Neo vampiros 17 “Muertos Vivientes”

Neo vampiros 17
“Muertos Vivientes”
Por: Darío Valle Risoto

Los vio caminando por esa calle poblada de densos árboles donde se mantenía el perfume de la primavera gracias a los jardines de las enormes casas.  La Avenida Lucas Obes como un recorte de pasado de tantos que se adhieren a un Montevideo que se niega a olvidar su pasado. 
Eran cinco, cada uno a su manera reflejando el perfil del delincuente medio… al menos para lo que cualquiera suele temer en la noche ciudadana.
Borrachos, las cajas de vino en sus manos, el caminar errático. Uno: el más ancho y robusto pateó un tacho de basura que rodó al medio de la calle, los otros festejaron como si se tratase de un gol de media cancha.
Lorena encaramada sobre un muro de más de tres metros, a punto de entrar en la gran casa se quedó observándolos, su condición, aún en la oscuridad le permitía sentir sus olores, su asqueroso tufo a alcohol y transpiración. Estaba a punto de entrar a la mansión señorial y ellos le llamaron la atención. 
Una pareja de adolescentes caminaba en sentido contrario a los jóvenes.
__ ¡Que linda novia que tenés putito!
Lorena cerró fuertemente sus puños y olfateó el miedo, conocía de ese olor acre, de las gotas de miedo que cubrieron a la pareja de unos quince años cuando fueron rodeados por las hienas alcohólicas.
La casa tendría que esperar.
__Les doy todo lo que tenemos. __El muchacho les entregó su campera, su reloj, dos de ellos comenzaron a manosear a la chiquilina que sufrió una especie de desmayo. __La calle permanecía obsecuentemente desierta hasta que un taxi pasó veloz, el muchacho cuando pretendía pedir ayuda fue derribado con un puñetazo en el estómago.
Entonces algo cayó sin hacer ruido, solo el roce de las ramas del árbol que la ocultaba, quedó Loreana suspendida un largo instante repasando las caras simiescas de los muchachotes que babean y tocan a la muchacha.
__  ¡Váyanse!, ¡Ya mismo!
Se sobresaltaron y cuando los perros se asustan, pueden ladrar mostrando sus dientes, los de estos son unas navajas de mierda. 
Lorena completó un círculo de sangre en torno a la pareja que se abrazaba sollozando.
Por último debe resistirse a beber de esa sangre enferma, olfatea al sida, al alcohol, la enfermedad de los espíritus.
__No miren, sigan caminando, ¡Largo! __Les gritó, y el joven que ayuda a incorporar a su novia se quedó como pasmado mirando a la casa.
__Mi novia vive acá…
Lorena se limpiaba la boca cubierta de sangre, al costado de sus botas negras crece una gran lengua de hemoglobina.
__ ¿Qué…?
__Es mi novia Anna, la hija de Bellotto, el Coronel retirado, él… él le va a estar agradecido, creo. __Dice tragando saliva al momento de mirarle los largos colmillos.
Los chicos entran luego de abrir el enorme portón de la casa que parece vacía, ella mira a los cadáveres, fue tan fácil eliminarlos, tan placentero acabar con su miseria que le parece que no pasó en realidad.
Sonríe.
Un salto la devuelve a su lugar de origen sobre el muro, allá abajo los muchachos caminan por un sendero rumbo a puerta de la mansión del ex coronel.
__ ¿Cómo te llamas? __Le grita y sobresalta al muchacho que responde sin verla en la oscuridad.
__Francesco.
__Haceme un favor, decile a tu suegro que mañana va a tener una visita y no será agradable.
Juicio y castigo