Crear es estar vivos

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Crear es estar vivos
Por: Darío Valle Risoto

Solamente quienes tenemos esta inquietud creativa que nos asalta no importando la hora, el momento del día ni la oportunidad. Solamente los escritores, músicos, pintores, los que tratamos de crear algo prácticamente de la nada usando nuestra imaginación comprendemos esta adicción a elaborar nuevos mundos, nuevas formas e intensidades, lo que en definitiva nos acerca mucho a intentar hacer y rehacer el mundo en que nos ha tocado vivir.

Nada sucede porque si y tal vez la fascinación por alguna forma artística más tarde o más temprano nos lleven a intentar ser parte de ese juego de crear, de innovar frente a la daría rutina de ser seres humanos productivos y consumidores.

Hay algo de personas muertas en aquellos que solemos conocer y que nada crean, los que solamente son espectadores del mundo y van por el sin necesidad de expresarse ni de inventar nada. No digo que no existan. pero no puedo dejar de sentir cierta tristeza por aquel que no disfruta de la música, que no se conmueve por una pintura, que no se mete en cuerpo y alma en una película o se siente motivado a escribir luego de terminar un libro.

He conocido a algunas personas, buenas personas a las que nada artístico les interesa y si de alguna fortuita manera lo hacen, es solo porque por algún instante fueron empujados por la marea de lo masivo y por lo tanto carente de originalidad. Nada pueden comentar por sí mismas porque no comprenden como nosotros una nota musical o la forma del trazo de un dibujo, mucho menos entienden que nosotros hagamos alguna de estas cosas. __ ¿Para qué? __Nos preguntan.

Y bienvenidos aquellos que pueden vivir de esto, de lo creativo. Daría mi alma por poder ganarme la vida escribiendo pero no es así, sin embargo escribo prácticamente desde los dieciocho años de forma incansable. Muchas veces releo cosas de hace años y me gustan o no, pero sin lugar a dudas son como pedazos de esos antiguos instantes y de ese “yo” que vivió aquella idea y la plasmó en el papel.

Me guía lo cinematográfico por sobre lo literario, obviamente he visto más películas que los libros que he leído y aún así tengo la sensación de que me iré del mundo con la frustración por ejemplo de no haberme acabado toda la obra de Isaac Asimov, solo por citar un ejemplo.

A veces pienso que si manejara la legua inglesa o hubiera nacido en los EEUU o en otro país anglosajón hubiera podido por ejemplo dedicarme a escribir guiones de cine o de series que bien falta que le hacen dada la enorme cantidad de material completamente desechable que observamos a través del cine y la televisión en estos últimos años.
Por otra parte en este lado del mundo me frustra encontrar que hay una enorme cantidad de literatura chatarra, libros que no admiten la lectura de sus primeras cuatro carillas y sin embargo están allí porque hay un mercado de lectores de la lectura del momento especialmente si se trata de manuales de auto ayuda, biografías de jugadores de fútbol o muy discutibles manuales sobre la actualidad política.

De todas maneras es mejor leer estas cosas que no leer nada pero suelo pensar que hay cientos de fantasmas de escritores clásicos bastante molestos en algún lugar del otro mundo a donde fueron a parar desde Poe a Quiroga, desde Borges a Dostoievski.

Uruguay es sobre todo un país de músicos, casi todo el mundo sabe rascar una guitarra o tocar un tambor, no deja de ser paradójico que igualmente encontremos personas que no sienten nada por estas u otras vetas artísticas y solamente existan en su cotidiana suma de actos programados. Probablemente pienso que nos son necesarios para que aquellos que de una forma u otra nos sentimos “creadores” y así recapacitemos en que tenemos un maravilloso don que por momentos puede resultar hasta original.

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