Vivir bien, vivir con dignidad
Por: Darío Valle Risoto
Trabajé trece años en los Talleres gráficos Barreiro y Ramos, desde mis diecinueve a los treinta y dos años y todavía no me explico cómo en esos tiempos no asesiné a un supervisor o a un jefe dada la asquerosa atmósfera represora y explotadora que se vivía en ese enorme establecimiento. Solo para citar una perla de ese collar: Teníamos quince minutos de baño por día que debíamos marcar en una tarjeta de producción, algo absolutamente ilegal y absurdo.
Entré siendo un ignorante político hijo de una dictadura con muy poca información en casa y absolutamente invadido por la desinformación de los medios, afortunadamente allí entre otros compañeros conocí a Eduardo Romero quién fue el anarquista más real que conocí en mi vida y trabajando a su lado aprendí de política, historia reciente y por sobretodas las cosas de solidaridad.
Por aquellos años en que terminaba la dictadura y luego tuvimos que soportar los gobiernos de Sanguinetti (Partido Colorado) y Lacalle (Partido Nacional) en ese lugar yo no ganaba mucho, a poco de pasar a la categoría dos allí me dejaron estancado hasta que me fui porque me cobraron cara mis convicciones y militancia sindical no bien en 1985 comenzó a funcionar el SAG (Sindicato de artes gráficas)
Mi sueldo menguado y mi escaso poder adquisitivo no hicieron mella en que los últimos nueve años decidiera dejar de hacer horas extras. ¿Para qué quedarme fuera de las ocho horas para cobrar el doble de un sueldo miserable? Y como le dije una vez a un supervisor: __No me pregunte más si me quedo porque dado que me pagan una miseria quiere decir que no soy bueno para quedarme más de mis ocho horas, ¿O me están estafando?, por lo tanto no me quedaré más fuera de mi horario.
Un compañero me contó que alguna vez en el Uruguay al obrero le alcanzaba el sueldo para vivir dignamente y además le daba para juntar y comprarse un terrenito afuera y quizás irse haciendo una casita para veranear. Eso siempre me pareció un cuento de hadas porque hasta a más o menos el año 2006 no supe lo que era vivir por lo menos dignamente y que la plata me alcance. En el añ0 1994 me fui de Barreiro a la Imprenta Rosgal donde si me pagaron lo que correspondía a mi trabajo de oficial de máquina dobladora, es decir: categoría cinco. O sea que en Barreiro por lo menos durante diez años me estuvieron jodiendo y pagándome tres categorías menos de lo que debía.
Este tema lo hablé alguna vez en el sindicato pero nunca contamos con gobiernos que por lo menos fueran ecuánimes en el tema obrero y con presidentes como Julio María Sanguinetti que además de cómplice de la dictadura sostenía que: “Nunca había perdido un conflicto con los sindicatos”: estaba todo dicho. Con el gobierno de Luis Alberto Lacalle no solo se continuó en esta oposición: gobierno de derecha – Sindicatos sino que fue peor al decir del presidente del SAG quién me reconoció que al menos con los colorados había un mínimo de diálogo en el ministerio, con estos otros no.
En Rosgal nos tomó la crisis del año 2002 y el patrón los reunió a todos durante la mañana y les dijo que ya no estaba en condiciones de pagar las extras dobles, cuando llegué porque trabajaba de noche no podía creer que ningún compañero le haya dicho que no y que todos aceptaran porque era evidente que el tipo se aprovechaba de la coyuntura para explotarnos aún más.
Poco tiempo después s e fue a los EEUU y algunos compañeros decían que era para buscar trabajo a lo que les dije que no sean burros: se había ido de vacaciones y volvió con un bello bronceado de Miami. Obviamente dejé de hacer extras (Lo que nunca me gustó) y cuando me recortaban el vale del viernes les faltaba el lunes y por lo tanto comenzaron a mandarme seis meses al seguro de paro para que me canse y me vaya.
Como vivo solo me ajusté el cinturón (Ya estaba acostumbrado) y durante cada periodo de trabajo me mandaban de nuevo y así hasta que en medio de mi seguro de paro del año 2004 gana por primera vez en el Uruguay la coalición de izquierda Frente Amplio por lo que a poco de reintegrarme al trabajo le dije a mi compañera del momento que no me iban a tomar, que me iban a despedir porque eran más realistas que el rey y como me tenían por sindicalista tenían miedo de tenerme con un gobierno popular, mi compañera me dijo que eran cosas mías..
Cuando me reintegré en los primeros meses del 2005 me despidieron, sorprendidos porque ya les llevaba mi liquidación hecha en el ministerio de trabajo. Seis meses de sueldo por once años de trabajo es una miseria. Cierta vez en el Uruguay se cobraba de despido un mes por año de trabajo pero creo que fue Sanguinetti que le puso un tope de seis sueldos y nunca fue enmendado tal asunto que solo beneficia a los patrones y comete la injusticia de que tanto despidan a uno que trabajó cinco años y un día como quien trabajó veinticinco cobren seis meses de sueldos y encima en cuotas a razón de un cheque a cobrar por mes. No sea que se vuelvan capitalistas.
Con más de cuarenta trabajé cuidando enfermos y en lo más bajo que puede caer un anarquista: en dos empresas de seguridad, la segunda fue Prosegur donde también tuve la gran experiencia de ir de sereno a los talleres de El País donde trabajaban muchos de mis ex compañeros de Barreiro (Que cerró sin pagar ningún despido allá por 1998) y en especial uno de los supervisores que se mostró enormemente satisfecho de verme en mi caída a la marginalidad con uniforme color caca y ganando otra miseria. Afortunadamente trabajé pocos meses hasta que conseguí trabajo en una imprenta gracias a uno de los compañeros nuevos que me pasó el dato.
Recién a partir del año 2007 comencé a notar que la plata me alcanzaba, con deudas desde mi etapa desempleado poco a poco comencé a rellenar los agujeros de mi economía y tras muchos años de espera y obviamente con un gobierno de izquierdas viví por primera vez en mi vida aquello que me contaban algunos veteranos de “que la plata nos alcance”. Comer todos los días, pagar luz, agua, teléfono, alquiler, etc., seguía siendo difícil pero mucho menos que antes.
Reconozco que soy bastante austero en mis gustos y eso ayuda mucho, por lo pronto a fuerza de meterme en cuentas absurdas y terminar pagándolas varias veces por los intereses usureros dejé de comprar a crédito y menos comprar artículos que no corresponden a mi poder adquisitivo. Ahorrando o comprando al contado en las licencias evité el dolor de las cuotas y sus intereses, no tengo tarjetas y gracias a la nueva modalidad bancaria ni siquiera guardo mucho dinero en el bolsillo por lo que siempre dejo un margen para emergencias. Nunca se sabe.
Pero luego de tres gobiernos de la coalición frente amplio ganó un rejunte formado por toda la gama de grises de la derecha uruguaya, desde los golpistas blancos y colorados a los golpistas militares sumando a los “izquierdistas” del partido independiente y a todos los frenteamplistas arrepentidos. A partir del año 2020 tenemos a un presidente producto de la más rancia oligarquía uruguaya católica y conservadora que se ha dedicado sin descanso a derribar todos los logros de quince años de gobiernos populares y ya sabemos con qué objetivo.
¿Por qué los pobres votan a la derecha? Puede haber varias respuestas desde la ignorancia al cornudismo más patético los corderos se enojaron con otros corderos y votaron al lobo, de la sartén al fuego, de Guatemala a Guatepeor, etc.
La mayor parte de mi vida trabajé honestamente y recién con el frente amplio viví un poco mejor y viene un vejiga con tanto o menos que yo y los vota a estos, las explicaciones pueden ser muchas: Campañas desmedidas en contra de la izquierda, Sendic y sus evidentes errores como cabeza de turco, el miedo a que el comunismo les expropie las tierras de sus orejas y hasta la simple mala leche del resentido que se cree que dios existe y que un tipo lindo, con plata y de traje le va a dar algo porque aún piensa que existen los reyes magos y que la riqueza va a desbordar sobre su cabeza llena de aire.
Habrá que reagruparse y tratar de sobrevivir estos años que quedan y volver a ganar, así es la democracia, nadie asegura que las mayorías tengan la razón y mucho menos si estas están formadas por diferentes matices de un gris que algunos llaman “multicolores”, pero multicolores somos nosotros, los anarquistas, socialistas, comunistas, libertarios y solidarios hombres y mujeres que nos rompimos el lomo siendo honestos y ahora debemos masticarnos a los ladrones de guante blanco de nuevo en el poder.
FIN