Una invasión incontenible

Una invasión incontenible

Y una noticia triste

Por: Darío Valle Risoto

Acabo de regresar de ir a cargar la garrafa de casa y me entero de una noticia que me deja triste y consternado, porque uno quiere a ciertas personas con afecto especial y cuando se entera del camino que han seguido últimamente, nos embarga una gran pena.

Matías es el hijo menor de tres de mi prima, él junto a sus hermanos a los que vi crecer desde su nacimiento me son muy queridos porque son unos pibes excelentes pero ya tienen más o menos unos veintidós, veintitrés años. Resulta que Matías hace poco fue padre, incluso con la madre le envié unos pañales que le había prometido y un juguete para la nena pero no la conozco como tampoco a la pareja.

Bueno, como el hijo mayor de mi prima trabaja en la empresa del gas donde fui, me cuenta una noticia tan terrible como suena, porque Matías se ha hecho cristiano evangélico a instancias de su nueva compañera y por ende su nueva familia. Esta noticia me cae peor que si me dijeran que tiene cáncer o ha caído en el consumo de pasta base porque es mil veces peor que estos terribles flagelos.

Me embarga una gran tristeza porque era un pibe inteligente o yo creía que lo era y parece que cayeron en saco roto muchas conversaciones que tuvo conmigo en torno a esa gran estafa a la conciencia del hombre y el sentido común que es el cristianismo y ustedes me dirán: el es dueño de hacer lo que quiera de su vida. Y tienen razón… solo en parte.

Un afecto por alguien o quizás el amor hacen este tipo de cosas que nos obligan incluso a reformular nuestras vidas, en torno a estas creencias que no sobreviven el mínimo análisis de alguien con medio cerebro y sin embargo se siguen extendiendo por todo el planeta, cual epidemia fabricando zombies que leen la biblia y toman al pie de la letra un montón de relatos adulterados de historias que realmente son más ficción que realidad pero la cuestión es creer y creer de ojos cerrados.

Me da muchísima pena que un pibe que era muy inteligente aún de pequeño que haya caído en las fauces de esta sarta de idiotas que andan por el mundo repitiendo consignas como autómatas y alejándonos tanto del conocimiento científico como del sentido común, me da pena porque se va a llenar de hijos y va a vivir dentro de esta magnífica secta de descerebrados que hablan de un tal Cristo como si hubieran ido a la escuela con él y creen en dios como si se tratara de algo cierto.

Yo le dije hace unos momentos a su hermano mayor que el absurdo que se sostenga la vida y la personalidad de alguien que supuestamente nació hace dos mil años con total certeza como si hubiera vivido hace una semana cuando de figuras históricas reales como por ejemplo: Artigas o Carlos Gardel que son casi contemporáneos aún nos entreveramos en debates sobre sus vidas pletóricos de inconsistencias y atiborrados de inventos a cuales más fantásticos.

Es triste pero me han zombificado un sobrino.