Superman y mi padre…

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SUPERMAN y mi padre
Por: Darío Valle Risoto

Mediados de los sesenta, la primera imagen que tengo sobre los cómics es la de mi padre yendo conmigo al quiosco de “El Alemán” en 8 de octubre y Propios, allí me daba carta libre para que yo eligiera las revistas que más me gustaban, Superman siempre era mi primera elección, luego los otros héroes, mi padre prefería a Batman, yo no tanto, aunque igual las terminaba primero ojeando y cuando aprendí a leer por supuesto que recorriendo cuadro a cuadro, viñeta a viñeta.

 Las ediciones mexicanas de editorial Novaro eran magníficas ventanas a mi imaginación, antes de la televisión color, de la Internet y hasta de la llegada a la gran pantalla de los héroes que gracias a los dioses hoy pueblan los cines.
Llegó un momento en que me había leído hasta las que el quiosquero tenía fuera de exhibición y entonces había que esperar un tiempo porque llegaban bastante irregularmente al país, entonces me saciaba con otros personajes: Archi, Roy Rogers, La Pequeña Lulú y hasta sucumbí a las revistas Susy que también editaba Novaro, los salones de canje abundaban y en la feria de Tristán Narvaja podías conseguir de todo: Flash, Titanes Planetarios, Tarzán, Turok el guerrero de piedra, Fantomas, miles de personajes.

Pero Superman era el héroe de mis sueños, ¡Volaba!, ¡y era indestructible!; en mi niñez asmática el significaba el momentáneo escape a mis crisis y el olvidarme que éramos tan pobres que vivíamos en un conventillo, los tres en un una habitación que se llovía. Superman significaba conversar horas con mi viejo sobre mundos lejanos, hombres con grandes cualidades y la posibilidad de destruir a los supervillanos. A veces escaseaba el dinero y mi madre con su carácter decidido me vendía las revistas por lotes para comprar que comer, hoy si así no hubiera sido tendría una gran colección, pero las guardo entre mis mejores recuerdos.

Con dieciocho años entré a trabajar en los Talleres Barreiro, el que fue mi gran amigo casualmente me apodó: Clark y aunque nunca me gustarán los apodos, ese nombre, precisamente ese nombre me retrotraía a mi héroe más querido que tanto tenía que ver con mi viejo.

__Clark Kent. Me dijo mi sonriente padre cuando comencé a usar lentes y luego estudié periodismo, aún espero superpoderes.

 

 

 

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