El significado de la Navidad
Por: Darío Valle Risoto
A los que siguen este blog, demás estará decirles que soy ateo militante y por lo tanto no trato de dejar pasar ninguna oportunidad de debatir con la gente religiosa sobre lo absurdo de sus míticas creencias. Obviamente vivo en un país occidental y aunque se denomine una nación laica, esta república es mucho más católica de lo que quisiéramos aceptar aquellos que estamos por fuera de cualquier tipo de creencia en seres invisibles, creadores y o superdotados.
Por esas cosas del calendario cristiano que rige a la mayoría del planeta, tenemos dentro de un par de días las fechas de Navidad y a la semana el fin de año, lo que determina a nivel social todo lo que implica que la gente se vuelva aún más demente a por comprar regalos, comida, bebidas y tratar de llegar de forma famélica a las denominadas: “fiestas”, luego del fin de año una semana después tenemos “la noche de reyes” lo que redobla el ansia de seguir comprando y consumiendo como para comenzar el año suficientemente endeudados por la vida.
Pero todo tiene su lado bueno, tenemos dos días libres como para intentar descansar si esta vorágine nos lo permite y como muchos cobramos el sueldo extra de fin de año la posibilidad de darnos algún atracón o lujo que nunca están demás, y por lo tanto a los ateos poco nos importa lo que se festeje porque para pasarla bien cualquier excusa es buena, hasta el cumpleaños de Papá Pitufo si se me pregunta.
En los calendarios de mi país antes la navidad se leía como: “El día de la familia” y el fin de año para la mayoría implica cerrar cuentas pasadas y recobrar fuerzas para comenzar otro año en nuestras vidas con algunos planes por concretar o intentar una vez más cumplir con aquellas metas que nunca completamos. Todo vale si de pasarlo mejor que lo habitual se trata y bien podemos jugar con nuestros conocidos cristianos a ese extraño mundo donde nació un hijo de un dios y se murió para resucitar, etc. Toda esa cosa como de la guerra de las galaxias… en fin.
Así que espero lo pasen lo mejor posible y que sean lo suficientemente inteligentes para no caer en los engranajes nefastos del consumo que a veces nos alejan de lo simple y mágico que puede resultar tomar una cerveza con algunos amigos y reírse de cualquier cosa. Un abrazo a todos.