótica de las mujeres orientales dándonos un personaje muy interesante tan duro como sería para comparar la viuda negra de Marvel ya que hablábamos de Thor un poco antes. Por otro lado descontemos que la acción es fenomenal y trepidante aunque no hay mucho de violencia explícita a pesar de los tiroteos y cálculo que será para abarcar más público lo que no le quita acción pero si algo de verosimilitud a todo.

Para terminar con las comparaciones antedichas diremos que esto viene de una novela gráfica (Cómic) que desconozco y que como desde hace algunos a años a esta parte han pasado a la acción en vivo en múltiples ocasiones con diferentes resultados y para terminar el hecho de que Olga Kurylenko interprete a la ex esposa de Tyler no tiene precio porque esta actriz me puede…

Cantinflas: El Padrecito y El Profe – Humor y conciencia social.

Cantinflas: El Padrecito y El Profe
Por: Darío Valle Risoto

Abordar las películas de Mario Moreno “Cantinflas” significa para los que tenemos varios años encima recordar viejos tiempos de cines de barrio que ya no existen y de enormes momentos de diversión, más con los años uno recupera además de estos clásicos absolutos del cine mexicano la verdadera esencia de lo que transmitía este excepcional comediante de esta querida república de américa.

Y dentro de las enormes dotes artísticas de este actor magnífico encontramos algo que raramente se puede hallar en otros cines, aún dentro de la enorme y gigantesca industria de Hollywood y es su continua denuncia social la cual no se limitaba a mencionarla como en otros casos sino tal como encontramos en toda su filmografía y especialmente en estas: El Padrecito de 1964 y El Profe de 1971 que sus personajes se involucran en cuerpo y alma contra la corrupción y aún con el humor habrá momentos donde lo emocional se sobreponga.

Ambas películas son esencialmente sobre hombres sencillos que van a pueblos pobres a hacerse cargo de la parroquia uno y el otro de la escuela, en las dos historias este “extranjero” se enfrenta desde un primer momento al “cacique” del lugar, al señor todopoderoso con dinero y tierras que somete al pobrerío y por lo tanto Cantinflas será aún dentro del humor la válvula donde no habrá escape posible cuando se retratan realidades no solo de México y de esos tiempos sino de la américa toda que aún perduran, es decir: la explotación, la ignorancia como medio de sumisión de los humildes y la necesidad imperiosa de oponerse a todas estas injusticas aún a riesgo de su propia vida.

Debemos por cierto que abordar estos pro0ductos como ejemplos de su tiempo con todo lo que significa hoy, más se me ocurre que lamentablemente muchas cosas no han cambiado por más que vivamos hoy adornados de tecnología y es bueno comprobar que aquellas enseñanzas en ambas historias de que hay que vivir estudiando, leyendo, aprendiendo son las únicas y devastadoras armas contra las injusticias.

PD: En la película “El Profe” hay una escena fabulosa donde este educador va a la casa de unos alumnos a rezongar a un padre alcohólico y una madre golpeadora que son interpretados nada menos que por: Ramón Valdés y Angelines Fernández quienes poco tiempo después serían: Don Ramón y la Bruja del 71 en la histórica serie: El Chavo del 8.

The Shadow In My Eye: Bombardeos y la monja caliente.

The Shadow In My Eye 2021 Dinamarca
Por: Darío Valle Risoto

Me tomé mi tiempo para ver esta película de origen danés que es la dramatización de un hecho real que fue el terrible bombardeo por error de un colegio católico durante fines de la segunda guerra mundial por parte de los aliados confundiendo el edificio con el verdadero objetivo que era uno de las SS alemanas que por cierto también fue tocado por bombas de acción retardada. Murieron decenas de niños, maestras y monjas en ese lugar.

Siempre recuerdo que a mi madre le gustaban las películas sobre hechos reales y yo siempre le hacía hincapié en que a los efectos cinematográficos se cambiaban muchas cosas y hasta se agregaban otras que jamás pasaron. En este caso si bien la película es buena con una excelente recreación de época tiene algunas cosas que realmente me cuesta creer que sean parte del relato histórico y me quiero detener en la monja caliente con el tipo de la policía pro-nazi de su país y algunas cosas que se van al carajo realmente dentro de los habituales delirios místicos de la joven.

Más o menos todo se trata de llevarnos al momento final con un niño que queda en shock al ver gente muerta dentro de un auto tras otro ataque por error y que a raíz de esto queda mudo y que termina siendo de importante ayuda durante el triste acontecimiento final. Hay alguna cosa en torno a los interrogatorios de detenidos de la resistencia, casi no se ve ningún soldado alemán y todo parece producto de un gran sueño y hasta una secuencia de la madre corriendo cuadras y cuadras a casa para ver si su hija sigue viva… en fin.

Por lo tanto si le recortamos la cosa de la monja caliente y alguna cosa más nos quedaríamos con una interesante película de más o menos media hora sobre algo que mejor investigarlo en los registros históricos y no en Netflix.

18 Años otra vez: Interesantísima serie coreana.

18 Años otra vez
Por: Darío Valle Risoto

Esta es una serie de corea del sur del año 2020 que forma parte del inmenso universo de series de este país que están inundando el mercado del entretenimiento y me referiré a esto al final de esta nota.

En este caso no estamos frente a un “Dorama” habitual como se les llama a las series principalmente con historias de amor sino ante una obra muy pero muy interesante que si bien parte de una fantasía y es que el protagonista de 37 de la noche a la mañana vuelve a tener dieciocho años, todo lo demás es una perfecta radiografía de la vida del mismo y su familia.

Con un matrimonio en crisis donde la esposa quiere el divorcio, dos hijos: nena y varón gemelos de dieciocho años que no se comunican con él y con un triste empleo durante diez años reparando lavarropas nuestro hombre de pronto vuelve a tener la edad en que todo su mundo se vino abajo cuando tenía un promisorio futuro por ser un gran basquetbolista en el instituto pero su novia de la misma edad quedó embarazada.

Vi solamente cinco capítulos pero les aseguro que por primera vez veo que en este tipo de productos, me refiero a los de este país: se tratan temas como la presión de los padres para que sus hijos sigan sus pasos, el acoso escolar, la relación entre personas de diferentes edades, la paternidad de muy jóvenes con todas las responsabilidades y tener que posponer planes durante años. Mediante constantes flashbacks nos encontraremos conque nuestro imperfecto hombre tendrá al volver a los dieciocho la oportunidad o no de subsanar todas las faltas cometidas y

acercarse a sus hijos los que prácticamente desconocía.

Las series de corea del sur tal como lo fueron los teleteatros argentinos de décadas pasadas (Supongo que ahora no), tienen su gramática visual particular, lo que significa por ejemplo en estos casos que nos encontramos frente a una perfectísima puesta en escena, iluminación, locaciones, actores, vestuarios, música, etc. Esto mismo atenta de alguna manera con la veracidad de los relatos ya que por ejemplo no se ve nunca suciedad o basura y todo parece tan artificial que por momentos uno tiene la sensación de ver un anime pero con gente de verdad. De todas formas esta serie trata temas muy actuales y por momentos hasta controversiales pero desde luego dentro de una cultura sumamente conservadora como la de este país donde nunca pero nunca veremos por ejemplo un desnudo.
18 años otra vez es muy buena pero como todo lo que viene de extra Hollywood lo tomamos o lo dejamos, creo que es bueno apartarse de vez en cuanto de tanta cosa yanqui y aterrizar en otros continentes más no sea para aprender de otras culturas y emanciparnos del espíritu usamericano.

Una nota final que casi olvido es que el amigo de toda la vida del protagonista que luego cuando este rejuvenece se hace pasar por su padre es un Geek de esos que tienen mucho dinero y por ende vive en una enorme mansión llena de productos de súper héroes Marvel que son una delicia, incluso hay una escena donde se pelean uno con el escudo del capitán américa y el otro con el martillo de Thor. Genial.

El Pasado: Ni mejor ni pisado – La música en todas partes.

El Pasado: Ni mejor ni pisado
Por: Darío Valle Risoto

La gente tiende a idealizar el pasado, tal vez sea un mecanismo de salvación aquel que nos hace transformar los recuerdos de años atrás en cosas buenas cuando es indudable que no fue así, porque soy de esos pocos tipos raros que piensa que el mundo a pesar de todo lo que vivimos a nuestro alrededor es mucho mejor que antes.

Pero la nostalgia vende muy bien y por supuesto que amo todo lo retro, desde innumerables fotografías de aparatos, juegos, imágenes, todas esas cosas “de antes” que hoy día conservan un aspecto tan atractivo como extraño para las nuevas generaciones. Pero que me perdonen los acólitos por ejemplo “del vinilo”, que son aquellos que intentan recuperar todo el enorme paquete de acciones que involucraban ponerse a escuchar discos junto a un reproductor de los mismos.

Ni siquiera me creo la historia de que los Mp3 por su capacidad de recortar todo lo que el oído normal no escucha termina socavando la inmaculada textura de las canciones, más por suerte o por desgracia carezco como el 99% del mundo de oído absoluto y para mí incluso las reproducciones de MP3 me parecen mucho mejores que una aguja pasando por un plástico para reproducir música por más de buena calidad que sean los equipos.

Un conocido hace unos años tenía la misma idea en cuanto a los Casetes de quienes supe en su momento usufructuar al punto de que llegué a tener cientos de ellos copias de diferentes discos a los que con toda pasión les hacía sus carátulas con fotocopias o reproducciones sacadas de revistas, hasta escribía a máquina el contenido y le pegaba la lista a dicha carátula. Tuve como cuatro o cinco walkmans a través de aquellos años anteriores al citado y enorme descubrimiento de los MP3 y llegado el caso me compré un reproductor de los mismos con radio de origen chino que aguantó bastante aunque solo tenía 1 giga de capacidad pero por cierto que allí tenía mucha mayor espacio que cargar con los walkmans y llevar cuatro o cinco casetes en el bolso para cambiarlos dado el caso. Incluso cuando aparecieron los reproductores “auto reverse” me pareció una verdadera revolución.

Pero no seamos tontos, hoy día incluso con los nuevos celulares tenemos online reproductores de música a nuestro gusto y gratis sin más necesidad que un par de auriculares a mano o vía: Bluethoot escucharlos en estos u otros equipos externos. Por ejemplo en el mío tengo una mini tarjeta de memoria con un centenar de discos que puedo escuchar cuando se me ocurra e incluso pasarlos a mi equipo para que suenen uno tras otro sin interrupción ni publicidad y eso obviamente es mucho más cómodo y práctico que los mencionados casetes, los discos compactos o los vinilos.

¿Qué se ha perdido el placer de escuchar música?: Puede que sí o probablemente haya cambiado aquel sistema de sentarse a disfrutar de un disco, tranquilamente porque era difícil conseguirlos y entonces uno valoraba y mucho aquellos momentos, de allí no es extraña la nostalgia y hoy día totalmente bombardeados por millones de estímulos visuales y auditivos se nos haga difícil revivir aquella especie de ritual de ponerse a disfrutar cada segundo, cada acorde, cada nota, cada instrumento, la letra, las enormes carátulas de los vinilos o los librillos de los compactos pero las cosas han cambiado trayéndonos mayor confort, comodidad y por sobre todas las cosas prácticamente gratis.

La democratización de la cultura y la globalización de los productos se han masificado a grados insospechados y esto solo es el principio, por el camino van quedando viejas tecnologías, estamos perdiendo el valor de los objetos físicos a por la existencia intangible de las redes y esto nos pone en frente al enorme reto de buscar lo que nos interesa o despierta curiosidad con el solo hecho de tener con un solo clic la entrada a ello pero de nosotros y solo de nosotros depende el reto de detenernos un poco de: “parar el mundo” para disfrutar de una obra de música clásica, de rock, de música étnica, de lo que sea solo a la velocidad de nuestra propia conciencia.

Por lo tanto “nostalgiar” puede ser lindo pero nadie me puede discutir que estamos frente a una era donde se nota cada vez más barata y para mayor número de personas un tecnología de comunicación que nos da prácticamente al alcance de neutra voluntad la posibilidad de tener todo el conocimiento humano frente a nuestros ojos y eso nos e paga con nada. Cada individuo tiene el derecho de sentir nostalgia por un pasado muy diferente al nuestro y así mismo sostener que fue feliz en aquella época, claro que dependiendo de sus posibilidades económicas por supuesto aunque también es grato como un servidor aún dentro de la pobreza sentir que hubo momentos geniales, muy buenos, bárbaros pero con enormes y grandes necesidades y precisamente por esto último no cambio el hoy por el ayer de ninguna manera.

Este mundo no me hará mala persona: Lo poco de bueno en Netflix.

Este mundo no me hará mala persona
Por: Darío Valle Risoto

Este largo título pertenece a una serie de tan solo seis episodios producida por Netflix que tiene como original que es de origen italiano más navega más o menos por el estilo de los Simpson o Padre de familia entre tantos productos que si bien son animados están orientados preferentemente al público adulto.

En este caso el protagonista es el mismo creador de los cómics que dieron lugar a la serie y si bien vi tres de los seis episodios me arriesgo a decir que toda la serie versa sobre la vida cotidiana de un hombre joven en la gran ciudad donde proliferan asuntos que van desde el acoso escolar al tema de los inmigrantes y los nazis que los enfrentan con su disparatadas teorías de defender el territorio.

Tiene algún personaje como animales antropomorfos haciendo su asociación con sus personalidades o roles sociales como por ejemplo una activista moderna que es un pterodáctilo por aquello de estar en extinción o la propia conciencia del protagonista que se le aparece como un armadillo y los sicoanaliza con sus propias fobias o problemas de conducta.

La serie es buena, trata la actualidad con un sesgo irónico y navega al borde de la transgresión pero tiene como aliciente que al ser no-yanqui al menos para mí es mucho más soportable que los chistes pasados de tono a propósito de por ejemplo unos South Park y tantas otras del estilo, chistes que no siempre resultan efectivos y probablemente sean la mayoría de muy mal gusto.

Tenemos a su mejor amigo un “punk” adicto al helado, a su amiga que no es tan perfecta como él cree y hasta a su madre que se nos muestra como una gallina sobreprotectora y de esta manera esta serie opino que es muy buena, que probablemente sea en este momento de lo mejor que hay dentro de ese estilo y miren que el panorama está saturado de animados para grandes de los que muchos he comenzado a ver y luego del primer episodio he borrado para siempre.

Uruguay fuera del mundial: ¿vivir el futbol?

Creo que viene al caso…

Uruguay fuera del mundial: ¿vivir el futbol?
Por: Darío Valle Risoto

Aquellos muy pocos que más o menos me conocen saben bien que el futbol no me gusta, más como Umberto Eco manifestó alguna vez: en realidad me desagradan los hinchas de este deporte competitivo si los hay. Digamos que toda mi vida he luchado contra esos sentimientos de pertenencia que nos obligan a sentir pasión por los trapos de colores llamados banderas, las accidentales patrias donde nacimos y/o la puesta en escena de once tipos que aparentemente me representan en un mundial y antes cantan el himno nacional bajo el enorme caudal de gente de algún estadio nacional o extranjero.

Pero Uruguay no está exento de todo lo que rodea a este circo de la FIFA llamado mundial que podrá celebrarse en países donde haya una férrea dictadura más se suelen suspender a aquellas naciones que no conforman a…

Ver la entrada original 619 palabras más

Los hinchas, el fútbol y Umberto Eco.

Odio a las hinchas, no al fútbol
UMBERTO ECO 15 JUN 1990

Lo había olvidado. No te telefonean sólo para hacerte preguntas como «¿qué piensa de la muerte de Pertini?». Las llamadas son ahora sobre el Mundial y de dos categorías. Existe el cronista desinformado que no sabe nada de mis opiniones sobre el fútbol y quiere saber lo que pienso sobre el campeonato y el que ha leído varios de mis artículos, sobre todo los de L’Espresso, a través de los cuales me he conquistado una mala fama, y quiere la opinión de un enemigo declarado del fútbol. En el segundo caso se trata de un equívoco. Yo no tengo nada contra el fútbol. No voy a los estadios por la misma razón que no iría a dormir por la noche a los pasos subterráneos de la Estación Central de Milán (o a pasear por Central Park, de Nueva York, pasadas las seis), pero, si se presenta la ocasión, veo un buen partido con interés y placer en la televisión porque aprecio los méritos de este noble deporte. Yo no odio el fútbol. Yo odio a sus fanáticos.

No se entienda mal. Yo guardo hacia los hinchas los mismos sentimientos de la Liga Lombarda hacia los extracomunitarios: «No soy racista, siempre que se queden en su casa». Por su casa entiendo los sitios en que se reúnen y los estadios y no me preocupa lo que suceda en ellos. Casi prefiero que vengan los de Liverpool, pues, por lo menos, me divertirán las crónicas: si se trata de un circo, que corra la sangre.

No me gusta el hincha porque tiene una extraña característica: no entiende por qué tú no lo eres e insiste en hablar contigo como si lo fueras. Un ejemplo. Yo toco la flauta dulce (cada vez peor, según Luciano Berio, aunque que los grandes maestros me sigan tan atentamente me produce satisfacción). Supongamos que estoy en un tren y le digo al señor de enfrente simplemente por charlar: «¿Ha oído el último compacto de Franz Bruggen?». «¿Cómo dice?». «Me refiero a La pavana lachryme; al principio, es un poco lenta». «Perdone, no entiendo». «Hablo de Van Eyck, ¿no? [silabeando] el Blockflote». «Mire, es que yo… ¿se toca con el arco?». «Ah, ya entiendo, usted no…». «Yo no…». «Curioso. ¿Sabe usted que para tener un Cooisma hecho a mano hay que esperar tres años? Para eso es preferible un Mosck de ébano. Es el mejor de los que existen en el mercado. Lo ha dicho incluso Gazzelloni. Oiga, ¿usted llega hasta la quinta variación de Derdre doen Daphne d’over?» «Pues verá, yo voy a Parma…». «Ah, usted toca en F y no en C. Sí, da más satisfacciones. ¿Sabe que he descubierto una sonata de Loeillet que…». «¿De Loli… qué?». «Me gustaría ver lo que hace con las fantasías de Telemann. ¿Usted llega? ¿No empleará por casualidad la digitación alemana?». «Verá, los alemanes… El BMW será un buen coche, pero…». «Entendido, entendido. Usa la digitación barroca. Justo. Mire, los de Saint Martin in the Fields…».

Los mundos posibles

Bien, no sé si me he explicado. Pero seguro que ustedes estarían de acuerdo con que mi desafortunado compañero de viaje se agarrara a la palanca del freno de emergencia. Pues lo mismo sucede con el hincha. La situación es difícil con los taxistas: «¿Ha visto a Vialli?». «No, debe de haber venido cuando yo estaba fuera». «Pero esta noche verá el partido, ¿no?». «No, tengo que trabajar en el libro Zeta de la Metafísica, el Estagirita, ¿sabe?». «Bueno, véalo y ya me dirá. Para mí, Van Basten puede ser el Maramundo del 90″.

Y venga a darle, como si hablara con un muro. No es que a él no le importe nada que a mí no me importe nada. Es que no puede concebir que a alguien no le importe nada. No lo comprendería ni aunque tuviese tres ojos y dos antenas. No tiene ni siquiera noción de la diversidad, variedad e incomparabilidad de los mundos posibles.

He puesto el ejemplo del taxista, pero habría sido igual si me hubiese referido a las clases hegemónicas. Sucede lo mismo que con la úlcera, que ataca tanto al rico como al pobre. Lo curioso es que criaturas tan convencidas de que todos los hombres son iguales están siempre dispuestas a partirle la cabeza al hincha de la provincia limítrofe. Este chovinismo ecuménico me admira. Es como si los de la Liga dijeran: «Dejad que los africanos vengan a nosotros. Así les podremos zurrar a gusto».

Umberto Eco es ensayista, profesor universitario y novelista.

«La estrategia de la ilusión» (Lumen, 1986)

«Se puede ocupar una catedral y sólo habrá algún obispo que proteste, algunos católicos conmocionados, un grupo de disidentes favorable, la izquierda que será indulgente y los laicos históricos (en el fondo) felices. Se puede ocupar la sede central de un partido, y los demás partidos, más o menos solidarios, pensarán que se lo merece. Pero si alguien ocupase un estadio, aparte de las reacciones inmediatas que esto provocaría, nadie sería solidario: la Iglesia, la Izquierda, la Derecha, el Estado, la Magistratura, los Chinos, la Liga por el Divorcio y los Anarcosindicalistas, todos pondrían al criminal en la picota»

La música moderna es basura repetitiva.

En una reciente entrevista, el ex líder e integrante de Black Sabbath, Ozzy Osbourne, criticó duramente la música de los últimos años y la apodó de ser una “mierda repetitiva”.

Fue aquí, en conversación con Metal Hammer, donde aseguró que “no está interesado en escuchar géneros nuevos”, porque además habría una importante “escasez de imaginación”.

En ese instante, el actor y músico, Jack Black, quien también compartió el espacio, complementó afirmando que “el gran Ozz creó el heavy metal junto a Black Sabbath”.

Así, el frontman respondió: “Es un buen pensamiento, pero nosotros estábamos influenciados por The Who, Led Zeppelin, Kinks”.

Cerrando, Ozzy comentó que: “ Ya no escucho música nueva. no hay nada nuevo en absoluto. No me interesa. Es todo una mierda repetitiva. Los intérpretes ya no dejan una marca en el público”.

¿Qué tal?

Conan el niño del futuro: Una obra maestra del anime

Conan el niño del futuro
Por: Darío Valle Risoto

Si ustedes llegaron a entretenerse pero a la vez sentirse profundamente atrapados por animes como: “Marco de los Apeninos a los andes” o “Heidi la niña de los Alpes” tenemos en Conan una aventura sumamente original producto de los famosos estudios Nippon que albergaron los primeros trabajos de Hayao Miyazaki que junto a otros ilustres colaboradores en este enorme trabajo luego nos deleitaría con la profusa e inconmensurable obra de estudios Ghibli.

Conan es un niño de diez años que vive en un mundo post apocalíptico pero a salvo en una isla junto a su abuelo hasta que la llegada de una niña llamada Lana que es perseguida por los habitantes de ciudad industria le cambia la realidad para siempre. de aquí en más durante veintiséis episodios nos encontramos frente a una profunda historia trepidante de excelentes momentos tanto de acción como de situaciones afectivas. Así mismo quienes desconocíamos este trabajo nos veremos realmente sorprendidos ante lo que por todas partes anticipa lo que ya referimos en posterior obra incomparable de Ghibli pero con la técnica propia de aquellos viejos animes pero se delata en cada trazo la maestría de Miyazaki quién diseñó gran parte de esta obra.

Así Conan junto a sus amigos: Lana, el niño salvaje: Gimsi y el loco capitán Dyse por todos los medios tratarán de salvar al tío de la niña quién es el único sobreviviente en la tierra que conoce la tecnología para conseguir energía solar ya que el futuro de la humanidad parece depender de esto y ciudad Industria liderada por el fascista: Lepka no cejará en conseguirla cueste lo que cueste, aun poniendo en peligro miles de vidas.

Conan así mismo se desarrolla como un personaje de múltiples facetas pero la más destacada aparte de su increíble fuerza de voluntad es su gran solidaridad por los más débiles y un gran corazón que lo llevan a tomar enormes riesgos a la hora de salvar a sus amigos y por ende el mundo entero. Tenemos en ciudad Industria y ciudad Paraíso los ejemplos perfectos de las opciones a las que la tierra se está enfrentando en estos precisos momentos a la hora de decidir si sale adelante o se arruina para siempre.