27 de setiembre 2010
Pensamos que es necesario generar la reflexión ciudadana sobre los mismos. Ese es el sentido de las líneas que siguen.
Todo lo que no podían controlar (partidos políticos, sindicatos, prensa, etc.) fue prohibido y sus integrantes y promotores perseguidos. Durante el goce de ese poder mal habido, incrementaron sus efectivos en un número record y consecuentemente multiplicaron cargos y grados para la oficialidad… más galones, más cargos, más sueldos. Su máximo intento de consolidación fue la reforma constitucional derrotada por la ciudadanía en 1980. Como no podía ser de otra manera encallaron al país y su gente en el magma del atraso, la corrupción, la pobreza, el endeudamiento, la condena internacional, el desastre. Todos sabemos los costos humanos, sociales, económicos,
Los “abnegados defensores de la Patria” amenazaron con retirarse prematuramente porque jubilados ganan más. Los Coroneles se insubordinaron, ya que les habían mandado (el mando es otro de sus valores de oro) quedarse quietos y chitos y se fueron a corcovear a sus “instituciones sociales”, cuyas autoridades salieron al ruedo a defender la corporación con el discurso paranoico de la venganza y del complot de contrainformación y otra serie de delirios que debimos escuchar con paciencia y tolerancia y que no logra más efecto que hundirlos en la consideración ciudadana. “Instituciones sociales” que ahora se preocupan por los costos de las excavaciones destinadas a encontrar los restos de nuestros familiares… Sí señores, no tendríamos que gastar ni un peso si ustedes no los hubieran matado y enterrado clandestinamente o, si admitiendo su responsabilidad, dijeran dónde están. Así que
éste es uno de los costos de su criminalidad y su cobardía.
Un país que ha comprendido que su soberanía, independencia y seguridad dependen del desarrollo de su economía, de su respeto del derecho, de su educación y cultura, de sus relaciones internacionales. Que dependen de la calidad de la convivencia entre sus pobladores, de su compromiso con la paz y la libertad, con la integración regional; que ha votado una Ley Marco de Defensa Nacional que refleja estos aspectos.
Estas FFAA, con sus crímenes de antes y durante la democracia, no contribuyen a la defensa nacional, al contrario, la socavan.
Estas FFAA persistentes en su silencio y mentiras, están divorciadas de la población y eso las cuestiona como elemento de defensa.
Estas FFAA que insisten en no subordinarse más que superficialmente a los poderes constituidos, que aspiran a mantener su indisciplinada autonomía, que miran con aversión toda legislación que implique subordinarlas al poder político, son un riesgo para la democracia.
Estas FFAA que parecen no darse cuenta que la guerra fría terminó, que las dictaduras ya se tuvieron que ir, no son más que la ignominiosa presencia de nuestro peor pasado. Desprestigian al país y deshonran sus tradiciones.
Estas FFAA no dan garantías de que Nunca Más el terrorismo de Estado va a abatirse sobre nosotros o las generaciones futuras. Por eso nosotros, continuaremos siguiendo atentamente sus acciones. Por eso estaremos inclaudicablemente defendiendo el Estado de Derecho y sus legítimas autoridades.
En este sentido, invitamos a los partidos políticos, a los gremios y sindicatos, a todas las organizaciones de la sociedad civil, a plantearse seriamente dónde radica nuestra Defensa Nacional, para qué y qué FFAA necesitamos y hacer llegar estas reflexiones al mayor número de personas posibles comprendiendo que en esto se juega gran parte de nuestro futuro como país y como sociedad.