Neo vampiros 114: No soy Homo…

Neo vampiros 114
No soy Homo
Por: Darío Valle Risoto

Paula se despertó como nueva, se levantó, estaba totalmente desnuda, abrió las cortinas y el sol entró veraniego aunque era invierno pero entró atropellando y llenando la habitación de rubio oro. Andrea seguía durmiendo de espaldas a ella con su piel joven plagada de pecas.
En un gesto automático Paula levantó las bragas celestes de su amiga del piso y las olió sintiendo el suave perfume de la excitación de la noche.
En ese momento su compañía se dio vuelta y mientras buscaba sus lentes sobre la mesa de luz estirándose y mostrando sus pechos breves Paula provechó a alcanzarle su ropa interior.
Se puso también su ropa, luego encontró sus jeans a los pies de la cama y también su camisa blanca. Se asomó a la puerta y tras saludar a la empleada le pidió que les traiga el desayuno a la cama.
_ Prefiero tomarlo en la cocina, me tengo que ir temprano. ¿Qué hora es? _ Preguntó Andrea aceptando su propia ropa que también estaba regada sobre la alfombra de manos de Paula que la miraba a los ojos.
_ Son apenas las siete de la mañana y es domingo. _ No soy torta, no te confundas, anoche tomé demasiado en la reunión y…
_ Y te viniste a coger conmigo, como quién no quiere la cosa. _ Sonrió Paula con cierto pequeño y culpable sentido del humor. __ Isabel, vamos a desayunar en la cocina, gracias, disculpa la molestia.

Cuando sacó la cabeza de fuera de la habitación Andrea ya se había vestido, era un poco más baja que ella y más delgada pero con buen cuerpo. Un cuerpo que se había tomado el dulce trabajo de recorrer con sus manos y sus labios.
__ Me tengo que ir. __Dijo visiblemente alterada y Paula la dejó salir, no recibió ni siquiera un beso de despedida.

Fue al baño, se lavó la cara y al acercarse a la cocina encontró el suave aroma del café con leche y los bizcochos calientes. Isabel estaba de espaldas lavando unos platos a mano.
_ ¿Por qué no usas la lava vajillas? _ Prefiero a la antigua señorita, si no es problema.
_ No me digas ni señora ni señorita, sé que sos nueva en esta casa, lamentablemente la antigua empleada se fue a sus pagos y ella como vos era muy educada, pero no hace falta tanto protocolo. Soy Paula y como verás en esta casa pueden pasar cosas raras. Ella permaneció en silencio. _ Esta noche me acosté con otra mina, espero eso no te moleste, pero para tu tranquilidad y tal vez la mía, los hombres todavía me siguen gustando, así que digamos que soy: bisexual o como quiera que le llamen. Sonrió disfrutando de ponerle manteca a un croissant salado. No, yo no juzgo seño… Paula.
__ Hablando de cosas raras, tengo una amiga que puede venir de noche y aparecer como un fantasma sin aviso, es un tanto… particular. Se llama Lorena, Lorena Luna y no le tengas miedo, se porque te lo digo, es bastante callada, parece muy joven pero no lo es, las apariencias engañan Isabel, engañan mucho.

La empleada terminó de guardar los últimos platos tras secarlos lentamente con un repasador. Era una mujer cuarentona que aunque prolija en su apariencia demostraba pertenecer a una clase muy diferente a la de Paula.
__ Voy a arreglar su cuarto.

Paula desayunó mirando a los pájaros en el jardín. Antón su perro ovejero aunque ya medio viejo igual corría a algunos como si los pudiera atrapar.
Encendió la pequeña televisión de pantalla plana de la gran heladera y no se sintió para nada asombrada de los titulares.
_ “Sigue el misterio de los asesinatos de militares, ex militares y políticos asociados al golpe de estado de 1973, fuentes confiables aseguran que se trata de diferentes victimarios aunque hay cierta tendencia a creer que se trata de un comando subversivo” _ Paula tiene razón, estos periodistas en su mayoría son unos lameculos de todo gobierno de derecha, lacayos, mandaderos, unas verdaderas mierdas.
Terminó su último biscocho y fue a lavar la taza y los pequeños platos al lavabo.

A algunos kilómetros de allí Lorena permanecía dentro de su ataúd pero con los ojos abiertos, sentía verdadera curiosidad por el tropel de ruidos diurnos que copaban sus sentidos, por los olores, por las diversas señales de que el mundo vivía más bajo la luz del sol que bajo la insondable mirada de la luna.
Pensó en sus padres, muchas veces antes de conciliar su sueño les recordaba como esas figuras borrosas de padre y madre quitados de su vida abruptamente y bajo el abrigo de una oscuridad de las enormes alas de un ave gigantesca y sedienta de sangre que se abatió sobre las familias de américa toda.
Sentía también cierta nostalgia por Henrich, aquel hombre que le había regalado un don que sin embargo podía ser un pesado lastre a la hora de querer ser normal.
__ ¿Qué es normal?

Juicio y castigo

Neo vampiros 113: Marines y mandarines

Neo vampiros 113
Marines y mandarines
Por: Darío Valle Risoto

Lorena caminó fuera del shopping seguida del guardaespaldas, de alguna parte un BMW se acercó a este y subió al mismo.
_ ¿Y la amiguita? _ Se quedó atrás. ¿Pero nos interesa esta? ¿No jefe?
_ Si, efectivamente, acércate Cardozo a ver que mierda buscaba mirándome con esa actitud. El auto casi la atropella. Lorena sin embargo permaneció quieta esperando que se bajara el espejo de la puerta trasera que era totalmente oscuro y no permitía ver el interior. Sabía muy bien quién iba sentado allí. _ Armando Sangley, nos volvemos a encontrar y no es causalidad.
_ Subí pendeja por las buenas o te metemos a patadas. _ Si me lo piden así.

No bien entró el auto este enfiló rumbo a la avenida, el guardaespaldas que iba junto al que manejaba se dio vuelta y la miró fríamente mientras le apuntaba con una pistola Glock.
_ Creo que la he visto antes jefe. _ Explíquese Cardozo.
Sin decir palabra el tipo con la mano libre le dio un periódico que llevaba en la guantera del auto al veterano ex militar. Este sacó unos lentes para leer y miró los titulares.
_ “Ya van decenas de asesinatos de ex militares o políticos que durante la dictadura cometieron actos de barbarie, se sospecha de un vampiro” _ ¡No me jodas Cardozo, esta es prensa amarilla, pura mierda comunista!
Le devolvió el periódico a su empleado casi tirándoselo en la cara pero al mirar a la muchacha que habían subido al auto se sorprendió de su expresión entre tranquila y aterradora, sobre todo cuando abrió su boca de labios carnosos y vio los inexplicablemente largos colmillos.

_ Hace décadas que tengo diecisiete, mis padres que no llegué a conocer o al menos no recuerdo fueron asesinados en su dictadura señor Sangley, no todo lo que parece fantasía o es difícil de creer es imposible. Usted Cardozo tiene razón y los tres tienen el privilegio de conocer de primera mano este milagro o castigo de ser inmortales que tenemos los vampiros. _ Si esto es una broma de ustedes o de algún camarada de armas no me causa gracia.
La mano que empuñaba la pistola del guardaespaldas temblaba como un junco bajo una tormenta, el que iba manejando casi atropella a un ciclista tratando de ver la cara de la muchacha sentada detrás.
Lorena en un movimiento tan rápido que nadie vio le quitó el arma al tipo de delante y la rompió como si fuera de chocolate, el arma cayó entre sus piernas al piso del auto.
Armando sangley trató de golpearla con el bastón inútilmente, ella se lo quitó y luego le pegó con él en una rodilla.
El veterano pegó un grito ahogado y luego intentó parecer sereno aunque lo delataban las gotas de sudor que le bajaban de la frente.
_ Usted era uno de los enlaces de los yanquis durante la operación Cóndor, me interesaría saber si conserva algún documento sobre ese tema que me pueda dar. _ ¡Estás loca!
Lorena se incorporó y tomando el cuello del tipo de adelante le hundió los colmillos en el mismo tan profundamente que un chorro de sangre saltó empapando a su compañero que pegó un grito y trató de tomar su arma mientras manejaba con una sola mano.
Murió rápidamente, demasiado rápidamente para el gusto de la joven que se alimentó hasta saciarse en apenas segundos dejando un cadáver marchito junto a su colega que tuvo que frenar y abrir la puerta del auto para vomitar junto al cordón de una ignota vereda de Pocitos.

En medio del terror que lo embargaba sacó el arma pero no pudo disparar porque ella se le tiró encima y le partió el cuello hundiendo también sus caninos en el mismo.
Afortunadamente era invierno y se habían detenido en una zona poco iluminada, de todas maneras entró al auto y apagó sus luces y al mirar al asiento trasero vio al ex militar temblando. Lorena tenía la boca tanto como parte de su tórax totalmente cubiertos de sangre.
_ ¿Loca yo? _ No tengo nada, déjame ir y te doy plata, tengo mucha guita, dólares…
__ Sí, claro, muy generoso de su parte dado que ya se está…

Allí quedó el lujoso auto con sus tres muertos adentro, uno con medio cuerpo afuera porque había intentado escapar. Lorena miró a los edificios, era tarde, había niebla y hacía un frio tremendo. La sangre se le secaba rápidamente sobre su camisa negra. Pensó en que Paula se había cagado de miedo y de alguna manera sintió lastima por ella mientras se elevaba en la noche haciendo uso de esa capacidad de quedar prácticamente sin peso alguno.

Juicio y Castigo.

Neo vampiros 112: Estamos fritos angelito

Neo vampiros 112
Estamos fritos angelito
Por: Darío Valle Risoto

La ciudad sufre una vieja pandemia que no tiene nada que ver con el coronavirus, esta pandemia se llama: impunidad. Paula se ajusta mecánicamente el tapabocas mientras entra al shopping donde el aire acondicionado combate el invierno de afuera con un generoso clima cálido. Los guardias de seguridad ni la miran, ella es rubia, prolija y bonita; estos títeres del sistema prefieren perseguir a los morochitos a aquellos que llevan gorras de béisbol y/o ropa comprometedora.
Es curioso, piensa, es curioso, que los guardias sean tan pobres como los que acosan con sus miradas inquisidoras moviendo sus cachiporras o hablando por sus handys con el gesto de agentes del FBI.
Pensamientos difíciles de conciliar para una mujer adinerada, sus padres le siguen enviando dólares desde vaya a saber dónde, la semana pasada estaban en Panamá, el mes anterior en Florida en los Estados Unidos y habían pasado las fiestas en Suiza.
Lorena tiene razón, es dinero sucio.
Consiguió un trabajo hace dos años en una perfumería del centro, se encarga de los temas relacionados a la página web y manejar las compras tanto como el catálogo que regularmente se va incrementando con fragancias francesas, italianas, españolas. Piensa en que muchos exóticos y caros perfumes se sacan del culo de las ballenas y sonríe.
Entonces lo vuelve a ver, al mismo hombre, el veterano que Lorena le señaló hace un par de meses y que trabaja en una importante agencia de viajes que también tiene un Cambio de divisas con los dólares, euros, yens, etc. a buenos precios.
_ Pero es un pobre viejo, si apenas puede caminar ayudado con ese bastón.le dijo a Lorena que llevaba lentes negros porque tanta iluminación dentro del shopping le destroza la vista. Obsérvalo bien, no seas tan boluda che. _ Le dijo con su voz arenosa mientras ambas se sentaban en los bancos tipo plaza junto a una de las innumerables escaleras mecánicas.
El tipo es alto, canoso con una incipiente calvicie que lleva muy bien dados sus casi ochenta años, se apoya en un bastón metálico, es delgado, de rostro pétreo típico de aquellos militares de la vieja estirpe en un Uruguay que se niega a mirar para atrás.

Paula trataba de disimular mientras el hombre pasaba delante de ellas, de pronto reparó en la mirada del anciano sobre una niña de unos diez años que pasaba corriendo comiendo un helado. Su madre la atajó diciéndole que no corriera y entonces Paula reparó en esa particular mirada del hombre sobre la niña de medias blancas, pollera tableada y dos trenzas rubias atadadas con moñas rosadas.
No era una mirada distraída y mucho menos de esas que demuestran dulzura ante la preciosa vista de una inmaculada niña haciendo una pequeña travesura, era otro tipo de mirada.
_ ¿Me querés decir que…?

_ Violador una vez, violador toda la vida, no te voy a contar el prontuario de este señor porque no te quiero quitar el sueño, el diablo es viejo pero no pierde las mañas.
Lorena lo miró severamente y a pesar de tener puestos sus lentes negros el tipo adivinó que esa joven lo observaba de forma particular.
Entonces sorpresivamente y haciendo un uso por demás deportivo de sus pasos dado el bastón se acercó a ellas, tan inesperadamente que a Paula le causó espanto.
_ ¿Las puedo ayudar en algo?

_ Coronel retirado: Armando Sangley si no me equivoco. Dijo Lorena no preguntando sino afirmando. En el rostro del viejo militar algo imperceptible se movió, tal vez fue una ceja o la mano que apretó denodadamente el mango del bastón. Inmediatamente de la nada aparecieron dos hombres detrás de él. Y sus guardaespaldas. Afirmó de nuevo Lorena mientras Paula sentía que ya le faltaba el aire.

__¿Te conozco pendeja?
__ No, no me conoce y le confieso que no le gustaría nada conocerme sobretodo porque los puedo eliminar a usted y esos dos culos rotos que lo cuidan en menos de cinco segundos.

Un largo y enorme silencio solo fue opacado por la música ambiente del shopping, la niña del helado y su madre desaparecieron escaleras mecánicas abajo y Paula hubiera querido desaparecer con ellas pero tampoco podía pensar en caminar porque allí sentada le temblaban las piernas.
Cada uno de los guarda espaldas del viejo se le pararon adelante y muy profesionalmente lo cubrieron con sus cuerpos, eran dos hombres altos, gruesos, morochos con caras de no ser para nada simpáticos.
_ No muchachos, esta pendeja debe estar drogada, ya sabemos que estas nenitas bien se dan con cualquier merca, dejémoslas así. Los tres se fueron poco a poco como en cámara lenta mientras Lorena miraba a Paula que estaba a punto de desmayarse. _ ¿Te sentís bien?
_ Obvio que no. ¿Qué te pasa?, ¡estamos entre mucha gente! _ No me pasa nada, ese viejo percibió que algo anda mal pero seguro también pensó lo mismo y por eso no trataron de sacarnos de aquí sin que haya un escándalo, pero fíjate, uno de los guarda espaldas se quedó junto a aquel comercio para seguirnos de seguro.
_ ¿Y qué vamos a hacer? _ Vos quédate acá sentada, yo me voy y seguro me sigue a mí, luego salí por aquella otra escalera lejos de por donde se fueron los otros y ándate para tu casa. Ya sabes que hace días que no me alimento y la luz de mierda de este shopping me tiene liquidada.

Lorena se paró y antes de irse le dio un helado beso en la mejilla a su amiga, luego lentamente caminó en dirección contraria a donde estaba el tipo y percibió inmediatamente que la estaba siguiendo aunque este dio un rodeo para que Paula no lo viera.
Apenas salió del shopping Punta Carretas se sacó los lentes negros y los guardó dentro de su campera de cuero. Se sintió revivir, si esto era posible con el frio helado de la noche.
En ese preciso instante el hombre que la seguía salió mezclado entre otras personas.
Paula siguió sentada esperando que el corazón deje de latirle como un tambor y luego siguió hasta las escaleras mecánicas rumbo al estacionamiento temiendo que alguien la siguiera, todos le parecían que la observaban y no era precisamente porque fuera sospechosa de algo sino porque era una rubia sumamente atractiva pese a sus treinta y cuatro años.
En el estacionamiento reparó en que su auto estaba a pocos metros y subió a él muy nerviosa, arrancó y cuando estaba a varias cuadras del lugar recién entonces comenzó tranquilizarse de alguna manera hasta que pensó rápidamente en su particular amiga.

__Les va a arrancar la cabeza, de seguro. __Sonrió con una sonrisa amarga.

Juicio y Castigo.

Neo Vampiros 111: Señor Presidente

Neo Vampiros 111
Señor Presidente
Por: Darío Valle Risoto

El presidente levanto su corbata y la apoyo sobre el hombro izquierdo mientras con la mano derecha tomo la pequeña cucharita que lleno totalmente de cocaína y la llevo a la nariz dejándola bien limpia, resplandeciente. A continuación vuelve a bajarse la corbata a rayas blancas y celestes y mira a sus dos ministros de confianza.
_ ¿De nuevo la pelota en la casa del vecino?

_ No entiendo que nos querés decir. _ Pregunta soberbiamente Álvarez. Sabe bien que al presidente no le gusta que lo tuteen cuando está en su despacho. Y lo hace para ofenderlo. Cardozo se revuelve en el cómodo asiento de cuero italiano, él no es tan atrevido y prefiere la reserva de permanecer callado mientras el presidente vuelve a levantar su corbata y jala otra dosis de coca. Es el único que le hace los honores al polvo de ángel, los otros dos prefieren sendos vasos de whisky etiqueta negra.

_ Todos esos viejos masacrados, la cúpula militar re caliente porque no hay rastros de los asesinos y vos: pelotudo de mierda, ¿me preguntas que quiero decir? Quiero decir que hace más de diez años que matan milicos y políticos y nunca hemos encontrado nada, ni nosotros ni los comunistas cuando eran gobierno.
_ Los comunistas nunca fueron gobierno Luis, era el Frente Amplio. _ Aclara Cardozo que hace uso de la palabra por primera vez luego de las buenas noches al llegar.
Luis pegó con un puño sobre la mesa e hizo saltar la cucharita y la bolsa de cocaína que por suerte no se derramo, la mira como para cagarlos a trompadas, el ministro de defensa y el ministro de educación son dos viejos pelotudos que viven del estado desde 1985 cuando retornó la democracia. Él era apenas un niño pero lo sabe bien, creció viendo estos parásitos del estado acomodarse gobierno tras gobierno para vivir de la gente.
_ Investigación tras investigación y solo teorías disparatadas: terroristas árabes, fanáticos de pare de sufrir, comunistas pro soviéticos, vampiros, extraterrestres, invocaciones de libros satánicos, solo falta que digan que los mató Green Peace. Pensó en darse otro saque de coca pero ya está más duro que Ultratom y prefiere hablarles con claridad. Señala al whisky y Cardozo siempre alcahuete le sirve corriendo.

_ Esa teoría de los vampiros no es tan disparatada señor presidente, creo que deberíamos apuntar para ese lado, sé que parece una locura tipo Hollywood pero en la carpeta que dejó Margarita Carvallo hay muchas pistas que van para ese lado, creo que fue una investigación muy seria en ese momento pese a provenir de una militante bolche. _ Esta vez Heber Álvarez lo trata de usted, se enseria para que Luís La ferré el ilustre presidente de todos los uruguayos en medio de la satisfacción de consumir la cocaína más potente de Colombia lo comprenda. Luis mira a la bolsa y la abre, llena de nuevo la cucharita, esta vez olvida levantarse la corbata y al chocar contra esta la coca se le derrama sobre la falda.

_ Si no fuera que tengo más me calentaría. _ Levanta entonces la corbata y un fino polvo blanco cae de ella de nuevo sobre su falda y su perfecto traje italiano color azul. Llenó de nuevo la cucharita y aspiró más fuerte que nunca hasta que el agrio gusto acido le bajó por la garganta y comenzó a sentirse Superman. _ Esa teoría sobre los vampiros sé que parece una pendejada pero alguien me dijo una vez que el principal poder de los no muertos es que nadie cree en ellos. Apunta a continuación Álvarez mirándolo a los ojos. ¿Eso lo sacaste de una película de la Hammer? Ironiza Cardozo. Lo saqué de la concha de tu madre, ¡Estoy hablando en serio!, todos los informes indican masivas pérdidas de sangre en la mayoría de los cadáveres y solo raras excepciones todos los asesinados fueron protagonistas de la dictadura militar, sean civiles o militares. __El rostro de Álvarez se enrojece tanto que Cardozo levanta las manos como para pedir disculpas pero sin decir una palabra.


El presidente se pone de pie, es tarde y no tiene ganas de regresar a su casa, su esposa debe estar con alguno de sus amantes y no soporta a sus tres hijos, tampoco soporta a la empleada ni a los guardias de seguridad ni a nadie a mil metros a la redonda. Si no fuera por la cocaína cometería una serie de afortunados asesinatos.
__Bueno, ya es tarde y me voy a dormir a casa: Vos Álvarez conseguirme toda la información sobre estos supuestos vampiros y vos Cardozo encárgate mañana de atender al sindicato de maestros, dales algo de lo que piden para que dejen de joder con tantas manifestaciones y marchas. Buenas noches.
Salió disgustado limpiándose con una mano el pantalón lleno de “talco”, se olvidó de la bolsa sobre la mesa y eso a nadie le importará por la mañana, a lo sumo algún escolta se va robar un par de gramos. Que les aproveche.

Juicio y castigo.

Neo Vampiros 110: Basta de Nostalgia

Neo Vampiros 110
Basta de Nostalgia
Por: Darío Valle Risoto

Vivir de recuerdos alimenta las llamas de la derrota, pensar que todo tiempo pasado fue mejor alienta un futuro descorazonador; sin embargo los uruguayos viven con un pie en el pasado solamente para hacerlo bueno, nunca aceptarán que el pasado fue mil veces peor que este presente de mierda.
Lorena sabe que pronto va a amanecer pero disfruta del frio de la madrugada que hiela la piel y enfría la sangre dentro de sus venas que comienzan a volverse antiguas.
Jacqueline se lo contó todo, de “Pe” a “Pa” dirían los viejos de antes, no sabe cómo pensó en eso y quizás su memoria revive una vez más a la querida abuela que la crio y que tenía esas frases a flor de su piel de gallega. Una samurái que había venido a matarla desde el otro lado del mundo podría sorprenderla si no fuera que hacía años había perdido esa capacidad junto con tantas otras.
Estaba parada en la azotea del palacio Salvo, azotea diezmada por los años y el maltrato de la gente, un techo de Montevideo lleno de basura innecesaria, oxido y humedad.

El pasado de los uruguayos es una mierda de dolor, tortura y desaparecidos y sin embargo el país una y otra vez le sigue dando la espalda a la justicia, poblada de eufemismos la impunidad se abate entre hombres de izquierda y derecha mientras los viejos usurpadores se cagan de risa.
_ No lo hagas, ellos están pagando con la cárcel lo que hicieron, ya está, dedícate a los que están afuera. __ Le había dicho la abogada, Lorena sabía que tenía sus razones para defender su visión de lo que es correcto pero ella no. Los políticos hijos de puta les hicieron una cárcel especial, debieron meterlos en una prisión con ladrones, asesinos y violadores comunes, eso es lo que son ellos. Estos viejos de mierda hasta pueden salir con permisos a ver a sus familiares. _ Algunos salen a velorios, no te olvides que son parte de una generación que felizmente se termina.
_ ¿Y los desaparecidos tuvieron velorios?, ¿Alguien fue a despedir a los que tiraron vivos de los aviones atados con alambres?, ¡Por favor Jacqueline! La abogada se sentó y se sirvió un enorme vaso de whisky. Lorena le dijo mirándola a los ojos que comenzaba a cansarse de todo y que comenzaba a considerar que todo el mundo era cómplice de esa impunidad dolorosa, atroz, repudiable. _ Hay gente buena Lorena, tu amiga Paula es una de ella, pensá en que desde que te conoció ha cambiado su cabeza y ahora comprende la realidad, ya no es una “Barbie” de carrasco y eso ha sido obra tuya.
Creyó ver cierta sonrisa en la no muerta pero probablemente solo era su deseo de encontrar sentido del humor en alguien sin sentido.
_ En dos minutos me puedo cargar a esas escorias, ni siquiera será necesario que me vean pero matarlos sin sufrimiento me parece algo demasiado humano para ellos. ¿No le parece? _ ¿Y entonces que te separa de ellos?
__ ¿Vamos a tener una conversación tipo Hollywood?, Me recuerda esas conversaciones al final de las películas en que se deja vivo al asesino para que pague aunque haya dejado el tendal de cadáveres a su paso. Nos han vendido durante años que la venganza es mala, esa es una mierda cristiana que no me cierra para nada. Si la venganza es justicia que así sea.
Así lo dijo y así desapareció por la misma ventana por la que había entrado.

Jacqueline se empinó el vaso, mala cosa era volverse alcohólica a sus años pero ser la consejera, mecenas y casi amiga de una vampira lo ameritaba. Jacqueline se sirvió un segundo vaso y abrió la gruesa carpeta verde con los datos de los presos en la cárcel Domingo Arena. Catorce entre ex militares y civiles que cometieron crímenes de lesa humanidad.
Pensó con una creciente culpa que estaba bien lo que esa pequeña y menuda muchacha pensaba hacer, en que era buena cosa limpiar la casa, poner las cosas en orden, levantar la alerta sobre este tema cuando parece que todo el mundo lo olvida o tira para el costado.

Recordó a su padre también abogado y pensó en que demoraron muchos años después de que murió para que ella su propia hija reconociera que no era una buena persona porque por más que fuera un profesional del derecho había dejado en libertad a varias alimañas.
En esta o en cualquier parte del mundo los ricos compran su libertad y los pobres regalan la suya, los mejores abogados no defienden a pelagatos y los jueces saben bien con quienes tratan a la hora de bajar sus martillos.

Dos días después no le sorprendió la noticia, por supuesto que era una enorme mentira escuchar en los medios que los presos de esa prisión de lujo se habían muerto intoxicados por una fuga de gas de la calefacción, no tenía que imaginarse quien era “la fuga de gas” y solo le adjudicó a lo inverosímil de la situación que se disfrazara la información sobre los muertos y su cadáveres destrozados pintando de rojo pisos y paredes de esa pequeña y prolija cárcel. No llamó a Lorena, estaba claro que había cumplido con su plan a su propio criterio pero si lo hizo con Paula.

_ ¿Ella está bien? _ Ya sé porque me llama doctora, no la he visto pero ambas sabemos que fue quién lo hizo.
Casi diez años habían pasado desde que Jacqueline conoció a Paula, ella si como era debido había crecido, madurado de una joven ingenua de diecinueve años a una mujer. Desde luego que la influencia de Lorena en su vida había sido crucial para bien o para…
_ Me habló hace pocos días de “hacer limpieza” pero fue inútil disuadirla, vos la conoces más que yo. Hubo un molesto y esperado silencio del otro lado de la línea. _ Últimamente nos vemos poco, aunque cueste creerlo ella se está volviendo más…, digamos que más oscura y distante, a veces aquel miedo que sentía a su lados e acerca peligrosamente al terror, si no fuera a terapia creo que hace años estaría internada o me hubiera matado.
Entonces el silencio fue del otro lado. Jacqueline se sintió muy conmovida por las palabras de la otra mujer sobretodo porque terminaron en un llanto contenido.
_ No sé qué decirte, te llamé para preguntarte sobre su estado y veo que sos vos quien realmente sufre, no digo que ella a su manera no lo haga pero nosotras estamos vivas. _ ¿Lo estamos? __Preguntó misteriosamente Paula antes de cortar porque rompía a llorar.

Jacqueline colgó, se quedó mirando el teléfono un rato con la mente nublada, también tenía ganas de llorar pero era una mujer madura con algunos inviernos sobre sus hombros, volvió a pensar en esos viejos de mierda recibiendo la visita de Lorena en esa carcelita confortable donde el estado de alguna manera premiaba a sus usurpadores.
Se sirvió un generoso vaso de whisky y en la soledad de su enorme estudio comenzó a aplaudir.

Juicio y castigo.

Neo Vampiros 109: Hiroshima

Neo Vampiros 109
Hiroshima
Por: Darío Valle Risoto

Jaqueline conversó sin ser interrumpida. Le contó a Mitzuko todo lo que sabía de Lorena, tenía el deseo, tal vez la presunción de que podría convencerla de no matarla porque sabía que esa era su misión y conocía los valores de los japoneses cuando se dedican a cumplir un mandato superior.
_ Si me has escuchado allí en silencio a buena distancia de tu espada es porque tienes dudas de lo que viniste a hacer, sino estoy segura de que no me darías ni un segundo de tu tiempo. _ Los de nuestra condición tenemos todo el tiempo del mundo.
Jaqueline se levantó a servirse un whisky, le temblaban las manos, la adrenalina le había quitado el sueño aunque eran casi las tres de la madrugada.
_ ¿Por qué se quieren deshacer de ella? Silencio. los ojos de Mitzuko observaron la alfombra lujosa del apartamento de la abogada. _ Son ordenes, no me compete ponerlas en duda
_ Pero sin embargo estás aquí en vez de tratando de enfrentarla. _ Es como yo y eso me inquieta, en este lugar tan lejos en el mundo y sin embargo me siento cerca de ella.
_ ¿Estás tan segura de poder con ella? La conozco hace unos años y suele ser despiadada a la hora de defenderse. Hasta luchó contra licántropos defendiendo a su amiga. _ Paula, lo sé.
_ ¿Tú tienes amigos? _ Solo mi espada, no necesito más que eso.
__ Todos más tarde o más temprano necesitamos tener amigos, aún los de vida eterna como ustedes.

Un frio viento estremeció a Jaqueline que cuando se llevó el vaso a los labios comprendió que la joven había desaparecido por la ventana.
__ Esto parece una puta película de la Hammer.

Mitzuko tenía veinte años cuando fue convertida por el clan de Okinawa, vivió desde el año 1514 recorriendo las islas japonesas y hasta se aventuró en el sudoeste asiático durante la guerra. Pero nunca olvidará lo que fue estar en Hiroshima ese seis de agosto de 1945, allí lo comprendió todo mientras el mundo se desmoronaba a su alrededor y ella instintivamente se enterraba en la tierra caliente y radioactiva para escapar del enorme golpe de luz infernal y devastador.
Alimentarse luego mientras su cuerpo se recuperaba de las quemaduras fue un acto de profundo humanismo al llevarse la vida de decenas de cadáveres ambulantes sufrientes y contaminados.
Vomitó sangre y se aferró con sus uñas a una tierra estéril mientras las tropas norteamericanas recogían a los muertos ayudados de los derrotados soldados del ejército nipón tras firmarse la derrota.
Se enfrentó al consejo esperando conseguir una justa represalia contra los invasores pero no fue escuchada, ellos seguían fieles al emperador aunque fueran un grupo de no muertos mucho más viejos que el mismo hijo del imperio del sol.

Ahora en el siglo veintiuno le habían dado la oportunidad de escapar de una vez por todas a años de cumplir órdenes, de asentir y bajar la cabeza ante un clan, un consejo de vampiros medievales, caducos e inservibles.
_ ¡Váyanse todos a la mierda! __ Pensó para sus adentros y tomó un taxi hasta el aeropuerto.
En ese momento a pocos kilómetros de allí Lorena sentía una sensación de tristeza y de pérdida irreparable, sobre algo que no comprendía pero había en el aire una nueva, una nueva historia que le faltaba completar.

Juicio y Castigo.

Neo Vampiros 108: Pacto de silencio

Neo Vampiros 108
Pacto de silencio
Por: Darío Valle Risoto

_ ¡Me Tenés acá atado y me vas a torturar puta de mierda! ¿Qué te hace diferente de mí? No se podía negar que el tipo disimulaba que estaba aterrado, ya viejo el militar no había perdido las mañas y le hacía frente a la situación de la mejor manera posible, dado su entrenamiento. Estaba colgado atado por las muñecas del techo del sótano abovedado. A Lorena le había sido bastante sencillo eliminar a sus dos custodias y traerlo a su casa. Se sirvió parte del vino chileno que había bajado de la cocina, se sentó y miró al tipo, había una cierta nota de satisfacción en tenerlo a su merced. No lo podía negar, pero escucharlo era como aceptar que un monstruo de esa calaña piense en su mente enferma que podía tener una oportunidad de salir vivo de allí. _ ¿Sabés a quién secuestraste?, Soy Arístides Combo, capitán retirado del ejército y tengo amigos en altas esferas, ¡estás jodida putita!
El tipo apenas pestañeo y al dejarla de ver ella en menos de un segundo estaba parada a su lado, como era muy alto y colgaba del techo el rostro de Lorena apenas le llegaba al tórax pero igualmente notó sus ojos rojos.
_ ¿Cómo? _ Seguramente no se dio cuenta porque estaba inconsciente, pero esta sangre que mancha mi campera de cuero es la de sus guardaespaldas, los que a propósito se mearon encima cuando vieron estos. Abrió la boca mostrando sus dientes afilados y sus colmillos. ¿Qué te crees?, Ese disfraz de…
Otro pestañeo y de pronto ella estaba parada en el techo violando toda ley de gravedad, su pelo no muy largo caía y parte de su ropa demostraba que estaba ciertamente parada en el techo abovedado del sótano del Prado. Bajó dando media vuelta en el aire sin hacer ruido y lo tomó del cuello.
_ Milico, torturador, asesino, violador, ladrón, mentiroso, estafador, sádico, corrupto, ¿Me falta algo? _ ¡Soy un patriota hija de la gran puta!, ¡un patriota!

Le torció el cuello como a un pollo, el crack fue elocuente, después lo descolgó. El juego había terminado antes de poder sacarle alguna información.
_ Hicieron un pacto de silencio. Le había dicho Jaqueline la abogada ya hace algunos años atrás, todo se circunscribía a que estos cobardes se guardaban los detalles de sus “hazañas” hasta la tumba. __No nos podemos engañar en que supieron cumplir Agregó con un rictus de tristeza. _ “Sabremos cumplir”
Jaqueline se sorprendió al escuchar esa frase del himno nacional nada menos que de la boca de Lorena.
__ “Tiranos temblad” __Agregó, ya que se trataba de repetir algunas frases conocidas.

Unos años después la silenciosa lucha de Lorena Luna continuaba casi a la sombra de los medios que un día sí y otro también, ocultaban alguna información sobre estos dinosaurios que poco a poco iban desapareciendo de forma misteriosa.

Cuando Jaqueline se encontró a la extraña forastera no sintió miedo sino la premura de tener la suficiente capacidad para convencerla de que su posible oponente era una buena persona.
¿Una despiadada asesina puede ser una buena persona? Se preguntaba a menudo e inmediatamente recordaba que ella era quién le posibilitaba la mayoría de los datos para que cometiera sus crímenes. ¿No has sentido culpa por matar a estos tipos? Le preguntó cierta vez. __Los vampiros no sentimos culpa y esto se tata de justicia. ¿No le parece? Cierto, justicia, tu justicia, nuestra justicia, la justicia.
Mitzuko Watanabe la escuchaba en silencio, había aceptado una copa de vino, tenía miedo de no cumplir su misión como debía, tenía miedo de cumplirla, tenía miedo de no saber que decidir y cometer un error irreparable.

Juicio y Castigo.

Neo Vampiros 107: Apremios físicos

Neo Vampiros 107
Apremios físicos
Por: Darío Valle Risoto

Llegó al parlamento juntando votos de aquí y de allá, los restos, los sobrantes, por supuesto que todos de derecha. ¿Y cuál es la diferencia?
_ No te pongas nihilista, vos más que nadie sabes la diferencia entre la vida y la muerte. Jacqueline le alcanzó la carpeta empujándola por sobre el escritorio. Lorena apenas la abrió para ver la foto de Arístides Combo. Ex militar devenido en político gracias a la mafiosa generosidad de la democracia. _ ¿Está segura de que fue el asesino de aquellos estudiantes?
_ Nora murió el año pasado a los noventa y dos años sin conocer a sus nietos nacidos en la clandestinidad y desaparecidos por este señor, entre otros que participaban activamente en la acción anticomunista, antisubversiva… _ Anti pueblo.
__ Exacto, parece que ahora nos entendemos.
Jacqueline encendió un cigarrillo y como siempre pensando en que era el último, pero estar frente a una vampira no era cosa de andar sintiendo ansias de un pucho porque sí.

Antes de retirarse sin decir una palabra guardó la carpeta en su mochila pero titubeó un instante.
_ Me están siguiendo hace días, no sé quien ni por qué, pero me siguen. _ ¿Cómo lo sabés?
_ Llámelo un presentimiento, instinto de conservación, lo que sea, pero de alguna manera estoy segura de que algo o alguien quiere matarme… si fuera posible. Sonrió apenas. _ ¿En qué te puedo ayudar? Conozco gente y…
__ No es por eso que se lo digo sino porque puedo ausentarme un tiempo, pero no deje de investigar sobre todo esto.
__Por supuesto que no, estate segura.

Se fue tan silenciosamente como solía llegar, una brisa fría la precedía y también la despedía. Jacqueline prendió otro cigarro para comprobar que el suyo aún seguía entre sus labios.
Estaba nerviosa, revisó los expedientes: “Arístides” se llama el tipo, pero le dicen o lo llaman: “Nino”, poco importa, inmediatamente y no sabe por qué recuerda a Henderson; viejo político de sangre blanca, nacionalista, continuamente atornillado a su sillón del parlamento gracias a un sector del pueblo obsecuente como siempre, como manda la tradición salvaje e iletrada.

Dio aquella entrevista por el ochenta y cinco, poco después de recibir una democracia tutelada con políticos proscriptos y vigilancia de la CIA. Se explayaba como todo un hombre campechano, sonriente, pero duro de ideas.
__ “No fue tortura, fueron apremios físicos, siempre hay daños colaterales, no olvidemos que fue un estado de guerra interna contra la subversión”.
Jacqueline apaga uno de los cigarros y sigue con el otro entre los labios mientras mira la foto de Tobías Henderson un acaudalado político de vieja cepa neo fascista.

Inmediatamente comprueba que ya son las once y media de la noche, que aún está en su estudio y vuelve a pensar que carece de vida propia.
Cuando deja el edificio saluda al portero que ya no se sorprende de que sea la última en dejar su oficina, no esconde el termo y el mate como lo hace con los demás, sabe que la abogada es “compañera”.

Dio la vuelta por Cuareim y llegó al garaje, pero se sintió observada, lo que no era nada nuevo ya que sabía que “inteligencia y enlace” la tenía en la mira, poco importa quienes están en el gobierno, hay cosas que jamás cambian.
Sacó nerviosamente las llaves de su bolsillo pero una sombra se paró a su lado, cuando vio de qué o de quién se trataba rápidamente comprendió que Lorena estaba en lo cierto porque los colmillos brillando bajo la luz de neón del garaje eran elocuentes.
_ Si buscas a Lorena será inútil que me saques como localizarla, vas a perder el tiempo divinamente chiquilina. _ ¿Ustedes son amigas?
_ Puede ser, yo diría que de alguna manera somos socias… pero amigas tampoco está nada mal y vos sos… _ Mitzuko Watanabe. Bajó levemente la cabeza saludándola. ¿Y la busca para…?
La chica oriental se ensombreció, Jacqueline creyó ver en esos ojos rojos cierto atisbo de algo familiar que reconocía de Lorena, una suerte de profunda y apasionante respeto por nada menos que la vida. Eso proviniendo de una “no muerta” desde luego que era cosa suya. Pero lo sentía.

_ Me pregunto de verdad si la buscas para matarla o de alguna forma te sientes atraída por lo que habitualmente hace en este mundo desde que es… como tú. _ La abogada sabía que estaba arriesgando su vida, la chica pálida, oriental y no muerta no venía a jugar.
_ Algo he aprendido en estos días sobre Lorena y me intriga, por eso estoy frente suyo sin haberme alimentado de su sangre. _ Bueno, gracias, supongo que debe ser un halago. ¿Qué te parece si vienes conmigo a casa y te cuento sobre la historia de Lorena Luna mientras tomas algo y quizás necesites refrescarte?, veo que tu ropa tiene manchas de sangre.
Mitzuko miró sus mangas y parte de su pecho que tenía evidentes muestras de sangre reseca.

Unos minutos después bajaban del auto en la casa de Jacqueline Danabian la abogada que desde hacía años hacía infructuosos esfuerzos por llegar a la justicia en un país signado por la impunidad.
_ Es curioso pero Lorena nunca vino a casa y ahora tengo de invitada a una, digamos… _ Otra vampira.
_ Bueno, como sea que les llamemos, no me puedes negar que resulta un poco raro sobre todo por la literatura y cinematografía que trata… este tema. _ Vine aquí para matarla, usted debe de haberlo deducido.
_ Obviamente, ¿Le sirvo vino? , se que a Lorena le gusta. _ Muchas gracias. ___ Jacqueline vio que la chica mantenía la funda de su Katana cerca en el sofá donde se había sentado. Pensó en que no hacía falta tamaño artilugio, estaba segura de que con sus propias manos iba a ser igualmente mortal. De quererlo.
Juicio y Castigo.

Neo Vampiros 106: Mercado Modelo

Neo Vampiros 106
El mercado Modelo
Por: Darío Valle Risoto

En una tierra extraña a miles de kilómetros de su propio ataúd, tiene una misión que de antemano sabe que no piensa cumplir y sin embargo continúa acechando a su presunta presa. Escucha J-pop por sus auriculares, el aparato reproductor entonces se queda mudo, estupefacto, sin batería o ganas de darle ese entretenimiento.

Mitzuko salió de su refugio y respiró el aire frio de ese sótano, estaba en lo profundo de un enorme galpón donde el olor a frutas y verduras era casi asfixiante. Comprendió que como en todas las ciudades del mundo era un lugar de acopio para distribuir alimentos.
Anochecía, los serenos recorrían los largos e interminables enrejados que separaban los diferentes puestos, cerraban puertas, comprobaban que los candados estuvieran bien puestos, apagaban luces innecesarias y encendían aquellas que daban al sendero principal y las entradas más grandes de la enorme construcción.

Se había metido en un subsuelo, había escapado del sol debajo de un enorme camión que la dejó en el corazón del aparatoso Mercado Modelo de Montevideo, allí en el enorme sótano con calles y sendas alejadas del destructivo astro rey. Durante su sueño diurno como todo ser viviente sintió diferentes sonidos, olores, presencias, pero nada de qué preocuparse.
Pero ahora tenía hambre.

Cuando afuera amanecía con sus fuerzas mermadas había encontrado un cubículo donde diferentes llaves e interruptores evidenciaban que era una centralita eléctrica, se metió entonces dentro, pequeña y suficientemente elástica pudo dormirse contra el piso de metal mientras por la separación de la puerta vio antes de dormirse la sombra de algunos hombres que cargaban y descargaban camiones a una distancia segura.
Cuando salió apenas si había algo de luz en la boca de lobo de sótano, vio la silueta de uno de los serenos que se aproximaba acompañado de dos perros ovejeros mientras comprobaba cerraduras de diferentes entradas a los propios subsuelos de los puestos que daban a la calle o al interior de la vasta construcción.

Estaban los perros y el hombre a unos cuarenta metros a su derecha, ella los veía claramente y tenía demasiada hambre como para pensar en algo más que hundir sus dientes en la garganta del cuidador pero algo la detuvo.
__ ¿Qué te pasa en la pata Camilo? ¿Andas rengueando mi viejo?, ¿No serán mañas?
El perro se deja acariciar y el hombre de pronto se dio cuenta de que no estaba solo y al darse vuelta solo vio una sombra que corrió por el techo abovedado del interminable sótano del mercado, los perros comenzaron a gemir lastimeramente y al hombre se le erizaron los cabellos.

Mitzuko salió al aire fresco de la noche, estaba a miles de kilómetros de su país y todo a su alrededor era como otro planeta: la gente, los edificios, el aire. Caminando por avenidas casi desiertas se cruzó con escasas personas que apenas no se dieron cuenta de que era una chica oriental porque iba vestida con vestimentas que le cubrirán casi por completo. Aún así llevaba la espada cruzada en la espalda, sobresalía pero era disimulado por la amplia capucha de su abrigo.
Un manojo de nuevos sonidos la sobresaltaron, al dar vuelta una esquina encontró que había casas viejas y en una puerta abierta al final de un corredor las luces rojas eran extrañas y elocuentes. Hombres de aspecto siniestro bailaban en un patio con mujeres excedidas de peso. Sus colmillos blanquearon y el hambre se hizo insoportable, se quedó cerca de la puerta cubierta por un enorme árbol que había levantado con sus raíces parte de las baldosas de la vereda.

Uno de ellos salió trastabillando oliendo a mugre y alcohol pero su sed ya no podía hacer distinciones y le clavó los colmillos en el cuello sosteniéndolo mientras con cada convulsión se le iba la vida. Luego lo dejó sentado contra el árbol, frio, gris y sin una gota de sangre.

Caminó de nuevo en la noche, detrás al mirar a su espalda vio la imponente figura del mercado modelo de Montevideo, era apenas la mitad de la noche y las altas columnas de luces anaranjadas iluminaban la avenida centenario mientras el mundo dormía y los habitantes de la noche esperaban que el sol acabara con su reinado.

Tenía que encontrar a Lorena Luna, para matarla, matarla por segunda vez, la segunda muerte de los vampiros o la de los humanos, la primera muerte de los inmortales, el último vestigio de aquello que por que se mueve y tiene pensamientos y conciencia se cree que vive. Mitzuko entró a un bar y pidió sake, el mozo no sabía lo que era y le trajo Vodka.
Bebió lentamente, vio reflejado su rostro en la botella y comprendió que en sus ojos se reflejaba la luz de muerte que llevaba con ella, su manga derecha estaba sucia de sangre y la limpió con su propia lengua.

No estaba mal el vodka, había cierta ironía en tener que matar a otra joven como ella. Lorena tenía diecisiete años cuando fue transformada, Mitzuko veinte, de todas maneras la chica podía ser mucho más vieja dado el tiempo en que llegó a su nueva vida. Recordó un nombre: “Henrich”, allí estaba la calve de porque sabía que no iba a cumplir su misión. Henrich era una leyenda viviente, supuestamente estaba en Europa y casi todos los clanes o le temían o lo evitaban y por algo debía de ser.

No le habían dado ningún dato de su paradero, solo que vivía en Montevideo que tampoco era una ciudad demasiado grande. Ella sabía bien que si no la encontraba pronto el destino habría de enfrentarlas. Como dos lobas que habitan el mismo bosque más tarde o más temprano las iría a unir el olor de la sangre, a ello le llaman destino: a la sed de sangre insaciable y a la búsqueda de una respuesta que se esconde en la noche más fría y negra.

En ese preciso instante Lorena se encontraba observando a un grupo de personas caminando por ocho de octubre y bebiendo cerveza, eran jóvenes que intentaban divertirse pese al frio reinante. Otros se acercaban caminando en sentido contrario y no pertenecían a la misma clase social por evidentes apariencias. Estos eran morochos, llevaban ropa estilo hip hop y también querían encontrar algo que hacer. Hasta que llegó la patrulla.
Los chicos blancos siguieron su camino pero la policía detuvo a los tres que caminaban en sentido contrario.
__ Siempre es igual. __Dijo Lorena en voz alta desde la vereda del frente.
Juicio y castigo.

Neo Vampiros 105: Esa tristeza

Neo Vampiros 105
Esa tristeza
Por: Darío Valle Risoto

La gente poco a poco va abandonando la parroquia San Juan Bautista, el padre Sixto fue contundente en su sermón sobre la necesidad de que los hombres sean devotos cristianos y practiquen la caridad, más también agradeció a aquellos que son gente de bien, protectores de valores como la familia y la propiedad que tanto están en riesgo en estos tiempos.

Paula hacía una vida que no entraba a una iglesia, se dio cuenta no bien dio el primer paso de que casi se persigna como si ese viejo movimiento automático aún anidara en la oscuridad de su alma o en la luz de su cabeza ya liberada de la opresión de esa maldita religión. Miró a la gente, antes tan familiares y ahora a miles de kilómetros de distancia de ella o ella de todos. Quizás ella era el monstruo que venía a oler donde habitará la muerte en los próximos días o las próximas horas.

Un par de personas la saludaron, viejos conocidos de sus padres que ya llevaban más de diez años en Europa. Por aquella vieja investigación de los papeles de Panamá habían decidido afincarse en Italia. Paula pensó en ese tipo en la cruz y en la fantasía que rodeaba una historia más adulterada que la reciente dictadura, pensó en el bien y en el mal hasta que alguien conocido la sacó de su ostracismo mental.

_ ¡No esperaba verte aquí rubia! Era Sergio Marechal también rubio y cínicamente hermoso. Les presentó a sus padres sin recordar que Paula ya los conocía de aquella despedida del embajador de los Estados Unidos en el dos mil y pico. Igual le importaba una mierda y les saludó. Aunque no lo creas sigo creyendo en el tipo. Le dijo moviendo su cabeza hacia el atrio principal donde Cristo permanecía en su inmaculada cruz cargando la soberbia mentira más grande de la humanidad. ¿No te v as a ir así?, Te invito un trago. ¿Estás sola? _ La tomó del brazo haciendo presión como si fuera su pertenencia. Lo recordaba bien al hijo de puta. Un consumado fascista que gustaba de apalear a viejos vagabundos y a su perro. Seguro tenía el cerebro del tamaño de un maní.

Al rato llegaron los otros. Los cuatro amigos incluyendo Beto Arróspide que al ver a Paula inmediatamente recordó la llamada de aquella noche en que le confesó todo. Estaba drogado pero no como para olvidarlo. Su rostro se transfiguró.
__ ¡Miren que bomboncito acabo de encontrar en la iglesia che! Les dice mientras todos se sientan. Inmediatamente Beto se da cuenta de que Paula actúa como si no se hubiera enterado de nada. Algo se trae. ¿Qué es de tu vida rubia? __Le pregunta Ignacio. Todos la observan de arriba abajo, está más buena que antes piensan.

En el bar Piden cervezas, Paula les dice un montón de mentiras sobre su vida, no puede contarles que desde que conoce a Lorena ya no es la misma, no puede volver a serlo de ninguna manera y que ellos, precisamente ellos son parte de un pasado de mierda que quisiera dejar de lado para siempre.
Mientras toman, hacen chistes y se ríen Paula recuerda aquel viaje a México en que la emborracharon y se la cogieron los tres, en ese momento Beto no formaba parte del grupo. A Paula le llevó un par de años hacerse a la idea de que había sido víctima de una violación pero nunca se lo contó a nadie, ni siquiera a su especial amiga y apenas lo había conversado con su analista el que le dijo un montón de estupideces como que ella de alguna manera lo había buscado y toda esa bosta machista.

Pasan unas horas amenas hasta que Sergio Marechal mira su reloj y da por terminada la reunión no sin antes intercambiar teléfonos con “la rubia”, todos se despiden con un beso, Sergio casi demasiado cerca de su boca.
Beto antes de retirarse la observa, ella como si nada.

Unos minutos después mientras Paula maneja rumbo a su casa recibe una llamada del joven que está muy preocupado por aquello. Apenas le contesta y solamente le dice que no se preocupe que fue un tema sin importancia. Justo cuando apaga el celular deteniendo el auto en un semáforo un vagabundo pasa y la observa. Tira de un carro lleno de cartones y le acompañan dos perros.

Un nudo le cierra la garganta, tiene que volver a manejar ante los ansiosos bocinazos a su espalda pero da la vuelta y se aparca y sale a respirar mientras se apoya en un árbol. Viene pensando desde aquel día en contarle todo a Lorena, sabe que ella presiente que hay algo raro en torno a sus silencios y su tristeza.

_ A vos te pasa algo. _ ¿Por qué lo decís?
_ Te conozco Paula, estás triste, no habitualmente triste sino con una tristeza nueva, algo te está quemando la cabeza y vos sabés que soy una buena… bombera. _ Eso es lo que temo mi amiga, que trates de apagar un incendio más grande del que habitualmente estás apagando… no me hagas caso.

Estaban sentadas en el enorme sofá de la casa del Prado. Lorena sirvió vino y la miró a los ojos con esa mirada helada de ojos rojos.
__ Supongo que a su debido tiempo me lo contarás, no tengo problemas con esperar, pero recuerda que siempre estoy contigo más en las malas que en las buenas.
El gato pasó delante de ambas y fue cerca del fuego, hacía demasiado frio por fuera pero aún mucho más le helaba la sangre a Paula que no dejaba de pensar en aquel pobre viejo asesinado a palos por estos cuatro hijos de puta, por su perro dentro de un charco de sangre. No había visto nada de eso, apenas Beto se lo había contado pero lo imaginaba con lujo de detalles.

En la jefatura de policía habían decidido aplicarle electricidad al pibe cuida coches que se negaba a confesar el asesinato.
_ ¡Esto me duele más a mí que a vos pichi de mierda! ¡Será mejor que confieses que mataste al linyera o si no te vamos a cortar en pedacitos! El tipo sintió los electrodos en sus testículos y antes del golpe de corriente gritó como un loco. El comisario Piñero se arremangó la camisa celeste impecable, gotas de sangre le mancharon parte de la delantera. _ Mi mujer me va a matar por esto. __Dijo mientras aumentaba la impedancia.

Juicio y castigo.