Aquel viejo Mercado Modelo de Montevideo

foto Darío Valle Risoto

Aquel viejo Mercado Modelo de Montevideo
Por: Darío Valle Risoto

Pasaron más de treinta años de cuando fui por última vez al Mercado Modelo con mi padre, no sabía que poco después un año o dos iba a morir y que pasado el tiempo yo a medida que maduré en mi corazón comencé a recordar todos aquellos años de mi niñez en que iba a acompañarlo mientras el clasificaba fruta o cargaba cajones y bolsas sobre sus hombros.
Para los que no conocen el Uruguay, el Mercado Modelo es el centro de recepción y redistribución de alimentos vegetales (Frutas y verduras) en Montevideo pero también lo es de animales de corral, granos, otros alimentos, había carnicerías en su primer piso y distribuidoras, etc.
Con muchísimos años sobre si este mercado vio mejores momentos y esta sábado mientras recorría sus calles sucias y veía la cantidad de gente marginal que viven entre bolsas o dentro de cajas en sus alrededores supe que aquellos tiempos fueron los mejores y que hoy vaya a saber como aún sobrevive enrejado, más sucio que nunca y con lo que antes fue lo que mi padre llamaba “la Plaza” completamente rodeada de paredes.
Una paulatina muerte azota este enorme edificio que de espaldas a la calle comercio muestra un reloj inservible y tal vez tampoco tenga como antes aquellos sonidos de gente trabajadora y dispuesta a romperse el lomo para llevarse unos pocos pesos pero eso sí: la infaltable bolsa de frutas y verduras a su casa. Hice el mismo trayecto de mi padre por la calle Carlos Crocker camino a donde antes estuvo el conventillo donde crecí, las calles parecen más chicas o yo he crecido. Nunca lo sabré.
La Bracafé ahora es un edificio con el nombre Nestle y no encontré la compañía Carrau pero también equivoqué el rumbo y tomé por Felipe Sanguinetti y tuve que deshacer el camino para retomar aquel que miles de veces hizo mi padre regresando a casa luego del mediodía cargando la tradicional bolsa de arpillera cargada de víveres.
Donde estuvo el viejo Bar del gallego Manolo llamado “la Bomba” sigue el edificio pero está tapiado, en frente vivía un griego peluquero: Kantakaris y sobre Juan Jacobo Rousseau donde estaba aquel corredor abierto rodeado de piezas con dos baños colectivos ahora se extendió la textil que en aquellos tiempos pertenecía a unos Judíos Rabinos que a mi me parecían realmente extraterrestres con sus largos cabellos y sus ropajes negros.
Increíblemente en la esquina de Rousseau y Felipe Sanguinetti todavía está el Bar: “Apolo 11” que ya debe tener al menos unos cuarenta años, casi entro y pregunto si queda alguien de aquellos tiempos pero seguí mi camino rodeando la escuela Sanguinetti que está en obras, le están haciendo una especie de plaza en todo el frente de ambos grandes edificios.
Como pueden ver saqué varias fotos con la pobre cámara de mi celular, son de poca resolución por lo que opté por armar una especie de collage donde se ve el deterioro del mercado, unas vistas también del frigorífico Nacional que está frente a él y donde también mi padre supo hacer changas trabajando en el frío con las hortalizas que se conservaban para fuera de estación.
Una de las cosas más tristes fue comprobar (Foto central) que el antiguo comercio donde trabajaba mi padre: Gaimari Hermanos hace años que no existe y hay una carpita azul en la puerta donde algunas personas intentan subsistir en un país que todavía sostiene que se está acabando con la pobreza.
Probablemente ninguno de  estos economistas de pacotilla caminaron por estos lugares en su perra vida.

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