Frankie y Johnny: Una comedia excepcional

Frankie y Johnny
Por: Darío Valle Risoto
 
A casi veinticuatro años del estreno de una película que tuvo buen éxito en su tiempo hacer un comentario solamente sirve si pensamos en que se trata de uno de esos clásicos que el cine nos sigue dando para el disfrute de nuevas generaciones.
 
Esta comedia dramática protagonizada por Michelle Pfeiffer y Al Pacino tiene ribetes trágicos, cómicos y de una poesía cotidiana pocas veces vista en el cine usamericano y más acorde de aquel cine europeo, sobretodo Francés, que solemos agradecer y también venerar.
 
Nueva York se ofrece como el escenario adecuado a esta obra de teatro llevada acertadamente al cine por su propia autora. La vida de hombres y mujeres solos al pisar o sobrepasar los cuarenta años suele transformarse en un mambo muy difícil de bailar y se los digo porque soy desde luego uno de ellos.
 
Aún así y si bien en varios de los protagonistas que pueblan esta película y se nuclean en esa cafetería veremos la soledad, la indefección y quizás resignación también el humor se puede ofrecer como una pieza de rescate.
 
Johnny es un ex convicto insuflado de esperanzas por la vida y Frankie es una bella mujer que se está tornando gris como sus compañeras mayores a fuerza de una sombra que se cierne sobre sus recuerdos del pasado en torno a la violencia doméstica. Violencia que presencia hoy desde la solitaria ventana de su apartamento y que luego se resuelve quizás si, quizás no por su encuentro en el supermercado con la mujer golpeada de turno.
 
Acaso el acierto de la película esté en diálogos muy jugados por el futuro de dos que deberían estar juntos y sin embargo en la mayoría de los casos nunca llegan a estarlo por múltiples razones y lamentablemente todas de enorme peso. Frente al riesgo de juntarse y sufrir muchos elijen sufrir a solas porque resulta menos doloroso. ¿O no lo es?
 
El incomparable lucimiento de dos actores en sus mejores momentos tiene el entorno de personajes secundarios no menos maniatados por la vida, un diálogo de Johnny explicando sobre la mirada solitaria de la veterana que muere y trabaja en la cafetería es elocuente, la escena donde Frankie se lava los dientes cuando amanece en domingo es una verdadera joya del séptimo arte.
Supongo que todos la han visto porque sino deberían hacerlo.