Bruja Flor y los otros: 1

Fantasy Girls (172)

Bruja Flor y los otros
Por: Darío Valle Risoto

Sapo Rana, Zorro sin cola y Bruja Flor descansaban debajo de un frondoso sauce a la vera del río, los tres escuchaban extasiados el sonido del agua chocando y esquivando algunas piedras que asomaban sobre el manto cristalino mientras algunos peces de cristal saltaban por aquí y allá. En ese momento Sapo Rana se tiró un pedo.

__ ¡Por favor! ¡Eso es asqueroso! __Exclamó ella mientras se levantaba parte de su abrigo color carmesí para cubrirse la nariz. Sapo Rana con total soltura repitió otro gas aún más sonoro.
__ Zorro sin cola amagó a sacar su daga pero por la paz volvió a seguir masticando ese pequeño tallo que antes había arrancado de las zarzas junto al río. Miró a los pájaros y se preguntó si iban a morir cuando ese nauseabundo olor suba hacia la copa de los árboles.
__ ¿A ti no te molesta? __Le preguntó ella mientras se iba lo más lejos posible pero dentro de la sombra porque el sol a esa hora del mediodía caía como un golpe de fuego.
__ Creo que mi olfato ha muerto desde que conozco a este gordo inútil.
Sapo Rana hizo fuerza pero no pudo y temió que saliera algo más que mal olor.

__ Miren allá en los campos, la gente se retira de recoger arroz.
__ Van a comer y quizás a dormir la siesta, hace mucho calor, por dos o tres horas todo quedará quieto. __ Dijo el delgadísimo Zorro sin cola mientras parado oteaba más allá de su posición como el terreno bajaba y terminaba allí en los inundados campos de arroz, algunas cabañas de madera recibían a los agricultores y los perros ladraban.
__ Podríamos robar algo, tengo hambre y además creo que esos repollos azules me cayeron mal… por eso los pedos malolientes. __ Aclaró guiñándole un ojo pícaro a Bruja Flor que le retiró el rostro.
__ Sería mejor tratar de buscarnos algún trabajo, ya estoy harto de terminar corriendo después de robarnos algo y no tardaremos en ser perseguidos por los soldados, no quiero más problemas. __ Dijo Zorro sin cola mientras buscaba la aprobación de la joven.
__ ¿Ahora seremos honestos? ¡Eso es nuevo! __ Sonrió. __ Además este gordo pedorro siempre nos retrasa y terminaríamos más tarde o temprano en las mazmorras de algún castillo o ahorcados. __Agregó la bella Bruja Flor también de pie y recogiendo su espada y su bolso de cuero, Sapo Rana se levantó con dificultad, se rascó a panza y luego la cabeza calva, fue hasta la orilla del río y sacando el pito se puso a mear. Los peces huyeron.

__ ¡Es un ser bellamente asqueroso! __ Profirió la mujer mientras de espalda a los otros comenzó a descender por un camino lateral, abajo en el campo los últimos hombres y mujeres dejaban efectivamente las labranzas para comer debajo de los aleros de sus cabañas.
Zorro sin cola fue a llenar su caramañola pero aguas arriba, no podía ser de otra manera, miró a su amigo que guardaba su pito y seguía a la Bruja.
__ Ni siquiera se lava las manos… no me asombra nada, nada. __ Pensó.

Elanora les sirvió vino a sus hijos, su marido se lavó junto al aljibe, en ese momento uno de los muchachos señaló arriba de la loma donde tres pequeños bultos señalaban a visitantes llegando en pleno mediodía.
Christy se puso la mano sobre los ojos al salir al sol para tratar de divisarlos mejor.
__ ¿Serán soldados?
__ No, son muy pocos a menos que los otros estén escondidos en el monte, pero no lo creo.
__ ¿Saqueadores? __Preguntó la vieja Elanora mientras se ponía la mano sobre el corazón.
Su marido entró a por él mosquete y lo puso a su costado mientras se sentaba a la tosca mesa y se servía papas hervidas con hojas de Cascana. Sus hijos que eran siete todos trataron de tener cerca algún elemento para defenderse dado el caso.

Los puntos se transformaron en las siluetas de dos personas delgadas y una más gorda que caminaba con dificultad detrás de los otros, luego los muchachos sonrieron al ver que una era una chica de piel blanca y largos cabellos negros como la noche y además…bellísima.
Sapo Rana corrió un poco y se puso al otro lado de Bruja Flor mientras se preguntaba cuanto iban a tardar en tirarles con alguna piedra o atacarlos los del caserío.
Más lejos en las otras cabañas les chiflaron a Elanora y sus hijos por si necesitaban algo, era el código de las gentes de esa comarca. Dos chiflidos largos para señalar que estaban alerta.
Ellos respondieron con solo uno que significaba que había que esperar.
__ ¿Por qué mierda silban?
__ Debe ser alguna alerta, somos raros para ellos, esperemos no asustarlos demasiado.
__ Mientras no vuelvas a tirarte pedos quizás no nos atraviesen con una horquilla. __ Sonrió Zorro sin cola, a Bruja Flor no le causó gracia.

CONTINUARÁ.